ᴘ ᴀ ʀ ᴛ ᴇ 2.- Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 11

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— Lo se, Brooke, pero era muy arrogante, obviamente no iba a salir con el — negó Meghan con el teléfono pegado en la oreja.

Había adquirido la costumbre de ser muy expresiva cuando hablaba por teléfono con su amiga pelirroja.

— Pero era guapo ¿o te atreverás a mentirme en la cara?

Meghan carcajeó.

— Te acabas de ir y ya te extraño — suspiró — le das a mi sobrina las cosas que le mande.

— ¡Por supuesto! Yo también te extraño, cariño.

Tocaron el timbre del apartamento.  Meghan frunció el ceño, no esperaba a nadie.

— Oye, alguien llama a la puerta, hablamos luego.

— Nos vemos, linda.

La chica camino abriendo la puerta encontrándose con su pequeña sobrina en la entrada.

— Hola, tía Meghan.

— ¡¿Morgan?! — exclamó la chica, cargando a su sobrina — ¿que haces tu solita aquí?, ¿te escapaste?

Morgan negó riendo.

— Papá me mando por paquetería.

Meghan frunció el ceño.

— ¿Ah si mentirosita? — le dijo haciéndole cosquillas mientras la pequeña se retorcía riendo entre sus brazos.

— Bien hecho, Maguna, te has ganado la paleta.

Meghan quedó sorprendida cuando vio a Steve con Tony en la entrada de su casa, no lo podía creer.

— Morgan, ve al cuarto de tu tía a ver tus caricaturas en lo que platicamos.

— Esta bien, papi — se bajo de los brazos de su tía, no sin antes darle un dulce beso que la hizo sonreír.

Meghan la siguió con una sonrisa.

— ¡Está enorme! — le dijo — se parece mucho a mi, ¿verdad?

Tony rodó los ojos, era la verdad.

— Me sorprende tenerlos aquí, a ambos — sonrió amable mirando a Steve — ¿sucede algo?

Tony miro a Steve y asintió. El debía ser el que le contara a Meghan.

— Tenemos algo, podríamos regresar a todos...

Meghan perdió su sonrisa poco a poco, negó con la cabeza agachando la mirada.

— No me den falsas ilusiones.

Steve se acercó y la tomó del rostro, dejó un beso en la frente de la chica.

— Te necesitamos en Nueva York, es momento de volver a casa.

Meghan negó.

— ¿Y si no funciona?, no puedo resistir perder a Axel dos veces.

— Va a funcionar — interrumpió Tony seguro.

Meghan asintió lentamente.

— Creo que debo empacar...

— Mañana temprano nos vamos, ahora, had feliz a tu sobrina.

Meghan sonrió ampliamente.

— Bueno, ustedes pueden dividirse las otras habitaciones — dijo bromeando — yo haré una divertida pijamada con mi chica favorita.

— ¿No nos invitarás?

— Obvio no, le prometí que bailaríamos y...

— ¿Volviste a bailar? — preguntó Steve interrumpiéndola.

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