Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||

Inusual

—estas actuando raro sabes —comento aquel chico regresandome a la realidad.

—¿yo? —su comentario no tenía fundamentos ni lógica alguna—, tu eres quien actúa raro.

—no digas tonterías, soy el mismo de siempre —decía a la defensiva—, no demores tanto en terminar tu desayuno —regañó.

Tomo sus platos y se marchó sin más, dejándome sola en aquella carpa. Solté un enorme suspiro pesado.

Una vez termine mi desayuno, me cambie de ropa, doble y guarde el futón para tomar mis pertenencias retirándome de ahí. Apenas abrí la cortina me encontré el típico escenario en el cual Popee perseguía a Kedamono con intenciones asesinas, les ignore para dirigirme hacía la cocina donde deje los platos en el fregadero. En el camino me encontré con las chicas quienes fingieron no percatarse de mi presencia.

—buenos días —les saludé de manera amistosa, sin embargo no obtuve respuesta siendo ignorada por completo, seguían molestas conmigo.

Ya que no tenía otra cosa que hacer quise acercarme a los chicos para acompañarlos en lo que fuera que estuvieran haciendo, sin embargo, ambos jugaban con rifles, no podía ni acercarme a ellos. —“nop”—. Me di media vuelta para retirarme de la escena. Aún a pesar de estar a una distancia razonable de su campo de batalla termine recibiendo una bala en la pierna derecha y supuse que otra en la cabeza pues termine perdiendo la conciencia…

A mis oídos llegó el chillar de una sirena de ambulancia. Abrí los ojos, estaba al borde de aquel edificio del que había saltado anteriormente, sin embargo debajo de este habían espectadores mirando aterrados e intrigados hacia mi dirección, había una ambulancia, una patrulla de policía y un camión de bomberos. —“¡¿qué carajos está pasando?!”— me cuestione al instante.

—¡te tengo! —hablo una voz a mis espaldas— no te preocupes, no te soltaré.

Mire detrás mío encontrándome con un chico de tez morena delgado pero fuerte, el cual me sostenía de la cintura con firmeza y notoria preocupación. —“¿quién es el?”—me pregunté a mi misma. Aquella persona me hizo retroceder sin llegar a soltarme.

—ya estás a salvó —expreso con alivió.

—¿que está pasando? —le pregunté.

—te ví subir el edificio, se que no eres de esta zona porque yo vivo aquí y nunca te había visto, pensé que intentarías entrar a un departamento y robar algo así que llame a la policía —explico.

—¿y la ambulancia y los bomberos? —todavia no resolvía del todo mis dudas.

—te seguí y me di cuenta que querías saltar pero parecias estar en trance o drogada porque solo te quedaste ahí parada en el borde, la gente lo noto y bueno, así llegaron los demás.

¿Drogada?, ¿en trance?. Antes de poder decir nada de pronto sentí un dolor intenso en mi cabeza acompañado de un mareo estrepitoso, mi vista se nublo y perdí el equilibrio más no la conciencia, caí al suelo siendo sujetada por aquel chico, hablaba pero no podía distinguir sus palabras la cabeza me dolía tanto que sentía como si me atravesaran incontables objetos punzocortantes mientras que mis náuseas eran tantas que termine vomitando, —“¿qué me sucede?, ¿voy a desmayarme?”—. El malestar que sentía era tanto que creí que moriría. Los paramédicos no tardaron en llegar a brindar su ayuda. Termine perdiendo la conciencia.

Abrí los ojos estrepitosamente, fue como un pestañear, mi respiración era agitada y mi pulso apresurado. Mire los alrededores, me encontraba recostada sobre una camilla de hospital con un suero y poco más, un cuarto vacío en completo silencio donde mi precencia era la única, lleve mis manos a mi cabeza ya no dolía y las náuseas de habían esfumado por completo, estaba más tranquila, hasta que.., la puerta se abrió y cerro azotandosé dejando ver a mi madre quien hacía precencia en el sitio hecha una furia, llegó hasta mi dándome una bofetada sin previo aviso.

—tu no te cansas de causarme problemas no es verdad —recriminaba con enfado—, ahora resulta que también te drogas

Aquel tono que usaba me molestaba, me enfurecía que llegara solo a golpearme sin siquiera tomarse la molestia de preguntarme por mi estado, ¡estaba en un hospital carajo!.

—¡eso no es verdad! —me apresure a defender.

—invades propiedad privada, te drogas y luego haces una escena en lo alto de ese edificio —"recapituló"—, ¿no te da vergüenza hacer el ridículo? —regaño sin esperar respuesta—, tuve que salir del trabajo por otra de tus estupideces, al parecer no te basto con la anterior.

—¡escúchame!  —grite.

Lo único que recibí fue otra bofetada.

—cállate no quiero saber nada —amenazo—, tu espectáculo fue grabado y ahora está en todo internet —masajeo su sien con desesperación— porque te empeñas en arruinarme la vida.

¿Arruinar su vida?, cómo podía decir algo así,estaba claro que no le importa en lo más mínimo lo que pase conmigo, enfurecí.

—¡carajo mamá! —grite llena de irá—, ¡estaba por suicidarme y ni siquiera te importa, lo único que haces es pensar en ti misma!, ¿es que a caso no importa como me sienta?.

Mi voz temblaba y mis ojos se llenaban de lágrimas que no podía contener.

—no estás en posición de reclamar nada así que cierra la boca, nos iremos de aquí en un rato —fue lo último que dijo antes de salir del cuarto sin más.

Mis lágrimas seguían callendo, frunció el ceño y apreté los dientes con cólera, tome la almohada y hundí mi cabeza en ella para gritar tan fuerte como pudiera hasta el punto en que mi garganta dolió y por poco quedó afónica. Después de eso tuve que reprimir lo que sentía para no comenzar otra discusión entre ambas. Permanecí callada acatando las órdenes de mi madre la cuál me mandó a encerrar a mi habitación castigándome el acceso a internet, redes sociales, teléfono celular e incluso la televisión, además de negarme alimentos hasta el día siguiente.

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Ya no respondí a la pregunta que hice hace no sé cuántos capítulos pero contando está muerte en total son 21 muertes hasta ahora