Prólogo

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Siempre he sido una chica alegre con los demás pero en el fondo me siento pérdida, con ataques de ansiedad y estrés por mi trabajo. Es difícil estar en un lugar donde crees que no perteneces, a pesar de que tienes una familia que te quiere, donde todos piensan que es una familia perfecta porque está completa. Aunque no lo es, no es una familia perfecta ya que muchos secretos la rodean. Debo decir que soy la chica de la mala suerte, los chicos no se pelean por salir conmigo, nunca fui la popular en la escuela y mucho menos en mi trabajo.

Desde que tenia 17 años he tomado malas decisiones, lastimar mi cuerpo después de que algo malo me pasa o comento un error.  Sé que no es correcto pero de todas formas lo hago. No lo hago para llamar la atención de las personas. No me gusta que nadie vea mi cuerpo, es demasiada inseguridad. También sé que no soy fea pero aún así. Normalmente me la paso en mi habitación escuchando música y leyendo, a excepción de los fines de semana, adoro salir con mis amigas a cualquier bar, eso me evita tener malos pensamientos y olvidarme de mis problemas.

Soy el tipo de chica que se enamora por completo pero la otra persona termina decepcionándome, la última relación amorosa que tuve fue hace casi un año, literalmente éramos polos opuestos, quizás por eso no funcionó, a él le tomó un mes superarme y conseguir una nueva novia.

Sé que los sueños se cumplen si pones de todo tu esfuerzo y dedicación.

Pero después de que él apareció en esa fiesta cambió todo, mi vida tomó más sentido, ese chico con sentimientos revueltos y cabello lindo llegó para hacerme bien o mal en algunas ocasiones.
Sí, ese chico que alguna vez miré en una fiesta, pero que creí que jamás volvería a ver porque en ese momento tenía novia. Tres años después lo encontré, pasó por enfrente de mí, siendo él, un chico bastante alto y con hermoso cabello.

La oportunidad de estar contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora