Parte 2.

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Ahora el hombre estaba preparado para el resto del cuerpo. Lo que quería hacer ahora era que lloviera. No llover agua si eso es lo que piensas. Él quería que lloviera otra cosa. Agarró con ambas manos los pechos no completamente desarrollados y luego comenzó a cortar los pezones de Mabel. Una vez hubo terminado, la sangre comenzó a salir, como el géiser Old Faithful (3). Estaba asombrado por la maravillosa vista de la fuente de la sangre que había hecho de esos pequeños pechitos y se puso a bailar alrededor del cubículo, dando un salto sobre cada mancha de fluido que estaba en el suelo.

Cuando la sangre comenzaba a fluir un poco menos, el hombre se trasladó a las piernas. Tras colgar los pezones de Mabel al lado del cuero cabelludo (serían su premio también), comenzó a cortar las piernas de Mabel.

Empezó a cortar, moviéndose más rápido que un piloto de carreras en una pista de asfalto liso. Cortes alargados fueron apareciendo en sus rodillas hasta que fue expuesto el hueso del fémur. En ese momento, sus piernas y su cuerpo sólo estaban unidos por una fina línea de cartílago. Entonces el tipo se dedicó a los pies. Con el cuchillo tan afilado como una hoja de afeitar, cortó, uno por uno, los pequeños dedos del pie. El cuerpo de Mabel estaba perdiendo tanta sangre que empezó a hundirse como un globo desinflado. Ahora donde más salía era desde los dedos cercenados de los pies. La sangre de los pies estaba haciendo un mar de rojo en el suelo.

El hombre, ahora con su chaqueta negra de lana completamente salpicada de rojo, clavó el cuchillo en el pie izquierdo de Mabel. Comenzó a hacer otro corte, similar a lo que le hizo a su cuero cabelludo, es decir horizontalmente. Esta vez el corte le salió mucho mejor que el que hizo en el cuero cabelludo. Repitió la operación con el otro pie y luego los colgó al lado del cuero cabelludo y los pequeños pezones.

Los pies de Mabel eran ahora un gran lío de carne, músculos, sangre y nervios. Mabel (que todavía estaba viva) tenía la cara ahora completamente expuesta a todos los cortes que le estaba haciendo. El hombre se quedó mirándola un momento, observando la sangre que cubría totalmente su pecho; Ya que en realidad sí tenía un alma en realidad, en el fondo... él no quería someter a la niña a la miseria que estaba a punto de soportar. Así que tomó el cuchillo largo y la apuñaló en el medio de su pecho, justo donde estaba su corazón. La sangre que se derramó de ella fue mucho más que la que salió desde sus pezones.

Una vez que la mayor parte de la sangre salió, el hombre bajó hacía la ensangrentada vagina de Mabel.

Esta vez usó el cuchillo con mucho más cuidado: Se colocó cerca de la zona de donde estaba su cuello uterino y metió la hoja del cuchillo hasta el fondo de su agujero. Metido completamente en la húmeda cueva de Mabel, el hombre empezó a girar el cuchillo, cortando las paredes de la cámara uterina de Mabel. La punta se puso finalmente en su interior, y, con mucho cuidado, cortó cada una de las trompas de Falopio de Mabel.

Fue un trabajo duro. Tuvo que ser muy cuidadoso. Lo había hecho muchas veces antes, pero hoy no era su mejor día. Se había cortado accidentalmente cuando cortaba uno de los lados de la vagina de Mabel, cuando estaba tratando de cortar el músculo externo que lo rodeaba. El hombre estaba muy avergonzado.

-Mierda, ojalá que nadie se dé cuenta de esto-murmuró. Tomó el cuchillo y lo sacó del agujero de Mabel, junto con sus ovarios y las dos trompas de Falopio clavadas en la brillante hoja cubierta de sangre.

El hombre sacó una gran bolsa de basura de plástico y limpió el cuchillo en él, por lo que los contenidos que había clavados en él irían a parar dentro de la bolsa. Pero desde mango hasta la hoja del cuchillo estaban de sangre más de lo que habitualmente había. Posó la mano en el hombro derecho de Mabel.

-Perfecto -se dijo el hombre ominosamente.

El hombre sacó un par de guantes de vinilo y se los puso. Agarró el cuchillo con fuerza, sintiendo unas fuertes ganas de hacer un corte aún más profundo de los que había antes. Después de un rato de cortar, cortar y cortar... el cuchillo del hombre finalmente logró salir a TRAVÉS al otro lado del mismo hombro.

Una vez que el hombre vio el trabajo que él hizo, arrojó el brazo derecho en su bolsa de basura. Sentía un gran orgullo, sentía que podía alcanzar fácilmente su meta, así que se fue al otro lado del cuerpo de Mabel y comenzó a cortar el otro brazo. Sorprendentemente fue más fácil de sacar que el otro, y una vez que se logro hacerse con él, lo metió junto a su compañero en la bolsa de basura.

El cuerpo de Mabel era ahora casi seco, debido a toda la pérdida de sangre. El hombre sabía esto, y pensó que debía conseguir una bolsa más grande... Ahora para las piernas. El hombre hizo lo mismo con las piernas, y se sentía como cada extremidad fuera cada vez más fácil de cortar que la anterior. Una vez que ambas piernas fueron arrancadas, el hombre las metió en la bolsa. El cuerpo de Mabel ya estaba totalmente seco. Casi toda la sangre de su cuerpo había desaparecido.

Acercándose al cuerpo desmembrado de Mabel, la abrazó con fuerza, lamiendo todo rastro de sangre que quedaba en su cara y pecho, para finalmente meter el cuerpo dentro de la bolsa.

El hombre, ahora notando el cadáver de Dipper en el suelo, pensó: "Él debe haber de causado todo esto de las paredes.... Otro no haría daño". Y comenzó a cortar los apéndices, genitales y extremidades de Dipper. Lo hizo en el mismo orden y de la misma manera que con Mabel. Lo hizo esta vez de forma rápida, y lo puso todo en la bolsa también.

Ahora era el momento de limpiar.

Como se pueden imaginar, ese cubículo del baño era un colosal lío de fluidos. El hombre tomó un cincel grande y empezó a raspar todo el semen de las paredes para luego meterlos en la bolsa. Le tomóun tiempo largo, cerca d horas. Una vez que lo había hecho, necesitaba limpiar el piso, así que salió un momento del cubículo y trajo consigo un trapeador que había traído con él todo el tiempo. Secó todo el lío de semen, sangre, mierda y vómito, metiéndolo todo en la bolsa, hasta que los pisos y las paredes parecían respetables, lo suficientemente limpios para tratarse de un baño de restaurante de comida rápida, de todas formas.

El hombre salió un poco de limpiador de inodoros y limpió la taza del inodoro, ya que estaba mucho más sucio que el propio cubículo. Después de unos minutos, la limpieza del cubículo de baño había terminado y todo resplandecía de limpio como un coche nuevo.

Salió del cubículo, listo para buscar a su próxima víctima.

Salió del cuarto de baño, y fue a la cocina de atrás de Taco Bell.

Al entrar allí se acercó una máquina que había en la esquina. Era una máquina de aspecto extraño. Tenía una manivela en uno de los lados, un embudo en la parte superior, algo con forma de un taco en otro lado, cerca de lo que parecía ser una cinta transportadora.

- ¿Por qué siempre tengo que hacerlo todo yo? -se preguntó el hombre.

Colgó su chaqueta manchada de sangre y se quitó sus gafas de sol, revelando uniforme de empleado de Taco Bell que llevaba debajo. Estaba impecable. Tomó la bolsa, y, uno por uno, comenzó a poner las partes de ambos cuerpecitos desmembrados dentro el embudo. Una vez que la bolsa estaba medio vacía, siguió poniendo más partes y cosas dentro de ella; Sólo que esta vez... empezó a darle vueltas a la manivela. Una vez que la bolsa estaba vacía, ya habían fuera hecho dos tacos hechos.

No eran realmente tacos. En realidad eran partes de cuerpo humano con forma de tacos.

Estos bajaron por la cinta transportadora y el empleado, usando unos aerosoles, comenzó a pintarlos. Una vez que llegaron al final de la cinta transportadora, se veían como tacos auténticos.

El hombre agarró a uno de los "tacos", lo envolvió en papel secante y se dirigió a la parte delantera del mostrador. Se lo entregó al viejo cajero y luego volvió a entrar en las profundidades de la cocina.

- ¡Aquí está su TACO, señor! -le dijo el cajero alegremente al grasoso cliente que tenía en frente.

- ¡Gracias! -contestó Soos, entregándole el dinero al cajero.

.....

Dipper Goes To Taco Bell (Traducida al español)Kde žijí příběhy. Začni objevovat