Una hora después , Palacio de la difunta sultana Hatice 

Aydan Sultan 

—No puedo dejar de pensar en nuestros padres, temo que algo malo les haya sucedido— dije ante mis hermanos, Melisa y Hande estaban con mis hermanos más pequeños  en sus propios aposentos y Kiral estaba con Defne, como buenos mellizos, tenían una muy buena conexión 

—Estoy seguro que nuestra madre ya debe estar haciendo todo lo necesario, además el palacio de la tía Hatice no esta tan mal— dijo Bekir, viendo a las muchachas que ordenaban el cuarto

—No entiendo que sucede, porque estamos aquí— dijo Kiral 

—Si Aydan, nos debes una explicación— apoyo Emir

—Según Enise, mi padre fue envenenado, mi madre ordeno evacuarnos del palacio lo antes posible pero...tengo un mal presentimiento sobre esto, había gente buscando matarnos y ahora mis padres están ahí— dije preocupada, esto sin duda no era buena señal, mi madre comenzaría a tonar cartas en el asunto porque después de todo, ya no era solo la concubina de una príncipe, era la esposa de un sultán y tenia muchísimo más poder que antes, ella comenzaría a reclutar gente, jenízaros, agas y todo aquel que le sea fiel en caso de que nuestra seguridad sea amenazada.

—No se que hago yo aquí, tengo mi propio palacio y un esposo que al menos sirve para pelear— dijo Beyza, poniéndose de pie y caminado hacia la puerta, eso provoco que todas las criadas pararan de ordenar e hicieran una reverencia. Ella planeaba salir y nadie pensaba detenerla, lo ultimo que quería en ese momento era su cizaña y negatividad, pero...vimos como comenzó a tambalearse y de repente cayó al suelo, inconsciente.

—Sultana!!!!— grito una de las criadas y todos corrimos a ver que le sucedía 

—Llamen a la doctora!!— grite y dos de ellas salieron corriendo del cuarto

—Hay que ponerla en la cama, hasta que llegue la doctora— dijo Bekir enseguida 

—Pero estos iban a ser mis aposentos—Reprochó Emir y mi hermano mayor solo le dio una mirada de "No es momento"

—Ay, eso es injusto—

—Deja de comportarte como un niño, Ercan es más maduro que tu— regañe

—Podríamos moverla a su habitación, ahí su ventana es más grande y recibiría más aire fresco mi sultana— propuso Enise, lo dude un rato pero después acepte.


Mientras tanto, entrada trasera del palacio de Topkapi, entrada de alientos y vestimenta.

Kadir aga

 Me quede en la puerta trasera del palacio, esperando a que los hombres que mande por las hermanas de Camila llegaran, al parecer fue muy difícil traer a tres jovencitas inadaptadas pero, ahí me tienen, con frio, a mitad de la noche y tratando de que nadie nos descubra. Pasaron unos minutos antes de que el carruaje llegara y pude ver...o mejor dicho oír los gritos incesantes que se hacían más fuertes en cuanto el carruaje se acercaba a mi. Pude ver como los guardias abrían la puerta y tomaban a las mujeres que estaban amarradas de manos y pies

—Ya quédense quietas mujeres!!— grito el aga, tratando de que las mujeres dejaran de gritar que las soltara, la venda en la boca hacia sus gritos más insoportables

—Silencio!!— pedí más como una orden, puse mis manos sobre mi cien tratando de pensar—Que es lo que les ocurre Mahmud ag! porque tratan a estas mujeres como si fueran ganado, no ven que son las hermanas de la protegida y la misma protegida de la sultana Candan!!— susurre, pero mi intención era gritarles

—Lo sentimos Kadir ag pero estas fieras atacaron a 3 de mis hombres, tuvimos que amarrarlas para que no atacaran a más personas y—no lo deje terminar cuando puse mi mano en forma de que no quería oírlo más

—Estas mujeres no son simples concubinas Mahmud, ahora vete, déjamelas a mi y ruega porque la sultana Candan no se entere de que las trataste así o te arrepentirás por el resto de tu vida— con esa advertencia, el y sus hombres se fueron.

—Bien señoritas, lamento el trato poco amable de Mahmumd aga pero el es un hombre de pocas palabras y mucha acción, en fin, mi nombre es Kadir aga y soy el humilde y fiel servidor de mi sultana, la sultana Candan, la madre de los 3 hijos y 3 hijas de nuestro sultán, ella me pidió que fueran recibidas en palacio, serán bañadas, alimentadas y tendrán sus propios aposentos y mañana por la mañana verán a mi señora. Alguna duda?—

—Si, puede quiarnos la veda de la boca?— dijo Camila y yo se las quite para entenderles mejor

—Porque la sultana quiere vernos?—preguntó la otra

—Esas dudas no pueden ser respondidas por mi, pero podrían empezar por decirme sus nombres y ponerse estas capas que les traje, esta haciendo mucho frio— propuse y ellas accedieron, quise quitarles los nudos pero una de ellas saco un pequeño cuchillo y soltó los nudos rápidamente

—Ahora entiendo porque Mahmud las llamo fieras— dije sorprendido, entregándoles las capas

—Ese idiota pensó que estamos aquí obligadas, pero no es así, si quisiéramos podríamos haberlo matado a el y a sus inútiles— dijo una de ellas, no la había escuchado hablar antes de eso— soy María— dijo, extendiendo su mano en forma de saludo, yo la estreche para saludarla también 

—Si, es muy tonto pero...mi hermana dijo que era necesario venir, soy Tatiana— dijo la otra, una joven de rostro delgado y ojos muy bellos

—Bien señoritas, ahora irán a los baños y luego si tienen hambre las criadas pueden llevarles algo de jugo y frutas, traten de dormir que necesitan estar bien para cuando vayan a ver a mi sultana y las únicas reglas que tienen que seguir por ahora son 3. La primera, NO tener contacto con las demás muchachas de harem, la segunda, NADA de pleitos o peleas; te hablo a ti Camila y la tercera,  obedecer solo ordenes mías o de las personas de confianza, de nadie más.

Ellas asintieron no muy convencidas y las guie por los cuartos de servicio del palacio, era mejor para mayor discreción y al llegar al harem, trate de hacer silencio pero escuche un pequeño sollozo que me hizo voltear

—Vayan a los aposentos de ahí— susurre muy bajo, mientras señalaba la puerta de los aposentos más grandes del lugar—no hagan ruido, traben la puerta, ahí ya se encuentra todo lo que necesitan, ropa, ropa para dormir e incluso algunas joyas, pero no hagan ruido, vendré por ustedes mañana— dije y ellas se voltearon pero recordé una ultima cosa—Oh si lo olvidaba, vendré por ustedes una hora antes, para enseñarles como deben comportarse—

Sin duda educar a esas mujeres seria una tarea algo complicada pero...mi sultana sabría que hacer en ese caso, yo estaba exhausto, era la mitad de la noche y aun tenia que ver quien lloraba por ahí.

Logre ver a una chica, creo que su nombre es Ceren, no parecía muy grave y sin duda no quería ser interrumpida así que, yo me fui a descansar.







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