—Sí, pero no tengo por qué hacerte caso —se encogió de hombros y fue a la cocina, seguro a desayunar. Ni siquiera se había fijado en que me arreglé para él. Era un idiota, sólo logra enfurecerme más. Lancé el control remoto contra un sofá y gruní para mis adentros. Cerré los ojos y traté de controlarme para no ir a la cocina y agarrar el primer cuchillo que viera para matarlo. Pero, ¿por qué estaba tan enojado? ¿No era eso lo que quise desde un principio? ¿Qué las cosas volvieran a la normalidad? No, ya no podía, no había vuelta atrás. Nos casaríamos de todos modos.

Me sentía frustrado al no poder acomodar mis pensamientos ¿lo quería o no lo quería? ¿Lo odiaba o no? ¿Me gustaba más así o como el chico que me amaba?

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Me sentía frustrado al no poder acomodar mis pensamientos ¿lo quería o no lo quería? ¿Lo odiaba o no? ¿Me gustaba más así o como el chico que me amaba?

—No frunzas el ceño, pareces un anciano —escuché pronto. Felix salía de la cocina y se dirigía hacia mí con una de taza de café en una mano y una galleta en la otra. Me extendió esta última, pero se la rechacé. No tenía hambre.

—Te queda una hora para arreglarte —le recordé.

—¿Por qué no podemos organizar la boda nosotros mismos? Sería más divertido —se sentó a mi lado y le dio un sorbo a su café.

—Pero más dificil —le contesté.

Recordé mi plan de chico perfecto y me acomodé a su lado, recostando mi cabeza en su hombro.

—¿Te encuentras bien? —inquirió preocupado. Se aparto de mí y me miró como si me estuviera volviendo loco. Suspiré y dirigí mi mirada hacia el suelo, sin responder a su pregunta. No lo podía entender, si quería ser bueno, dudaban de mí, y si hacía de malo todo se arruinaba. Tal vez eran las hormonas, pero los sentimientos se me enredaban haciendo nudos en mi pecho que provocaban que todo me afectara. Sentí unas fuertes ganas de llorar al oír la pregunta de Felix: "¿Te encuentras bien?" ¿Tan malvado me consideraba como alarmarse si yo era cariñoso?

—Bin, estás pálido... —farfulló mientras tragaba un bocado de galleta.

—Estoy bien —le dije de mala gana.

Mis planes nunca resultaban, era un fracasado. Jamás sería el chico perfecto para Lee, ¿en qué estaba pensando? Así que reconsideré mejor la situación y llegué a la mejor solución para todos mis problemas: Como jamás sería lo suficientemente bueno para Lix, debía encontrar a alguien que lo fuera. Total, había prometido hacerlo feliz, y si yo no era el candidato que todos esperaban, seguro otro chico o chica lo sería. Los nudos en mi pecho se hicieron más fuertes, tan fuertes que me imposibilitaron respirar por unos segundos.

—Ya Changbin, en serio, estás muy pálido ¿quieres un poco de agua? —negué con la cabeza y moví las manos para darme aire. No estaba respirando.

Las cosas comenzaron a darme vueltas y a brillar mucho. Felix soltó su taza y su galleta y corrió a la cocina, regresó con MinYi y un gran vaso de agua. Ambos me ayudaron a beber un poco y a recobrar el sentido y la respiración.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Where stories live. Discover now