—¿Y tú, Binnie?

—Nada —le contesté.

—No compró nada, pero le echó el ojo a algo que estaba fuera de su alcance —comentó Lia. Estuve a punto de caerme cuando nos bajábamos de la escalera.

—¿En serio? ¿Qué era? Si no te alcanzó el dinero debiste llamarme, me pagaron ayer.

—No seas tonto, Hyung. No te molestes —me apresuré en decir, pero él ya habia dado media vuelta dispuesto a regresar a la tienda.

—Deja que Felix te consienta, lo hace porque te ama —agregó Lia, alzando la voz para ponerle énfasis a sus últimas palabras.

Fue demasiado tarde para persuadir, en menos de dos minutos estábamos de regreso en la tienda. Estaba atrapado, no quería que Felix se gastara su dinero en algo inservible y caro para confirmar mi coartada, pero si no lo hacía quedaría al descubierto.

—¿Qué era lo que querías, Bin? —miré a todos lados, buscando algo llamativo y costoso. No había nada de mi gusto, nada que convenciera a Felix.

Era un asco, ya que él me conocía como la palma de su mano, no era tan fácil engañarlo en ciertos aspectos -excepto en mentiras blancas e inocentes-. Por ejemplo, en cuestión de gustos, él sabía como me vestía, no podía de un momento a otro pedir un abrigo estrafalario con estampado de cebra. Entonces, al final de la tienda, una repisa de perfumes iluminó mi mente. Eso era, los perfumes son caros y no estaban tan alejados a lo que yo usaba.

—Un perfume —le dije. Felix asintió y buscó donde estaban los perfumes, tuve que señalárselos y fuimos hasta la repisa para verlos. Lia resopló frustrada, esto no se lo perdonaría fácilmente.

Elegí un horroroso perfume con aroma a vainilla, pero era el más caro del lugar. Felix se mordió el labio cuando vio el precio, creí que se retractaría, pero no lo hizo. Me dijo que si eso era lo que quería, me lo regalaría. No me atreví a mirarlo a los ojos, yo era la peor persona del mundo.

Sin embargo, toda la farsa se vino abajo cuando la chica que atendía en la sección de perfumes nos dijo que la caja registradora estaba descompuesta y nos dirigió a la caja donde atendía el chico.
El calor inundó mis mejillas, al igual que el color. Podía sentir como bajaba por el cuello, la bufanda ya no me parecía tan necesaria.

—Volvieron —nos dijo a Lia y a mí el chico. Su sonrisa logró captar mi atención. Me reprimí mentalmente, no podía embobarme ahora, Felix estaba a mi lado.

—Sí, genial ¿no? —le dijo Lia.

Felix lo miró con desconfianza, pero el chico no pareció darse cuenta y clavó su mirada en mí. "Mira a otro lado, idiota. No es un buen momento" pensaba asustado. Después de que Felix pagara -me sentí culpable cuando le entregó el dinero, un gasto innecesario-, cuando nos dimos vuelta para salir, el chico se apoyó en el mostrador y me llamó. Quise que viniera una manada de lobos de la montaña más cercana a devorarme vivo. Los tres nos volteamos, Lia con una sonrisa victoriosa, yo con lentitud y temor, y Felix con la mirada más extraña que haya hecho en su vida. Podía ver lo tensa que estaba su mandíbula.

—Hey me llamo Chanyeol, me preguntaba si querías salir conmigo. Es que cuando estuviste aquí con tu amiga me fije que no dejabas de mirarme, así que supuse que...

—No supongas nada —le cortó Felix. Estaba aterrado, tenía el rostro frió y neutro, como si no sintiera nada. El chico lo miró perplejo, parpadeando varias veces tratando de entender la situación. De pronto, Felix me agarró del brazo y me arrastró fuera de la tienda. Lia vino tras nosotros, pero Felix le gritó que nos dejara solos. Temí por mi vida.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Where stories live. Discover now