xᴠɪ: "ʀᴏᴍᴘᴇ-ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴᴇꜱ"

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—Bueno, sí...

Louis se apartó con cuidado, sin soltar a su esposo, y lo levantó con él, hasta que ambos estuvieron sentados sobre la cama—. Tengo unos asuntos pendientes, pero me verás aquí en la noche.

—Está bien. Debo ir a clases, así que iré a prepararme —Recibió un asentimiento ajeno, por lo cual su ceño se frunció. No sólo Louis continuaba actuando extraño, sino que sus preciosos ojos azules aún no regresaban a la normalidad. ¿Estaba enfadado? —...Lou.

—¿Mh?

—¿Estás...? —No. No sería irrespetuoso—. Todo se encuentra bajo control, ¿verdad?

—No es nada por lo cual preocuparse —Alzó su mentón, ladeando un poco su cabeza a la par que una de sus cejas se arqueaba—. Cuando el control se pierde, siempre lo soluciono —Sonó amenazante, pero el atisbo de sonrisa en sus labios lo hizo ver poderoso, confiado y, sobre todo, superior ante cualquier ser del universo. Está vez no mintió, ni se sentía equivocado. Jamás—. Ve, se hace tarde para tus clases.

Clases que le importaban poco y nada, así como, exceptuando a Harry, todo el maldito universo. Sin embargo, debía resolver aquel asunto.

Porque se habían metido con su niño favorito.

Harry dejó un tímido, suave beso en los labios del Diablo antes de salir de la cama, levantándose con pesadez, y estirándose en el camino al baño. Louis, en cambio, aguardó en su sitio, demostrando calma, paciencia, hasta que la puerta del otro cuarto se cerró con cuidado, y sus ojos volvieron al vacío, opaco color negro.

No le tomó ni un segundo ponerse de pie y, en tan sólo un parpadeo, apareció en la habitación del último piso de la casa. El sitio donde la madre de Harry dormía, quien, por suerte, no estaba allí. Observó al demonio que poseía el cuerpo de Des vistiendo a su recipiente, silbando una melodía irreconocible con calma, pero, en cuanto alzó la mirada al espejo, notando la silueta de su rey a unos metros de distancia, no evitó paralizarse.

—Fuiste quien lastimó a Harry —Murmuró, alzando su mentón, y ambas cejas, como si estuviese sorprendido, incluso si no era así.

No preguntaría, porque no confiaba en ninguno de sus súbditos, por lo cual descubriría si en verdad fue aquella escoria frente a sí.

—¿Q-Qué? —El demonio dentro del gastado recipiente retrocedió, aterrado, hasta que su espalda estuvo contra la pared—. Y-Yo apenas le hablo.

—Eres el único demonio en la casa... —El arcángel metió sus manos dentro de su pantalón, dando un paso al frente, e ignorando el jadeo ajeno—...por lo cual no evito... —Alzó, una vez más, su mirada—...desconfiar.

—¡No fui yo! No, lo juro...

Supo que no mentía, porque el aroma no era el mismo. Louis podría reconocer cualquier demonio, incluso aparecer en cualquier sitio donde éstos se encontraban, pero esto último era impedido cuando se trataba de un demonio de encrucijada; uno que vaga solo por la tierra desde hace siglos, de un sitio a otro, al punto de ser irreconocible.

Sin embargo, ¿podría tener algo de información? No rogaría por ello a ningún ser del universo...

...pero era bueno advirtiendo.

—Te creo —Murmuró en un tono sarcástico, incluso si era cierto, antes de ladear su rostro levemente hacia la derecha—. De todas formas, tu estadía en la tierra finaliza hoy. Eres aburrido, e inservible —Ante aquel último comentario, el demonio no demostró felicidad, pero continuó asustado, asintiendo con rapidez ante las órdenes de su rey—. Vete, y trae al infeliz de vuelta. Dile que le envío saludos, que estoy vigilando su hogar, por lo cual, si oigo, presiento, o se me cruza la idea de un plan de parte suya, volverá indudable, y permanentemente —Habló con fluidez, tan sólo recibiendo rápidos asentimientos ajenos—. Y tú...vuelves a tu rutina habitual, o voy a encargarme de que tu eternidad sea putrefacta.

Dancing With The Devil | Larry Stylinson. 👹 | TERMINADO.Where stories live. Discover now