Capítulo 35. Amigos

Comenzar desde el principio
                                    

Entonces Slate deja de sonreír.

La he cagado, solo quería verle, pero está claro que él no quiere verme a mí.

Dejo las jarras para que ellos las tomen cuando quieran, más tarde vendré a recogerlas, pero cuando ya no quede nadie.

Voy a irme, no tendría que haber venido en ningún momento.

—Santa Diosa, cada vez apestan más —dice un beta que pasa por mi lado.

No es casualidad que los gammas con olores más fuertes y desagradables para los demás miembros de la manada estemos destinados a las cocinas, allí nadie nos ve, no nos huelen, no molestamos.

Casi tiro una de las jarras queriendo salir de allí corriendo, pero entonces siento una mano en mi hombro.

—Ey, Mop, ¿qué haces aquí? —Es Slate, y me giro para verle.

Me siento tan estúpido que quiero comenzar a pedir perdón, como siempre.


—Yo traje agua —digo como un imbécil, obviamente eso ya lo ha visto Slate.


—¿Ahora haces eso? —Me pregunta dudoso.

Claro que no, yo no salgo de las cocinas, yo no voy a la zona beta a ver a uno de ellos que me ha ayudado en mi celo, yo no voy a acosarle porque no he dejado de pensar en él.

Y lo sabe, Slate lo sabe porque me mira con pena.

Me siento tan ridículo.

Los betas a las espaldas de Slate nos están mirando con curiosidad, y sé que esto va a acabar aún peor.

—Slate, ¿tú también eres como Hammer ahora? —dice un beta bastante mayor, con una sonrisa burlona.

—Quizás ahora los gammas se pongan de moda —se ríe otro.

—Joder, pero este es muy feo, me pido a la de ayer —dice otro.

Y sé lo que viene, siempre es igual, ahora Slate tendrá que insultarme para que sus amigos no se rían de él.

Como había hecho Chip, como hacía Rake.

En un acto de autoprotección, trato de agarrarme con mis propias manos el vientre, trató de hacerse pequeño y duro.


—Para eso se te tendría que levantar, Clod—dice Slate con una sonrisa—. No insultes a Mop, es mi amigo y tiene mejor gusto que cualquiera de vosotros.

Levanto la mirada, ¿su amigo? ¿Slate me ha defendido delante de los demás betas? Miro rápidamente a las espaldas de este loco beta, y veo que los otros sonríen y el tal Clod se sonroja abochornado por el insulto de Slate.

Miró a Slate, ¿mi amigo? Entonces Slate sonríe, y me aprieta el hombro, haciéndome sonreír de nuevo.

—¿Cómo has estado? —me pregunta Slate andando hasta la salida conmigo.

—Bien, con mucho trabajo —reconozco aún nervioso.

Slate cabecea, pero no deja de sonreír.

Estamos fuera de la casa, y yo tengo que apartar la mirada de Slate, porque me siento que soy completamente transparente en ese momento. Miro a mi alrededor.

—Son bonitas —digo sobre las línea de casas en construcción.

Slate me mira, y mira las casas, asintiendo.

—¿Has estado alguna vez en la zona beta? —pregunta prudentemente.

—No, es la primera vez —reconozco, mirándole tímidamente.

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora