Segundo Paso

14 3 0
                                    

"¿Por qué te pones rojo si no hace calor?", En ese momento me estaba muriendo de vergüenza, pero aún así, tome un poco de aire y mi excusa fue, "Es que te iba pedir que me ayudarás con el trabajo porque no entendí nada" mientras por dentro, escondía eso que no sabía ni como explicar en lo mínimo, más bien, ni explicar el porqué le mentí, mientras me explicaba la actividad que dejo el maestro, lo único que pude hacer en ese instante, era en pensar un plan para que nos hiciéramos muy buenos amigos, entonces vi como me empezó a ver fijamente a los ojos, por lo que creí, que ya se había enojado, por no ponerle la atención que se merecía, pero para mí suerte solo me dijo "No te preocupes si no entiendes nada, si quieres, después de clases te puedo enseñar un poco más sobre el tema" perfecta excusa que tuve para poder verla.

Ahora puedo comprobar que pasa con mis dudas, con mis ganas de verte, con mis ansias de volver a escuchar esa voz tan dulce como la miel, que cuando hablaba, lo único que podía hacer, era quedarme embobado en sus labios, como si fuera un reloj que te hipnotiza, haciéndome perder todo razón del tiempo.

Cuando salí de el instituto, al ver a mi mamá parada del otro lado de la carretera, vi como mi racha de suerte había terminado, llevándose toda esperanza de que pasará algo realmente bueno, de arrebatarme toda oportunidad de volver a ser feliz, pero como nada en esta vida es de color de rosa, al pasar la carretera mi mamá me dijo "apúrate que tu abuelito está demasiado grabé, y nosotros tenemos que ir a verlo, pero no hay nadie que cuide a tu hermana" al momento que me dijo eso, sentí como me dieron de golpes en la garganta, sintiendo como mi corazón empezaba a desgarrarse, porqué mi abuelo, siempre fue mi ánimo de felicidad de mi día a día, sin el, no se quien más podría tratarme como el.

Sentado en un extremo de mi cama, comencé a mandarle spam de mensajes a mi mamá, diciéndole que me diga todo lo que pase con mi abuelo. Luego de un rato, mi mamá solo me dijo "estará igual unas semanas, no te preocupes, estará bien, solo hay que esperar un poco" con la impotencia de no poder hacer nada, mis ojos comenzaron a ver borroso, justo en ese momento, que estaba en mi peor momento, escuché como mi celular vibraba, al ver y revisarlo, me di cuenta de los mensajes que había mandado la misma persona que me hizo sentir que volaba, que con un pequeño toque, podía hacer que cualquier persona muriera a sus pies, mejorando un poco mi ánimo, porqué me dijo que le pasará mi ubicación, para venirme a visitar, con el propósito de acompañarme un rato en este momento tan trágico para mí, cosa que me puso mucho mejor.

En mi espera, me puse a hacer la tarea para que se me olvidará un poco lo que pasó, sin embargo no funcionó nada, entonces escuché que alguien tocaba la puerta, en ese momento corrí con todo lo que pude para abrir, y para mí desgracia vi como la persona que estaba allí afuera, tenía un rostro muy triste, tanto que no aguante nada y me puse a llorar.

El paso al precipicio Where stories live. Discover now