—Nunca cambiarás —le dije.

—¿Y tú? No puedes decirme eso, tú estás allí acostado como si fueras un rey, ¡Haz tu maleta!

—Hice mi maleta hace dos días, arreglé los papeles para que llegásemos al hotel y también arreglé unas reservaciones para los pasaportes de ambos, reservé transporte cuando visitemos distintos lugares del caribe.

Se quedó en silencio, observándome de arriba a bajo mientras yo le sonreía con sorna.

— Me he casado con una agenda humana —dijo al final.

No me ofendí por su comentario, a menudo le hacía referencia sobre su torpeza o la falta de organización que tenía, y sabía que estaba mal ser cruel con él, en especial porque lo amaba y era mi esposo, pero llevaba años siendo distante con Jisung con el motivo de ocultar mis sentimientos, que se volvió una mala costumbre después de un tiempo. No lo hacía con querer, lo menos que quería era lastimar sus sentimientos, ya que me sentiría inmensamente miserable si eso ocurriera. Por eso, aceptaba con una sonrisa los insultos que se le ocurrieran.

—De todas formas, no te quedes allí. Ayúdame a ordenar mis cosas.

—¿Cuál es la palabra mágica? —hizo un mohín de decirlo, pero prefirió hacerse el desentendido y me dedicó una mirada asesina.

— Ahora Felix.

—¿Y el "Hyung"? igualmente, no, gracias. Estoy muy cómodo aquí, en nuestra cama con las sábanas tibias, y el colchón tan suave...

—¡Por favor! ¡Abracadabra! ¡Te amo! ¡Te lo suplico! Vamos, una de esas tiene que ser —exclamó algo más desesperado. Él era un desastre.

Y lo mejor es que ahora era mi desastre.

—La palabra mágica fue la tercera, y como la dijiste... te ayudaré —sonrió aliviado y me levanté.

Acomodé su ropa, también la doble y le elegí algunos conjuntos con los que sabía se vería hermoso. Nos vestimos en silencio hasta que bajamos a desayunar. Allí nos esperaban todos, desde MinYi la cocinera que  entregaba las galletas con la ilusión de conquistar a Changbin de niños, hasta mis suegros y mi madre.

—¡La pareja del año! —exclamó mi suegra y dio pequeños saltos de la emoción. Yeji le dijo que se calmara y su madre le respondió con un divertido "No seas amargada, Jinnie".

Desayunamos rápido, no teníamos mucho tiempo. No nos entretuvimos con despedidas muy largas ni sentimentales, volveríamos en dos semanas así que no era algo definitivo.

Él no me dejó conducir de camino al aeropuerto, seguía sin confiar en mí a pesar de haber sacado mi licencia esa semana. Llegamos justo a tiempo para procesar los documentos y pasar las maletas, abordamos el avión casi corriendo mientras la voz monótona de una mujer anunciaba que en cinco minutos el avión despegaría.

—Genial, iremos al Caribe —dijo Changbin cuando el avión se puso en marcha.

—Para pasar nuestra luna de miel —añadí, acariciando su mano en su regazo. Pero éstas le temblaban y las tenía sudorosas. Supe que estaba nervioso, incluso más que yo de pasar dos semanas solos sin nadie conocido a nuestro alrededor, de saber que ya éramos mayores de edad y casados. Podíamos hacer cualquier cosa, la que quisiéramos y nadie nos podría regañar. Yo también comencé a ponerme nervioso.

Pasamos todas las horas de vuelo durmiendo. Antes que mi celular se quedara sin señal, recibí un mensaje de Jisung que decía:

"Nada de sexo en el avión, es... es muy antihigiénico. Esperen a que estén en el hotel :D"

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Where stories live. Discover now