•21• ¿Eres feliz, Jules?

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2 meses después

Shane

Jules y yo estábamos en su cocina una noche. No había pasado nada particular en los últimos meses, nada más que yo venir, platicar con ella, quedarme un rato, irme a casa, levantarme, ir a la universidad, volver.

Era extraño.

Como si todo estuviera en calma.

Pero cuando miraba a Jules raramente me miraba a los ojos. Cuando hablaba con ella, se sentía cada vez más lejos, como..., si estuviera aquí, pero en otra parte.

Se reía de mis bromas y pasábamos tiempo juntos. Se sentía bien. Pero la conocía muy bien. Había algo en nuestras interacciones que..., no lo sé, como si solamente me estuviera dejando guiarla.

Se sentía como alguien sin fuerzas, y lo entendía, tenía el puto corazón roto. Por eso le había dado tiempo. Pero el problema no era ese, sino que cuando buscaba a sus ojos azules, en ellos no veía la intención de cambiar nada.

Ella simplemente estaba en otro lugar.

— ¿Eres feliz, Jules?

Jules estaba secando uno de los platos con un trapo, mientras le daba otro. Habíamos tenido una cena bastante rica, pollo asado con papas y arroz. Jules era..., bastante buena cocinando.

La vi tragar, sin mirarme —¿Por qué me dices esto?

—¿Eres feliz, Jules? —pregunté de nuevo, metiendo más presión.

Necesitaba una respuesta, directa y sin rodeos, y sabía bien que si la dejaba, Jules era experta en esquivar mis preguntas.

Lo sabía demasiado bien.

Se quedó en silencio, y vi como pensaba observando nuestras manos. Probablemente decidiendo si ser sincera o aplicar la típica Jules, esquivar mi pregunta y olvidar.

Pero cuando me vio, supe que vio que no estaba para bromas.

—Mi vida está echa pedazos ahora, Shane.—suspiró, pero trató de sonreír un poco. Pude ver el dolor que guardaba, y eso me rompía el puto corazón. —No, ahora mismo no soy feliz. Pero eso no significa que no tenga la esperanza de estarlo. No ahora. Algún día.

Tuve el arrebato más grande del mundo. Porque la abracé. No supe cuando estaba tomándola de la muñeca y atrayéndola hacia mi, pero lo hice. La necesitaba cerca. Necesitaba..., no sé, coño..., necesitaba que se sintiera de alguna forma mejor.

Escuchar ver y escuchar a alguien que..., que te importaba admitir que no es feliz..., despierta un sentimiento..., que no le deseo a nadie. Y lo peor es que era normal... Mierda. Ella había roto con el poeta oscuro. Tenía el corazón roto. Nunca—

Nunca hubiera pensado que lo haría de verdad. Si no lo creí hace años,  menos ahora después de que estuvieran comprometidos.

Aún no me quedaba claro el por qué Jules había tomado esa decisión. Tenía mis sospechas y sus razones. Pero algo no cuadraba. En el fondo todos habíamos sentido que desde hace un tiempo Jules se estaba alejando de las cosas que le hacían feliz.

Miré en frente de mi. Abrazándola aún.

—Mapache, —susurré en su cabello.— Nadie se irá a ninguna parte. Tienes permitido ser infeliz. Estoy aquí. —la abracé más fuerte, porque sabía que mis palabras iban a tener un peso sobre ella que era duro, pero que necesitaba. Era hora.—... Pero tienes que salir de este estado. Tienes que dejarlo ir. Es algo..., que solo podrás hacer por ti misma. Lo entiendes, ¿verdad?

—¿De qué estás...?

—Lo entiendes, claro que lo haces.

De pronto yo fui quien lo entendió todo.

Esto no tenía que ver solamente con Woods. Ni con su carrera.

Todo comenzando con la muerte de su padre.

Había estado ahí. Claramente en frente de todos. Después de su muerte, Nadia y su hermano habían sufrido. La vi llorar por meses, y muchas noches. Pero ella lo había demostrado. Jules se había alejado, pretendiendo que podía..., que eso tampoco la había afectado solamente porque no quería que le afectara.

Todos lo creímos.

Pero desde hace más de un año Jules no ha sido la misma. Desde ese día ella ha cambiado. Porque incluso cuando no se trataban, era imposible que algo así no lo hiciera, ¿cierto?

La muerte de alguien significante en tu vida cambiaba a cualquiera. Incluso cuando no se permitían sentirlo.

No sabía muchas cosas que tenía en su mente. Pero de pronto esto fue claro para mi. Como si la conociera más que a mi mismo. Eso estaba matando a Jules por dentro. No dejarlo sentir por su orgullo.

Jules no quería lamentarse por la muerte de un padre ausente.

Sentí a Jules empezar a separarse, la abracé con más fuerza.

—¿Shane...?

Estaba temblando, y cuando enterré mi cara en su cuello. Sentí mis mejillas húmedas y los suaves sollozos saliendo de ella lentamente. Estaba llorando. Como si supiera que yo lo sabía. Tal vez, le había susurrado algo en impuso. Algo como puedes dejarlo ir, tú también lo perdiste. Tu también perdiste a un padre.

La vi desprenderse por primera vez.

—No quiero llorar por él.

Me abrazó con fuerza.

—Lo sé, cariño. —tomé la parte trasera de su cabeza.— Sé que no quieres.

No podía observar más.

Por fin entendía que era lo que sucedía con ella. No sabía como no lo había visto antes. Su madre era amiga mía, y me contaba... cosas de su vida. Me dijo muchas veces como yo le recordaba a su marido. Pero veía potencial en mi. Muchas veces me contó la historia de Jules y su padre. Como las había abandonado a ambas y formado a otra familia. Nadia me había contado sobre un padre maravilloso, Jules había crecido sin uno. Y no tenía ni idea de las heridas que eso podía dejar, heridas que no sanaban nunca.

Me quedé toda la noche. Ella estaba tan cansada que me dejó acomodarnos en el sofá. Uno de sus brazos abrazo mi vientre y dejó su cabeza en mi pecho. Tuve cuidado de hacer esto lo más inocente que pudiera. Lo único que quería era que se sintiera segura, en calma.

Si era sincero, tendría que haber pensado mejor. Tal vez, por primera vez estaba rompiendo una de mis promesas.

Porque mientras abrazaba a Jules no me sentí culpable. No pensé en Nadia, ni en Evan, ni en nadie más. Solamente en cómo podía hacer para que este momento se prolongara. Un lugar en donde Jules luciera como ahora. En paz.

Tomé una manta y nos arropé, dejando una luz en la oscuridad, y evitando pensar. Por un largo rato acaricié su cabello, casi por omisión hasta que me detuve, y por primera vez me di cuenta de que casi todas mis noches estaban al lado de una mujer que no era Nadia.

Porque como un bastardo egoísta no me había dado cuenta. Porque quería estar aquí con ella.

Porque no quiero vivir sin saber qué sentías por mi.

Vivir una mentira es lo que siempre he evitado desde que me cambiaste.

El ambiente en la sala se sintió frío, iba a venir el puto invierno.

My Wattpad Love "Growing Up" (Finales Alternativos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora