|| CINCO ||

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SKYE🌻

La alarma no dejaba de sonar por quinta vez. Yo seguía enredada entre las sabanas y con un zapato puesto todavía. Trato de levantarme, pero caigo de la cama, «como siempre». El ruido hace que Madison se despierte y empieza a balbucear, pero no logro entenderla.

—¿Estas bien, Skye? —pregunta.

Se acerca hasta mi tratando de desenredar la sabana donde estoy metida pero solo logro sacar una mano.

—No Madison, no estoy bien. —digo seria.

—¿Recuerdas algo de ayer?

Logra desenredar la sabana y puedo levantarme, tomo asiento en el filo de la cama y toco mi cabeza que duele un poco, tal vez por el alcohol que había bebido anoche. Trato de recordar algo, pero no. Mi mente está en blanco, lo único que sentía, era el sabor amargo en mi boca.

No puede ser

Me dirijo al baño y me lavo los dientes para seguir sintiendo este horrible sabor. Madison busca su móvil por toda la habitación, pero no lo encuentra. Así que la ayudo, buscamos en cada esquina, debajo de las camas, entre los libros arrumados en una esquina, pero no. Busco mi móvil para poder marcarle y comienza a sonar. Al final lo encontramos en la bañera del baño. No sé cómo pudo llegar su móvil ahí.

Mientras Madison tomaba un baño, yo estaba tratando de recordar lo de ayer. ¿Por qué mi boca tenía ese sabor amargo? Entre recuerdos borrosos solo logro recordar la voz de alguien

Olvídalo

Mierda. Como odiaba tener una mala memoria. Empiezo a caminar por toda la habitación como si mis recuerdos estuvieran esparcidos por aquí y los estaba buscando.

Definitivamente no volvería a beber alcohol. Jamás.

—¿No recuerdas nada? —dice Madison saliendo del baño con una toalla a su alrededor.

—No, mierda —murmure lo último.

—Deja de atormentarte con tus pensamientos. De seguro no hiciste nada malo —se alzó de hombros.

—Seguro —respiro un poco aliviada.

—Bueno, se nos hace tarde. Alístate.

—Voy —dije adentrándome en una ducha de agua fría.

Luego de 15 minutos salgo de ahí y voy hacia mi armario para buscar que ponerme. Veo la hora en mi móvil, me doy cuenta que voy tarde otra vez y Madison se ha ido sin avisar.

Busco unos jeans y una camiseta. Ato mis botas y voy por mi mochila. Salgo de la residencia rápidamente y voy por la acera. Veo que estoy cerca de la universidad y voy corriendo más rápido. Llego y trato de recordar qué clase toca hoy.

Escucho mi móvil vibrar y lo saco de mi bolsillo trasero. Es una notificación, pero de alguien que no conozco. Guardo mi móvil de nuevo mientras me paseo por los pasillos para encontrar mi clase.

Logró encontrar mi clase. Pero me doy cuenta que tengo clases de nuevo con la maestra Miller. No encuentro que excusa poner, y sé que no puedo tener más tardanzas. Respiro hondo antes de tocar la puerta, y arreglo mi cabello despeinado. Toco la puerta con la mano derecha, por dentro pidiendo que no este de mal humor hoy. Aunque siempre lo está.

La puerta se abre y la maestra me mira de pies a cabeza.

—Buenos días, señorita —suspira mirándome.

—Lo sien

—No más excusas, pase antes que me arrepienta —escucho otro suspiro.

Respiro aliviado y voy a mi pupitre de siempre. Es raro que la maestra me dejara pasar sin decir nada más que eso. Tal vez hoy está de buen humor. Dejo mis cosas a mi costado y la maestra empieza con la clase.

PRIMAVERA [1]Where stories live. Discover now