—¿por qué me sujetas? —decía el rubio con un tono rojizo en su mejillas.

—¿por qué no me apartas?.

Frunció el seño, más no se quejo.
Quería que me mirase de frente, a los ojos, pero el, simplemente miraba hacia abajo, en dirección a nuestras manos sin apartar la mirada.

—no quieres mirarme verdad —comenté, no obtuve respuesta—, si no estás cómodo…

Intenté separar mi mano, sin embargo el la sostuvo con más fuerza evitando que me escapará.

—¡no! —hablo firmé—, esto es nuevo para mí, no me presiones.

Talvez el tenía razón, aquello último fue más bien un capricho de mi parte solo para asegurarme de haber logrado un avance.

—lo lamento.

Poco a poco se atrevió a alzar la mirada está vez para toparse con la mía. Podía notar como temblaba ligeramente debido a su nerviosismo, nunca le había visto de esa manera, pero me agradaba ser la primera en mirarlo.
A este punto seguramente estaba sonrojada, tanto o incluso el doble que Popee. Ya no podía contenerme. Me acerque a el lentamente esperando tener una respuesta positiva, solo reforzó nuestro agarré. No supe en que momento mis ojos se desviaron a sus labios, estaba por suceder, finalmente le besaría, está vez no me contendría, no escaparía ni le dejaría escapar, me arriesgaría.

—niños.

Escuchamos hablar al dueño del circo que posó su mano en nuestros hombros interrumpiendo el momento. Nos separamos al instante.

—¿interrumpo algo? —pregunto aquel hombre.

—si —respondí.

—no —respondió su hijo.

Aquel hombre rio y luego de eso se llevó a su hijo para ensayar sus nuevos trucos.

Levanté la silla y me senté en ella, apoye mis codos sobre la mesa, cubrí mi rostro con ambas manos, quería gritar, había estado a punto de besarlo pero se me escapó, me enfurecí a la par que me entristecí.

Luego de resignarme me decidí por buscar a las chicas o a Kedamono para matar el tiempo, sin embargo, no conté con la casualidad de terminar escuchando una conversación en el proceso.

—¿qué significa estar enamorado?.

Escuché una voz conocida que de inmediato llamo mi atención, me escondí detrás de la cerca tan solo asomando ligeramente la cabeza para no ser descubierta.

—no hay una definición en concreto.

Ahí estaban, padre e hijo conversando mientras jugaban con cuchillas.

—es que no lo entiendo.

Solía observar desde lejos, pero esto podía llegar a considerarse "espiar" o incluso "acosar".

—¿por qué preguntas eso de repente? —cuestiono aquel hombre.

—simple curiosidad.

—¿es eso o comienzas a enamorarte?.

Una conversación cuánto menos interesante, esto podía darme las respuestas que buscaba. Me mantuve atenta.

—¿yo?, ¿del extraterrestre?, si claro como no.

—nunca especifique que fuera hacia T/N.

¿Mis oídos me estaban jugando una broma?, ¿Acaso había escuchado mal?.

—claro que si lo hiciste —trato de disimular, sin embargo el bochorno y titubeó en sus palabras lo delató.

—¡¿estás enamorado?! —del impacto su padre dejando caer las cuchillas.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora