One - Shot | STEREK

EL ZORRO Y EL LOBO

Se podía apreciar la tranquilidad que transmitía el bosque para todos los seres vivos que vivían ahí. Las ardillas trepando los árboles, los pájaros danzando en el aire, conejos brincando despreocupadamente, todos los animalitos lo disfrutaban, todo era pacifico, excepto por una criatura peculiar.

Caminando por el espeso bosque, un zorro de hermoso pelaje blanco con toques negros, una cola larga y esponjosa, ojos astutos y amables de color ámbar. Estaba enojado y triste.

No era un zorro común, era una criatura sobrenatural. Su tamaño es como la de un lobo normal. Sus emociones eran como un tornado que azotaban con fuerza a su corazón herido. ¿La razón? Fue traicionado por su propia manada.

El zorro pertenecía a una manada de Hombres Lobo, loco ¿no? Esa manada en particular era un tanto variada respecto a los integrantes de esta.

La ira que sentía al pensar en su antigua manada hace que algunos animales a su alrededor se alejaran de inmediato.

Ayudó, cuidó y protegió con garras y dientes a esa manada, lo dio todo y ¿Cómo se lo pagaban? Traicionándolo.

Pero, también lo invadía la tristeza. Una tristeza que albergaba su corazón, la manada era su familia, su ex Alfa era su, ahora, ex mejor amigo, hizo todo por él, lo ayudó y lo guio. Su traición fue como una daga al corazón. Estuvieron juntos desde que eran niños, eran hermanos de todo menos de sangre, pero el eligió a su novia sobre él, los años de amistad fueron desechados por el desagüe.

Lo entregó a los cazadores, solo por el simple hecho que dejaran a su manada. Al ser un Hombre Zorro es una especie rara y claro, su ex mejor amigo se le hizo fácil intercambiarlo como si fuera un objeto.

Se sintió usado.

Se dio cuenta que realmente no era parte de la manada.

Estuvo tres semanas encerrado en una jaula a manos de los cazadores, logró escapar, logrando matar algunos. Ahora estuvo viajando por tres días, buscando un lugar en donde quedarse.

– Malditos chuchos pulgosos, maldita manada espero que una bruja los convierta en chihuahuas y en feas cucarachas. – El zorro pensaba enojado y soltando bufidos.

Sus orejas se movieron y debajo de sus patas sentía vibraciones. Su nariz captó varios olores; pólvora y acónito, sobre todo, un aroma peculiar que le llamó la atención. Entonces lo escuchó, disparos y un rugido potente.

No sabía porque, pero corrió hacia la batalla que se estaba desarrollando más adelante. Cuando llegó, se escondió entre los arbustos, y suprimió su olor. Con ojos agudos, observó la escena frente a él. Un gruñido se le atascó en la garganta. Seis cazadores, claramente renegados acorralaron a un Hombre Lobo, quien estaba en posición de ataque, mostrando sus afilados colmillos y sus ojos destellaron de color rojo; un alfa.

Muchos dicen que los zorros y los lobos no se mezclan, pero están totalmente equivocados, pueden que tengan sus diferencias, sin embargo, pueden ser aliados y ayudarse entre sí.

El zorro blanco no dejaría que otra criatura inocente cayera en manos de unos despreciables cazadores. Estaba decidido, lo ayudaría.

Tenía que idear un plan.

– No tienes escapatoria. – Dijo uno de los cazadores apuntando con su arma al lobo frente a él. – Somos seis contra uno es tu fin, criatura inmunda.

El lobo gruñía amenazadoramente, lucharía con todo lo que tenía para acabar con todos ellos. Cuando el cazador estaba a punto de disparar y el lobo listo para atacar, un borrón blanco derribó a uno de los cazadores, quien no tuvo tiempo en defenderse el zorro acabó con su vida.