ㅤㅤㅤchapter five

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— El placer es todo mío señor Bridgerton.

— La señorita Hamilton, —comenzó Benedict, pronunciado el "señorita" con tono burlón robándole una sonrisa a la joven costurera— ha estado viajando por algunos países de Europa aprendiendo más cobre el arte del diseño y la confección, y buscando inspiración— ¿No es así Helena?

No pasó desapercibido por Anthony que su hermano la había llamado por su nombre, pero decidió morderse la lengua y no decir nada, observando la interacción.

— No conocí tantos lugares como estoy segura de que usted lo ha hecho señor, pero puedo decir que vi más que la mayoría de las personas que habitan aquí, sus hermanos me contaron que usted se encontraba lejos de casa, viajando. —Colin asintió.

Finalmente, aclarando su garganta, Anthony decidió entrar en la conversación— Permítame preguntarle señorita Hamilton, pero que la trae por aquí.

— He venido a traer el vestido de Eloise, por fin lo terminé y ya que mi tía no podía traerlo por estar demasiado ocupada decidí hacerlo por mi cuenta.

— ¿Usted sola? ¿A caballo? —cuestionó Colin sorprendido.

Helena asintió— No sería la primera vez que me encargo de despachar un encargo.

— Helena es una caja llena de sorpresas, créeme, no dejará de sorprenderte hermano. —Benedict sonrió recordando las anécdotas que habían oído junto a Eloise.

La joven les dedicó una sonrisa para luego girarse a la criada, tendiéndole el vestido— Lo mejor será que lo deje en algún lugar estirado para evitar que pueda arrugarse o marcarse en alguna zona que pueda llegar a dañarlo. Si hay algo que no es del agradado de la señorita Eloise o de Lady Bridgerton pueden enviar a alguien y yo misma vendré a buscarlo para ver que es lo que quieren modificar. —la criada asintió, haciendo una pequeña reverencia para luego marcharse hacia el interior del hogar.

— Helena, ¿tienes algún pendiente ahora mismo? —ante la pregunta de Benedict, la joven negó con su cabeza— ¿Sabes algo de esgrima?

— Si, durante la temporada que estuve en Francia tuve la oportunidad, se ofrecieron a enseñarme y decidí tomar la oferta. —ante su respuesta tanto Anthony como Colin abrieron sus ojos con sorpresa, pero Benedict por su parte ya se veía venir una respuesta positiva por su parte.

— ¿Quieres demostrarnos lo que has aprendido? Me gustaría practicar contigo y ver que tan bien te han enseñado Helena.

— No creo que eso sea una buena idea Benedict. —lo interrumpió Anthony.

— Ah, ¿Sí? ¿Y eso por qué Lord Bridgerton? —Helena ahora lo miraba fijante, esos ojos azules cargados de determinación.

— No creo que sea seguro para usted señorita Hamilton.

— ¿Por qué sería peligroso para mi pero no para usted milord? —cuestionó la joven.

— Me refiero a que...

— ¿Es sólo porque soy mujer?

— No, no. —a espaldas de Anthony, tanto Benedict como Colin habían alzado sus pulgares hacia la joven, tratando de contener la risa— Eso no fue lo que yo dije.

— Oh, pero estoy muy segura de que lo pensó.

— Una vez más está basándose en sus suposiciones señorita Hamilton, permítame explicarle por favor...

— No tiene que explicar nada, está claro que ese es su pensamiento. ¿Cree que por ser mujer no tengo derecho a aprender actividades como esa? Se sorprenderá al saber que en Francia la sociedad está un poco más avanzada que aquí y ya no es tan extraño ver a mujeres realizando esa clase de actividades, siendo tan buenas como los hombres, es una pena que algo como eso lastima su hombría señor. —finalizó con una ceja alzada, y sus brazos cruzados frente a su pecho. Por su parte, tanto Colin como Benedict aún trataban de no echarse a reír, deleitándose con la forma en la que Anthony se encontraba. Su boca estaba ligeramente abierta, como si tratara de articular alguna palabra, pero nada salía de ella, y su mirada dejaba ver lo sorprendido que estaba ante las palabras de la joven.

— Creo que será mejor si Benedict y yo aguardamos en el patio, además hay que buscar un florete para Helena. —con dificultad, Colin intentó empujar a Benedict hacia el jardín ya que el joven no tenía intenciones de moverse debido a que estaba disfrutando bastante de la posición en la que Helena había colocado a su hermano, estaba seguro de que era una de las primeras personas que lo había dejado sin habla— Camina Benedict, antes de que ella destroce a Anthony. —agregó en un susurro, provocando que Benedict soltara una carcajada.

— No quise... no quise ofenderla señorita Hamilton. —murmuró de forma, dándole un codazo a Colin cuando notó que este soltaba una risa— Le aseguro que es esa no fue mi intención, si me permitiera explicarle a que me refería...

— Si, estoy segura de que no. —murmuró Helena chasqueando su lengua— No es necesario que lo explique Lord Bridgerton, las cosas están claras.

— En verdad es usted una mujer imposible señorita Hamilton.

Helena lo observó fijamente, y Anthony solo pudo pensar en lo bonita e imponente que lucía con esa mirada cargada de determinación y también ira, y con esa confianza y seguridad con la que hablaba cuando algo no le parecía correcto.

— Creo haberlo escuchado decir eso antes.

— Porque lo es. —afirmó el vizconde— Ahora si me permite explicarme, no quise ofenderla y jamás dije que usted no podía participar de actividades como esta solo por ser mujer. Simplemente me preocupa su seguridad porque sé lo tramposos y despreocupados que son mis hermanos al practicar esgrima, no quería que en un descuido de parte de ellos usted pudiera salir herida, aunque estoy seguro de que muy capaz de hacerles frente. —el muchacho suspiró, pasando una mano por su cabello de forma nerviosa, dejándolo aún más desordenado, y pudo ver como algo más se abría paso en los ojos de la joven, como si hubiese logrado apaciguar esa ira que se había desencadenado— Créame, ya me quedó claro que usted es mucho más capaz que todas la señoritas que he conocido en mi vida.

— Oh, creo que debo sentirme halagada entonces, porque estoy segura de que han sido muchas. —le dedicó una sonrisa sarcástica— Ahora, con su permiso. —la joven tomó el baúl y lo llevó hacia el patio lateral donde Colin y Benedict aguardaban por ellos.

Alejándose y dejándolo una vez más estupefacto, con las palabras en la boca, sin darle una oportunidad siquiera a poder responder. Anthony cerró sus ojos y sus labios con fuerza, respirando profundamente antes de acercarse a los demás. 

— No quiero oírlos decir una palabra al respecto. —siseó en la dirección de sus hermanos cuando notó que Helena se alejaba algunos pasos para elegir su florete.

Benedict soltó una risa— Tranquilo Anthony, no íbamos a decir nada, Helena ya te hizo pedazos y nos has dado pena como para seguir echando sal en la herida. —a su lado Colin negó con una sonrisa para encaminarse en búsqueda de un florete, siendo seguido por Benedict.

— Esta mujer va a terminar volviéndome loco. —murmuró Anthony soltando un suspiro, porque Helena parecía saber que botones tocar para alterarlo con semejante facilidad, y si Anthony era sincero para su sorpresa eso no le desagradaba. 

𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒 ¹ | a. bridgertonWhere stories live. Discover now