LUCY | YM |

Dear Angel

"Querido Angel.

Hoy haz abierto tus ojos por primera vez, estabas realmente angelical, el unico en el Universo que podría realmente hacer uso de aquella palabra, tus parpados se mecian lentamente atravez de las cortinas de pestañas doradas que brillaban con la luz del reflector sol.

Unos ojos celestinos claros como el cielo brillaban con la emoción de algo nuevo y a la vez aburrimiento, con una mirada expectante y un pensamiento digno de una mente tan poderosa que estaba fuera de mi entendimiento, el mío y el de todos los demas en la sala, rodeado de tontos habrás de pensar, demasiado ruido para tus sensibles y agudos oídos, demasiado ajetreo para tu pequeño, delgado y bronceado cuerpo, demasiadas miradas de adoración sobre tu lindo rostro. Milenios adormecido, sobre el aposento celestial y ahora rodeado de todos los ineptos ruidosos.

Diste una mirada fugaz alrededor tajante, consiente de tu posicion y poder y por un segundo te detuviste en la mía, como si me hubieras estado buscando.

¿Me haz visto? ¿Porque no saludaste, ni una sola sonrisa? ¿Acaso te lo han prohibido? Yo nunca habría querido algo como esto antes. Pidiendo en mi interior por recibir algo de ti, una mirada, una sonrisa, lo que fuera. Pero desde que saliste cual mariposa de un capullo casi que eterno, mi cuerpo no hace más que pedirme cosas que no creía posible y llenarme de deseos indecorosos que supuse haber enterrado para siempre, deseos, ciertamente, impropios.

Te veías hermoso como todas las flores del multiverso y brillante como mil soles reunidos, las túnicas blancas y celestes semitrasparentes sobre tu piel dorada realsaban tus delicadas facciones, tu perfil delineado a la perfección, la corona de flores que posaba sobre tu cabellera ceniza, tus caderas anchas y delicadas, tu cintura tan pequeña acompañada por un abdomen trabajado, delicado y tus piernas tan definidas, tu mirada escondida tras un manto blanquecino trasparentoso que cubría tus ojos, tan serio, sereno y etéreo.

Cuanta envidia te habrán de tener todos los seres en el mundo, ninguno siquiera llegando a nivel de tus pies, como si flotaras sobre ellos y con tu belleza te burlaras de sus miserables existencias.

No me culpes, no pude evitar y nisiquiera intente el reprimir mi sonrisa al verte pasar.

Aunque eso causara la muerte de miles, la desesperanza de muchos y la pérdida de otros. Y esque tu olor no se asemeja siquiera un poco a lo que imaginaba, lo sobrepasa en supremacía, demasiado bueno, demasiado adictivo, podría pasarme otros milenios respirandote y no me cansaría ¿No suena eso osado y peligroso?

¿Puedes creerlo querido Angel? Yo escabullendome como una mísera rata por el palacio celestial sólo para ver al nuevo príncipe del sol, al primero y único en la historia. Aquel que con su llegada promete la luz del mundo, la libertad total, el calor del hogar y la plenitud entera. Aquel que está destinado a derrotarme. Mi enemigo por naturaleza.

Creados bajo distintos deseos, deseos opuestos y determinados con metas definidas e incognitas.

Deseos de los de abajo. Y no, los demonios y diablos no están abajo.

Los humanos lo están, los verdaderos villanos, los verdaderos héroes.

Los deseosos y soñadores, los impulsores de nuestra creación.

Dejame introducirte en nuestra historia en caso de que no tuvieras una idea clara de la creación.

Los "demonios"  y "diablos" existen del odio, el rencor y la maldad venidera de los humanos terrenales.

De aquel hijo que deseó con fuerza asesinar a su padre, de aquel ladrón de tierras lleno de malicia y de aquella mujer que robó maridos y lastimó corazones.