Capítulo catorce.

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Los siguientes días universitarios no fueron los mejores para Jeongguk, estaba estresado y ciertamente con un sentimiento feo atormentando su pecho.

Pero él estaba seguro de que estaba bien guardando todo, lo último que quería era molestar a su novio con los tontos pensamientos que ha estado teniendo sin falta.

No era nada, fue lo que se dijo.

Pero, entonces si no es nada, ¿por qué no deja de sentirse así?

Jeongguk picoteó la horrible comida que servían en cafetería, por alguna razón, hoy se veía más asquerosa que nunca.

—Hey, Gguk. —Le llamó Namjoon sentándose en el otro extremo de la banca, frunció el ceño al ver a su hermano así de ido. — ¿Todo está bien? ¿Y Taehyung?

—Ha ido a la enfermería, le dije que tenía un leve dolor de cabeza e insistió en conseguirme algunas aspirinas. —Murmuró de vuelta sin muchos ánimos de continuar la conversación, Namjoon lo notó y suspiró.

—¿No tienes dolor de cabeza, verdad? Habla, ¿qué es lo que tienes?

—Nada importante en realidad, sólo me he sentido cansado.

En realidad, cansado de mis pensamientos sobre no ser lo suficientemente bueno.

—Es mentira, te conozco. —Aseguró el moreno mirándolo con preocupación, su expresión se suavizó en cuanto pareció pensar algo. — ¿Es por ese chico nuevo, no? Toda la escuela habla de él y sobre como se ve muy bien junto a Taehyung.

Jeongguk tensó los hombros y soltó el tenedor mirando a Namjoon con una expresión que el moreno no pudo descifrar.

—Dije que sólo estoy cansado, ¿no lo entiendes? Deja de meterte en mis asuntos, no te interesaste en mí en todos estos años, ¿por qué lo harías ahora, eh? —Soltó a la defensiva mientras se levantaba de la banca, rió con ironía y se colgó la mochila en el hombro para marcharse dejando a su hermano con un sabor amargo en la boca.

Jeongguk siguió por los pasillos con apuro, debía llegar a los baños con urgencia.

Sintió sus manos temblar y el constante alboroto en su pecho, era mala señal.

—Mierda, no, ahora no.

Pidió empujando la puerta de los baños con desesperación y se encerró en uno de los cubículos para calmarse, no quería que nadie lo viera en ese estado.

—¿Has visto al chico nuevo? ¡Dios, es tan lindo y educado! Lástima que ya está apartado.

Jeongguk tapó su boca para callar su agitada respiración y cerró los ojos escuchando aquella conversación que suponía que venía desde el lavabo.

—¿Apartado? ¿Por quién? ¡No estaba enterado de nada! —Se escuchó una segunda voz con aparente desilusión consigo.

—¡Por Kim Taehyung! Ese soft del grupo C.

El segundo acompañante lloriqueó con molestia.

—¿Que no salía con el retraído de Jeon?

—¡No lo sé! —Respondió con el mismo sentimiento que su amigo, Seojoon les había parecido muy atractivo y educado. — Pero supongo que ya no, la mayoría del campus ha visto a nuestro Seo muy acaramelado y al parecer Kim no le es indiferente para nada.

Jeongguk sintió ganas de vomitar, ni siquiera era por el olor de la orina en los baños o porque extrañamente había papel regado por todas partes.

Quería vomitar por el terrible nudo que se formaba en todas partes, en su garganta, en el estómago, en su pecho.

—¡Yah! Es demasiado suertudo.

Y entre risas escandalosas se fueron del sanitario, dejando a Jeongguk abatido.

Taehyung regresó a la cafetería con varias aspirinas, jugos y otros aperativos. Su expresión decayó en preocupación al notar la banca vacía, ¿su novio se fue? Seguramente se sintió muy mal, estaba angustiado, probablemente su amorcito se había enfermado nuevamente por comer productos de dudosa caducidad.

Después de que su chico se recupere, él mismo se encargará de etiquetarle cada producto y de llevarle deliciosa comida hecha.

Asintió decidido a hacerlo la próxima vez que vaya a su casa o incluso pedírselo a Namjoon, esbozó un puchero y sacó su móvil en espera de recibir algún mensaje de su novio

Pero lo extraño era que se había ido sin avisar, ni un mínimo mensaje tenía.

Dejó las cosas en la mesa y se permitió buscarlo con la mirada por toda la cafetería, definitivamente no estaba ahí.

Su búsqueda se vió interrumpida al ver a Seojoon sentándose en el lugar de Jeongguk.

—¿Se te ofrece algo, Seo?

El chico le regaló una sonrisa cálida y tomó sus pequeñas manos, entregándole una brillante rosa roja.

Los chillidos de las chicas y algunos halagos de los chicos en la cafetería hicieron sentir incómodo a Taehyung, esto no estaba bien. Para nada bien.

—Taehyung-ssi, ¿tendrías una cita conmigo? Dí que sí, por favor.

¿Qué? Él de verdad se atrevió..

Taehyung le devolvió la sonrisa y tomó aquella rosa que le ofrecía.

—En realidad, Seo, eres un príncipe.

Seojoon sintió orgullo en si mismo, el griterío de la cafetería parecía apoyarlo ciegamente.

—Sí, un príncipe engreído y artificial como esta horrible rosa. —Siguió Taehyung tomando la mano del chico para colocar la rosa de vuelta, le miró por unos segundos y tomó las cosas que había conseguido principalmente para su noviecito. — No quiero salir contigo ni hoy ni nunca.

El castañito se colocó de pie, llevándose las cosas consigo y riendo bajito por la expresión de Seojoon.

—Ah, por cierto, no quiero que vuelvas a dirigirle la palabra a Jeongguk. —Su suave expresión se volvió dura, apretó su mandíbula y lo señaló con el dedo. — Te escuché la otra vez, la próxima ni siquiera te dejaré terminar.

Taehyung sonrió cálidamente dejando la cafetería, ahora tenía que buscar a su adorable noviecito.

Lo cuidaría en su malestar y definitivamente hablaría con él sobre el desagradable momento que Seojoon les hizo pasar.

Pero, no contaba con que esta vez no todo saldría bien.

♯❚ 𝐑𝐔𝐃𝐄. | 𝐆𝐆𝐔𝐊𝐓𝐀𝐄.Where stories live. Discover now