Yuanfen. [•Extra•]

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En el vigésimo cumpleaños de Xingchen, por la tarde, Xue Yang llegó al pequeño campamento que habían levantado, cargando dos grandes jarras de vino de melocotón y una caja completa de diferentes tipos pasteles; sorprendentemente, estos últimos habían llegado intactos a las manos del Daoshi. Lo cual, lo hizo reír.
Y aunque el menor no comprendió el motivo de su risa, no le importo en lo más mínimo. Es decir, si este Daoshi se reía, el porqué, cuando o donde, pasaban a segundo plano y lo único realmente relevante era: escucharlo ser feliz.

-Xingchen, vamos a celebrar.~ -hablo con voz cantarina, producto de su buen ánimo y aunque, en un principio, el Daoshi se había negado a beber en exceso, Xue Yang lo convenció de tomar más de un par de copas; con un simple monólogo. -Me esforcé demasiado en preparar este vino, tratando de que sea perfecto. lo hice todo, yo solo, ¿Sabes? Fue difícil... nunca había hecho esto. y ahora que Xingchen, lo rechaza, me hace sentir muy... muy triste.

No pudo excusarse. El corazón del Taoísta era débil ante este chico.
Y así, ambos, comenzaron la celebración; bebiendo vino y a comiendo los pasteles que Xue Yang trajo.

Todavía no era noche; la luz del sol, aun no moría por completo, pero la fogata ya estaba encendida, cortesía del más joven.
Por su parte, Xingchen sostenía entre sus manos, la copa del trago, número "quien sabrá." Y al parecer, ya estaba un poco afectado, por el dulce licor.
Él permanecía inusualmente silencioso, mirando el fuego danzar sobre la madera que se consumía. Mientras que Xue Yang, lo observaba; Los cabellos sutilmente desordenados que caían gráciles, acariciando las rojas mejillas, los ojos que se entrecerraban y que desde la perspectiva del más joven, parecía salpicar brillo cada vez que el Daoshi pestañeaba. Todo, era demasiado hermoso. Tanto, que inconscientemente, el menor, lo estuvo mirando fija y profundamente, por un largo tiempo.

"Quiero tocarlo"

Pensó el chico. Y ese mismo pensamiento, activo la próxima acción; su mano se levantó, yendo directamente hacia una de esas cálidas mejillas y con el dorso de sus dedos le acarició. De paso, también aprovecho a apartar, con delicadeza, ese mechón de cabello que llevaba tiempo paseándose por el rostro del mayor.
En primera instancia, Xingchen abrió bien sus ojos y los guió a mirar a su acompañante. Luego, le sonrió.

-Esta fría. -Mencionó en un hilo de voz que no pasó desapercibido. Y bajo la atenta mirada de Xue Yang, movió su rostro, de forma tal que pudiera sentir esa agradable frescura, haciéndole abrir su mano y frotar su mejilla contra la palma agena. -Se siente bien. -Culminó, cerrando sus ojos, disfrutando del tacto.

"Quiero tocarlo."

Volvio en sus pensamientos y su diestra también se movió, sujetando y acunado el rostro del Daoshi entre sus manos. Sus pulgares se movían por sobre las suaves y tiernas mejillas, haciendo, solo un poco, de presión.
Sonrió por la dulce escena que había logrado ver.
Xingchen habiendo bebido licor, era incluso más adorable.

Sin pensarlo demasiado, se acercó a él, hasta que sus labios se encontraron a escasos centímetros de los ajenos. Ansiaba tanto besarlo. Más algo le hizo detenerse; el rostro de Xingchen se encontraba incluso más colorado y su postura, en sí, era bastante tensa.
Xue Yang no quería forzar nada, tampoco quería hacer algo que el contrario pudiera repudiar. Por lo mismo y mientras tocaba con su nariz, la del mayor, en voz baja, habló.

-Traeré fruta para enfriar y poder comer después.

Apartó sus manos del rostro de Xingchen, pretendiendo tomar distancia. Pero, algo lo detuvo; uno de los dedos del Daoshi se había adentrado en su ropa, sujetándolo con firmeza de la solapa. Xue Yang se mostró confundido. Más aún, al sentir los suaves labios del mayor, chocar con los suyos.
El beso fue breve y casto. Luego de eso, Xingchen evitaba mirarlo de frente. Aún así, y dada la cercanía que aún mantenía con él, entre susurros, apartando su mano de la ropa del chico, le respondió.

-Solo quedan algunas manzanas. Procura no perderlas.

Esto era demasiado. Xingchen podría matar a Xue Yang en cualquier momento, con una de estas acciones que solo provocaban el caos, dentro de este joven muchacho, lo descolocaban y le agitaban el mundo.

Xue Yang sonriendo más amplio, volvió sus manos al rostro del mayor, acercándose de nueva cuenta para arrancar otro beso de esos labios; uno más profundo y duradero.
Aun podía sentir el sabor del licor en la boca agena.
Un sabor dulce y adictivo.
Inconscientemente, su cuerpo comenzó a querer empujar a Xingchen hacia abajo y tal vez lo hubiera hecho, de no ser por esos torpes y ligeros golpecitos que el mayor le daba a su hombro, en su necesidad de respirar.

-¡Iré por las manzanas!~

Anunció con gran ánimo, tras separar el beso, dejando a Xingchen con una suave sonrisa en su rostro; misma, que iba entre la ternura y la timidez.

-No tardes mucho.~

Respondió Xingchen, guardando el espacio a su lado, para cuando Xue Yang regrese.

Aunque me tomo más tiempo de lo esperado, tengo un especial cariño hacia esta historia, por ser una de las primeras que escribí, dedicada exclusivamente a Xue Yang y Xingchen

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Aunque me tomo más tiempo de lo esperado, tengo un especial cariño hacia esta historia, por ser una de las primeras que escribí, dedicada exclusivamente a Xue Yang y Xingchen.

Gracias a todos y cada uno, por seguir "Saudade" por tomarse el tiempo de leer, votar y comentar.

Gracias especiales a Mochi, por prestarse a ser mi beta-reader. 💕💖

Estaré publicando más cositas de esta pareja.~

Nos leemos, pronto. 💖

•SAUDADE• •[XueXiao]•Where stories live. Discover now