Resumen:
El asistente está solo. Ahora no lo está.
Ahora no saben si alguna vez podrán regresar.
░⃝⃦✑Titulo original: Oh Copendent We
░⃝⃦✑Historia de: strayloser
Ao3: https://archiveofourown.org/users/strayloser/pseuds/strayloser
⿻⃟⌨ Está histori...
Nota de autor: Capitulo de introducción obligatorio.
Nota extra: Sun y Moon son la misma persona en este fic.
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A las ocho y media de la mañana abre la guardería.
El asistente de la guardería gira sobre sí mismo mientras termina de empujar la puerta izquierda para abrirla, moviéndose hacia el lado opuesto a esta. Se balancea en su lugar cuando los últimos recién llegado de la mañana se dirigen a la entrada "principal" del recinto . Como si el tobogán no estuviera ahí. ¡Maleducados!
Pero, por desgracia, todo esto está de acuerdo con el protocolo. Solo las personas que lleguen tarde y al mediodía pueden usar el tobogán. O niños realmente persistentes.
Mantiene los brazos abiertos a modo de saludo.
— ¡Buenos días a todos! ¡Estoy tan feliz de verlos!
Juntó sus manos, girando en un espectáculo de alegría cómica.
— ¡Y es tan agradable ver caras conocidas que regresan!
Saluda a Elijah, un niño que ha frecuentado la guardería desde hace mucho tiempo. Tiene cuatro años, casi cinco. Pronto, ya no podrá venir aquí; y él asistente tendrá que hacer tiempo extra para pasar con él.
Él le saluda de vuelta.
— ¡De acuerdo! ¡Padres, por favor acompañen a sus hijos adentro mientras escaneo sus pases y los registró en la lista de invitados para hoy!
El asistente se hace a un lado, lo que permite que los padres entren a la guardería con sus hijos.
"Emily Smith, pase estándar."
"Jeremiah Miller, pase estándar."
"Elijah Davis, pase estándar. Caduca en dos días, cuando cumple cinco."
Se agacha, con las manos en las rodillas mientras inclina la cabeza hacia él.
— ¿Quieres jugar al escondite cuando termine?
Una sonrisa se extiende y se divide en el pequeño rostro, de oreja a oreja.
— ¡Sí!
Ese es su juego favorito; lo que se ajusta al horario.
— ¡Entonces será lo primero que hagamos hoy!
— ¡Gracias!
Elijah chilla de alegría, de una manera que solo un niño puede hacerlo, saltando hacia adelante y colgándose del cuello del asistente.
— ¡Gracias, gracias, Sunny!
— ¡Oh, oh, oh! ¡Qué buenos modales!
El niño no parece tener en cuenta el hecho de que ahora está envuelto alrededor del cuello del asistente, igual que un mono a un árbol. Sun le devuelve su abrazo con anhelante entusiasmo.
