Día 1 y Día 6: Cita romántica / Bailar

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Revisó la hora en el reloj del lejano edificio al momento de alzar la mirada. Sus iris rojizos brillaron y se encontraron con el enorme péndulo del centro, ubicado casi en la cima de la construcción más alta de la ciudad.

Alastor apretó su mandíbula, forzando la expresión de su rostro y mostrando una sonrisa nada natural. Se mantenía cruzado de piernas con un libro entre sus manos mientras esperaba que su preciada cita llegara al lugar de encuentro. Por desgracia, se había retrasado por más de una hora y aquel hecho lo hacía llenarse de una ansiedad tajante que no quería reconocer.

—¡Alastor!

Escuchó su dulce voz y cerró el libro de tapa dura entre sus manos. Con un leve movimiento, lo evaporó con la magia de sus llamas verdosas y, seguido de esto, se puso de pie y giró al sentido contrario para encontrarse con un apresurado Angel Dust, quién venía corriendo hacia él desde la lejanía.

Angel llamaba la atención de los ciudadanos a su alrededor, ¿Cómo no hacerlo? Su apariencia iluminaba las calles porque era radiante, femenino, alto y andrógino. Un vestido rojo ajustado al cuerpo envolvía sus caderas, dejando que su escote resaltara el abultado pelaje de su pecho suave. Largas medias rosas le llegaban hasta por arriba de sus muslos, sus pies portaban botas de cuero color caoba y un par de brazaletes adornaban sus muñecas. El maquillaje de glitter rosa cubría sus párpados y pestañas y, por último, el mismo glitter recubría parte de las ondas naturales de su cabello blanco y perfumado.

La araña llegó hacia su hombre, suspiró para recuperar el aliento y acomodó su bolso rosado al costado de su hombro. Acomodó sus cabellos y se mordió los labios, no sin antes dirigirle una mirada preocupada.

—Lo siento, sé que te hice esperar demasiado —bajó su rostro y clavó su mirada sobre sus pies—. Los inconvenientes de siempre —se apresuró en mirar los ojos grandes de su Alastor y formó una sonrisa nerviosa—. Pero ya estoy aquí. Haremos todo lo que tú quieras, es mi forma de compensarte.

El hombre radio entrecerró sus ojos con un poco de alteración, la cual fue notable por la interferencia de su radio interna manifestándose en el ambiente. Acomodó su traje color bordó, ajustó su corbata y dio un solo paso hacia su novio. Levantó sus manos y sujetó su suaves mejillas entre sus manos.

A pesar de que Angel quería disimularlo, lo conocía y sabía que se sentía nervioso y alterado por la situación.

—Estaba preocupado, jamás llegas tarde cuando se trata de nosotros —le dijo Alastor con un tono suave para que no le temiera— ¿Qué fue lo que sucedió, lindo?

Angel le desvió la mirada con una repentina angustia en su semblante y no abrió la boca. Era una clara señal de que no quería hablar de eso... Y también era la señal de siempre, no quería hablar de su trabajo cuando ellos dos estaban juntos, lo ponía muy incómodo y lo hacía sentir expuesto.

Su novio lo entendió en segundos y no soportó la idea de que Angel se sintiera abrumado y triste, no en ese día tan especial e íntimo. Sonrió con astucia y no dudó en tomar a Angel de la mano para llevarlo consigo hacia el centro.

—¡Tengo una estupenda forma de animarte, cariño! —lo animó el de cabellos rojizos ampliando su sonrisa cada vez más.

Angel estaba desconcertado y dudoso. Pero, a medida que avanzaban, comenzó a formar una gran sonrisa. Ambos corrieron hacia un establecimiento nocturno, después de todo la noche era joven y ambos podrían pasar un tiempo divertido estando. No obstante, a la araña le pareció un poco inusual. Alastor no era la clase de persona que concurriría a bares o clubes nocturnos. ¿Qué era lo que planeaba en realidad?

Pasaron por la entrada luego de presentarse ante el vigilante de la puerta. Al solo contemplar al demonio radio y a su pareja, no tuvieron ninguna clase de problemas en hacerlos ingresar. Fue entonces que Angel se quedó boquiabierto al entender la temática de ese club. Era como si un pedazo de antro de la ciudad de Nueva York en los años cuarenta hubiera sido arrancado de la tierra y alguien literalmente lo hubiera incrustado en el infierno.

RadioDust Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora