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Habia una vez una princesa llamada Park Sooyoung.

Ella no era como las demás.
Ella tenía pecas y un brillo rebelde en sus ojos.

Sooyoung no vive en un gran castillo como las demás princesas.
Ella vive en una acogedora y humilde casa. Es el hogar más cómodo para ella.

La princesa Park no vestía con vestidos extravagantes, ni joyas, ni zapatos de cristal.
Ella usaba zapatillas y pantalones deportivos.

A Sooyoung, a menudo la comparaban con sus amigas.
Ella les pedía que dejen de hacerlo, porque odiaba cuando lo hacian.

Un día, Park conoce al principe.
Pero él no era azul, ni rojo, ni violeta.
Era alguien como Sooyoung. Con errores, humilde, sin ocultar quien ni como era.

Ellos se enamoraron.

Park Sooyoung estaba feliz de que el principe sea él mismo, sin cambiar nada.
Ella estaba enamorada, y él también.

No batallaron contra dragones, madrastras, ni brujas vestidas de anciana. Ellos batallaban contra los estereotipos, los malos comentarios, y contra los obstáculos de la vida.

Incluso siendo diferentes e imperfectos, lograron todas sus metas.

Incluso siendo diferentes e imperfectos, ellos vivieron felices para siempre.

FIN

Happily Ever AfterWhere stories live. Discover now