Todo lo que quieras

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Sus manos tomaron con fuerza los muslos fibrosos del menor y lo alzó en un solo movimiento, empujándolo contra el alféizar de la ventana.

Su lengua se abrió paso por la boca ajena, con el deseo latente de probar y saciarse, en un beso voraz y ferviente.

Lamió el belfo inferior como una pequeña disculpa por morderlo repetidamente, pero el anhelo era tanto que no podía detenerse.

No cuando Jimin estaba ahí entre sus manos derritiéndose como mantequilla, tan dispuesto solo para él.

Luego de un rato,decidió que era momento de degustar un poco más, así que,  abandonó los labios pomposos para dirigirse a atacar la piel tersa de su  cuello y mierda, que Jimin inmediatamente ladeo la cabeza para brindarle mejor acceso al mayor, porque la sensación era malditamente buena.

Sus propias manos se abrieron camino bajo la playera del mayor, escaneando los músculos de su espalda, pero no era suficiente,  necesitaba más, quería tocar más.

Yoongi entendió lo que Jimin buscaba, así que se separó luego de dejar una pequeña mordida sobre la clavícula del menor, admirando la preciosa vista: el cabello rosa despeinado, la respiración agitada, la camisa medio desabotonada y las mejillas rojas.

Llevó sus manos a la bastilla de su playera y la sacó por encima de su cabeza, quedando con su torso expuesto a deleite del menor e inmediatamente volvió a estampar sus labios.

Pero no era suficiente.

Jimin quería sentir su piel deslizarse sobre la de Yoongi, quería sus manos tocando todo su cuerpo, lo necesitaba.

Por lo que, terminó de desabotonar su camisa y la lanzó lejos, para tomar al mayor por la nuca y besarlo nuevamente con impaciencia.

El calor escaló rápidamente por sus entrañas y la ropa comenzó a estorbarle,por lo que, no dudó en trazar un camino por el abdomen de Yoongi hasta llegar a su cinturón de Apolo para alcanzar la pretina de su pantalón oscuro.

Rápidamente desabrochó el cinto y deslizó el cierre hacia abajo, pues le detenía de su objetivo.

Pero Yoongi no se lo permitió,  pues en un segundo le giró, para poder besar su nuca y espalda.

Quería admirar cada centímetro y besar todos y cada uno de los lunares que adornaban fielmente el lienzo puro de su piel.

— No te apresures ángel,  te haré sentir bien— murmuró muy cerca de su oído, con un tono bajo que provocó que su voz sonará más ronca de lo usual.

Y ni se imaginó lo que eso causó en Jimin, pues una sensación indescriptible se agolpó en su vientre bajo y su pantalón se apretó aún más.

El mayor guió sus manos al abdomen del pelirosa y trazó unos garabatos sin sentido, trepando hasta su pecho, robándole el aliento al pelirosa.

—Yoon...— susurró con la voz temblorosa, dejándose llevar por la mata de sensaciones que cruzaban su cuerpo.

Yoongi desabrochó con parsimonia el pantalón de pitillo que Jimin usaba y lo bajo lentamente sin detenerse, hasta que dejó su anatomía totalmente al desnudo.

Y no pudo evitar morder su labio, fascinado, sus manos vagaron por la espalda fina del pelirosa, grabándose cada músculo, hasta llegar a sus glúteos.

Y Jimin casi llora de pura satisfacción, pues la forma en como el mayor le besaba y acariciaba lo tenía en el borde.

Pero entonces, los dedos traviesos se abrieron paso hasta su entrepierna, y sin poder evitarlo soltó un jadeo audible  arqueando su espalda.

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