Sal y limón

2 0 0
                                    

Y me dieron ganas de vomitar. Me coloqué mentol sobre la nariz para desviar los mareos y me acordé solo de tu nombre. Al salir del baño toda borracha del dolor solo me acuerdo de ti. Preparaba una taza con limón y agua y mientras me la tomaba me acordé de ti. Eras al que podía gritarles mis dolores. Eras mi desahogo favorito. Tomaba otro sorbo y recordé la pequeña discusión de cómo te decía que tomarás un poco de limón con agua para tu malestar de estómago. Te opusiste y relatabas como tú madre decía que era también con sal.

Desde aquel día siempre le hecho sal a mi limón. Retomé mis pensamientos y te pensé un poco más. El pincel de mis sueños te extrañaba que hasta no podía resistir tu ser. Soñó en un mensaje tuyo para juntarnos, al cual ya él estaba pensando en ese mismo momento y te respondió con ganas. Todo fue una ilusión, un borrón discreto. Eras mucho para mi pero no se si era todo para ti.

Eras la sal a mi limón. Yo era aislada y amargada, pesimista sin palabras. Tú eras una cuchilla que cortaba por las agrias realidades de mi cerebro. Mantuviste una idea de felicidad y seriedad al mar de emociones que yo no podía sostener. Así que aquí tomo otro sorbo de la mezcla insólita que se ha convertido parte de mi. Así como al tequila se le añade limón y sal, así como a la cerveza para emborrachar. Esas que te hacen vivir el momento, me lo tomo ahora para aliviar el dolor que siento. Así en tu nombre brindo una, para agradecerte por todas las dudas. Dudas de mi ser y del tuyo, porque ahora trabajo en mi, y te doy las gracias a ti. Sal y limón, limón y sal, y un poco para aliviar el malestar.

Escritos para élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora