Dentro de mi ser

3.3K 222 11
                                    

Vemos a Izuku y Ochaco, ambos viéndose atentamente, como cuando estas a punto de revelar el mayor secreto que conoces pero ¿por qué estamos en esta situación?.

Izuku: Sabes muy bien que no tienes que hacerlo.

Ochaco: Tienes razón Deku-kun, no tengo que hacerlo pero quiero hacerlo (dijo con una determinación bastante impactante).

Izuku: No te va a gustar todo lo que vas a ver.

Ochaco: Lo sé, pero si no hago esto, jamás podré volver a dormir tranquila, debo ver como falle y vivir eso toda mi vida (dijo mientras sostenía las manos de su amado, observando con horror sus cicatrices de torturas).

Izuku decidió hacer caso a su futura esposa, tomando sus manos con más fuerza, llevando a Ochaco en lo más profundo de su mente. Ahora Ochaco estaba en un lugar que nunca pensó en estar, una celda repleta de instrumentos de tortura, frente a ella estaba Izuku, siendo electrocutado por Shigaraki quien ocupaba uno de sus muchos quirks, mientras ocurría eso, Ochaco no apartaba la mirada, derramando lágrimas y mocos de su dulce y hermoso rostro, viendo con todo lujo de detalle como su amigo, su interés amoroso, su novio o su prometido estaba siendo torturado de manera injusta frente a sus ojos, una escena que ella jamás deseo que ocurriera pero esta era su forma de castigarse, ella deseaba ver todo esto para jamás olvidar su fracaso y como desde su punto de vista, ella le fallo a su Deku-kun.

Izuku: Okay, ya basta, con esto ya es suficiente (dijo con autoridad al ver el estado de su novia).

Ochaco: No, puedo seguir (decía mientras sonaba su nariz).

Izuku: Dices eso pero tu cara me dice lo contrario (se acercó hasta quedar delante de ella).

Ochaco intentaba limpiarse su cara pero Izuku le detuvo las manos, ellos forcejeaban debido a que ella deseaba seguir castigandose y el ya no aguantando el dolor que ella cargaba sobre sus hombros.

Izuku: Ochaco, no tienes la culpa de esto (dijo con una voz tranquila).

Ochaco: ¡Lo es, es todo culpa mía! (Decía llorando con desesperación).

Izuku cambio el escenario en donde ellos se encontraban, ahora vemos la habitación de Ochaco y a la propia Ochaco mirando su reflejo que estaba sentada en una silla, observando con todo lujo de detalle los papeles y el vídeo que habían inculpado a Izuku con traidor.

Ochaco: ¿Por que estamos aquí? (Dijo un poco más calmada).

Vemos como la Ochaco en frente de su escritorio estaba con grandes ojeras, parecía que estaba a punto de desplomarse encima de esos papeles, si vemos mejor su habitación parecía bastante desordenada.

Izuku: Por qué quiero que veas tu esfuerzo.

Ochaco Uraraka nunca creyó que su mejor amigo, un héroe sin capa, una persona con un corazón tan increíble pudiera ser un traidor, ella desde el día que arrestaron a Izuku no había parado de luchar para demostrar la inocencia de Izuku, muchas veces llegaba cansada a clases o se quedaba dormida en plena clase, las chicas al creer que Izuku era inocente y también para apoyar a su amiga decidieron ayudarla pero aún así se podía ver que la que más demostraba pelea en demostrar que Izuku era inocente era Ochaco.

Izuku: Tu nunca te rendiste, jamás pensaste que estabas equivocada y diste hasta la última gota de fuerza de voluntad para demostrarlo.

Ochaco: Pero... (ella iba a decir algo más pero fue detenida por Izuku).

Izuku: Eres la mujer a demás de mi madre que hizo todo por mi, eras la luz que iluminaba mis ojos, tu me diste tu amistad, me dabas una gran sonrisa cada mañana, me diste el mejor nombre de héroe que podría existir, no necesito nada más para saber que tu fuiste la mejor.

Ese momento se llevó la mejor imagen cuando vemos el beso, tan íntimo, tan apasionado, tan duradero que estos dos se dieron.

Ochaco: Me salvaste aun cuando no sabias quien era, me diste las agallas para pelear por mi sueño, me dijiste que mi deseo egoísta era digno de una heroína, jamás dejaste de ayudarme, eres la razón por mis sonrisas, cada vez que te veía me dabas ganas de sonreírle a la vida, eres alguien que capturó mi corazón.

Ahora ambos fuera de sus mente se vieron.

Izuku: Te lo dije ante y te lo diré de nuevo, Ochaco Uraraka, te amo con todo mi ser.

Ochaco: Izuku Midoriya, te amaré aún que el mundo te odie, no, te amaré incluso si Dios te odia.

El abrazo que se dieron reflejaba el sentimiento, algo digno de ser pintado, algo más bonito que un amanecer y más tranquilo que una lluvia de verano. La vida ahora les pertenecía a ellos y tal vez muy pronto a la criatura que tendrán esos dos.

Izuku El Héroe retiradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora