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Gou Félix hizo prometer a su hermano que iba a cuidar a Ren ShuYang.

Aunque ShuYang nunca supo por qué, la verdad era que el mayor de los Gou no soportaba los matones, él mismo, en sus tiempos de estudiante, era el encargado de defender a los que no lo hacían por si mismos, pero ella ya había terminado el colegio, y no podía defenderlo, así que confiaba que su hermano dejaría de importarle una mierda todo si al menos iba a la escuela para cuidar de él.

Por más que una parte de ShuYang estaba ofendido, porque él no quería ningún guardaespaldas, una parte de él sabía que no le haría mal.

 Y la idea de que Gou MingRui lo cuidara le gustaba.

Al día siguiente, MingRui se había sentado en el banco junto al suyo, mandando a la mierda a la chica que reclamó su lugar.

ShuYang se había ganado miradas de odio por parte de la chica y de sus amigas, pero MingRui dijo que si él no podía decirles nada, él lo haría. Eso le había causado gracia y había soltado una risa muda, no pudo evitar ruborizarse cuando vio a MingRui sonreír por aquello. Se preguntó si lo hacía porque su risa sin ruido era muy ridícula, si él mismo era ridículo. Esos pensamientos lo habían hecho bajar la cabeza, avergonzado, y MingRui se había dado cuenta de su cambio.

—¿Qué pasa, Ren? —preguntó con amabilidad, doblándose para mirar a ShuYang al rostro, que tenía agachado.

El chico negó, aunque sus manos se movieron en un gesto que MingRui no pudo entender.

MingRui suspiró un poco, no sabía nada de ShuYang, pero parecía que él no se había acostumbrado a no usar la lengua de señas.

Gou tomó su cuaderno de notas y una lapicera, dejándolo caer sobre el banco de ShuYang, haciendo que el chico se irguiera con sorpresa.

—Di lo que quieras— dijo, señalando el cuaderno.

ShuYang tomó la lapicera con duda, escribiendo lentamente y con vergüenza, luego le alcanzó el cuaderno a MingRui

"¿Soy ridículo?" preguntaba en la hoja.

MingRui frunció el ceño, mirando las palabras y luego alzando para ver a ShuYang, quien volvía a mirar hacia abajo, pero notó el brillo de las lágrimas.

Enojado, MingRui arrancó la hoja del cuaderno, rompiéndola en muchos papelitos, haciendo que ShuYang lo mirara.

Juntando la hoja rota en su puño, apretando con fuerza, MingRui se inclinó hacia ShuYang, mirando directamente sus ojos.

—No tienes nada de ridículo, Ren. 

Mute | rsy x gmr | BOYSTORYWhere stories live. Discover now