.-Capítulo 5-.

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¡Más arriba! —dijo mi padre y yo intenté hacerle caso a sus señales— Recuerda bien Tifanny, no debes dejar que te gane el arma. Para eso fue hecha, para ser utilizada no para que te utilice a ti.

¡ES QUE ES DIFÍCIL! —grité enojada, casi llorando. Habíamos estado así desde hace cuarenta minutos, casi una hora y yo aún no podía ni dar un maldito disparó limpio sin que yo me fuera para atrás o me pegará— Me rindo... —dije mientras estaba por tirar el arma al suelo, pero mi padre me lo impidió y me tomo las manos.

Presta atención mi niña, aveces la vida es así —sus manos acomodaron mi posición al igual que mi vista hacia adelante— No importa que tanto te esfuerces habrá momentos en los que vas a querer tirar todo por la borda y vas a rendirte si o si —le mire de reojo pero este mismo me indicó hacía adelante— Apunta, centra bien la vista y dispara.

Pero... —intente decir pero este negó.

Es una orden Tifanny. Apunta, centra bien la vista y dispara —su voz sería me causo escalofríos y hice rápidamente lo que dijo. Suspiré profundamente mientras apuntaba aquella lata oxidada, cuando entre cerré los ojos note como la punta del arma quedaba directo en ella y dispare dejando la lata agujerada y en el suelo— No importa que tanto luches, siempre, siempre vas a lograrlo. Ten muy claro eso Tifanny.

Mi padre siempre vio por mi en todo sentido; Nunca se negó a dar me lecciones de vida a pesar que era muy chica para saber de ello, pero no es porque quisiera traumar me, no para de eso, es porque esta vida que nos tocó no es tan sencilla que digamos; Pelear para sobrevivir.

Gracias a ello no me rendí nunca y cuando estaba a punto de hacerlo había una necesidad de seguir de pie y fue así como es que sigo una y otra vez. Hay razones para seguir, entre ellas están la justicia de mis padres y los niños, esos niños que si en un inicio se supone que no debían de importarme ahora sí, aún que siempre me han importado.

Grell y Henry también se volvieron parte de mi meta para seguir y no parar, Lastimosa se convirtió en mi figura paterna a la que quiero seguirle el paso y llegar a hacer como él. Llegué a notar demasiados cambios cuando llegue aqui mismo, de los cuales ninguno despreció mucho menos niego, ya que no solo me han hecho ser feliz me han hecho más fuerte debido a sus acciones.

Mis ojos se abrieron cuando escuché los gritos y risas de ciertos niños, cuando intenté ponerme de pie no podía, pues algo me lo impedía hacer, como si estuviera amarrada.

— ¿Qué crees que pase? —escuche decir a uno de ellos— Se va a enojar —siguió diciendo hasta que aclare la vista notando que me encontraba en la orilla en la cama amarrada entre sogas— ¡Despertó! ¡Corran! —la voz de Max me aturdió causando que los tres salieran corriendo de la habitación.

— ¿QUÉ DEMONIOS? —dije para mi misma y de la nada caí al suelo pegandome con la esquina del mueble— ¡Carajo! —me queje en alto.

A cómo pude me logre liberar de la trampa haciendo la idea de que gracias a los niños es que puedo con cada cosa; Los niños suelen hacerme muchas bromas, de las cuales tomo como exámen para cuando valla a circuito, ahora tome de lección el liberarme de una atadura y gracias a ellos se me ha hecho más fácil todo.

Me sobe la cabeza y solté una risita. Era agradable despertar así todos los días (aún que a veces algo estresante), saber que los niños están tan felices aquí que yo también estoy feliz de estar aquí. Me dispuse hacer lo de todos los días, la rutina de siempre si se puede decir.

Excepto que está vez decidí cambiar la situación; Es decir en vez de ir al entrenamiento me fui a dar una vuelta afuera de la instalación, después de todo no había manera por la cual no pudiera no hacerlo. Además Lastimosa me dejó claro que podía falta al entrenamiento al menos una vez, ya que siempre estaba yendo una y otra vez sin parar, me esforzaba al máximo. De eso no había duda.

Una Piloto Inexperta [Titanfall]Where stories live. Discover now