Mi principe plateado

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La mayoría de los niños pequeños sueñan con ser astronautas, médicos, mangakas, artistas o ser algún héroe famoso como Goku o el Capitan América.
Sin embargo yo no era como el resto de los niños y en lo único que pensaba cuando fui un crío, es que quería ser mayor, quería ser un adulto y ser lo más hermoso posible para que de esta forma mi príncipe plateado por fin me mirara como hombre.

Quería ser un hombre para que Akihiko Usami se fijara en mi, en Misaki Takahashi, un simple niño que residía en Tokio, poco agraciado, torpe y que vivía fascinado con su sola presencia.

Usami Akihiko era el mejor amigo de mi hermano, se conocieron en la preparatoria donde de inmediato surgió la amistad ya que Akihiko siempre fue muy solitario y con solo una sonrisa de Takahiro se ganó su confianza y cariño, tanta fue su cercanía que mi hermano le puso un apodo: Usagi san, ¿y por qué?
porque Akihiko es un hermoso conejito y cada vez que oía la historia de como se conocieron algo en mi corazón se estremecía.
CELOS se llamaban y no lo comprendí hasta que fui más grande.

Y sí, sentía celos porque Akihiko es un hombre muy guapo,con cuerpo armonioso y cabello plateado que lo hacía parecer un príncipe, y no solo parecía alguien de la realeza si no que actuaba como tal, siempre fue muy atento y cariñoso conmigo, nunca me hizo sentir excluido en la amistad con Takahiro aún cuando ellos me llevan 10 años de diferencia.

Akihiko solía llevarme a los parques, al cine, al mar; incluso hicimos una
casa-árbol en una parte del bosque de su lujosa mansión. Me compraba golosinas y me leía cuentos que el mismo escribía y yo fui muy feliz a su lado en ese tiempo.

Cuando yo tenía 8 años mis padres murieron trágicamente en un accidente de coche. Por aquel entonces, mi hermano Takahiro vivía en una residencia del sector 10 de Tokio porque ya estaba por entrar a la Universidad pero volvió inmediatamente a casa para cuidar de mí.
Usagi san le insistió en que no dejará la escuela pero él decidió sacrificar su tiempo libre para asegurarse que yo estuviera bien cuidado.
Takahiro trabajaba casi todo el día y por las noches nos reuníamos para platicar de como nos fue en la escuela y el trabajo respectivamente; Usagi san estuvo presente en muchas de esas ocasiones lo que provocó que más sentimientos se desarrollaran en mi corazón.

Conforme transcurría el tiempo ya empezaba a entender mejor como funcionaba el mundo, el amor ya no era un concepto extraño para mí. Podía ver la forma en la que Akihiko  miraba a mi hermano. Pero cuando Takahiro le miraba a él, no se veía que el sentimiento fuera mutuo.

Varias veces pensé en porque no eran pareja si mi hermano es muy lindo y aunque pensaba eso, en realidad no querían que fueran novios, no quería que llevaran relación porque una de las cosas que no había cambiado durante los años era mi atracción por Usagi san y dicha atracción había madurado también, como el resto de mi persona.
Pensar en tener a Akihiko algún día como esposo era una fantasía de niño tonto. Él era absolutamente perfecto, tanto física como emocionalmente. Además de que se consolidó como un escritor famoso por todo Japón. Akihiko Usami era todo lo que un hombre debería ser y todo lo que yo podía desear en la vida.

Mi hermano no estaba saliendo con él, así que yo podía seguir soñando con que algún día Usagi san sería mío. Al seguir viéndole con nosotros después de tantos años, yo daba por sentado que seguiría en mi vida de forma permanente.
Pero entonces Takahiro empezó a salir con una mujer, una oficinista llamada Manami, una mujer inteligente, cariñosa y muy linda que comenzó a frecuentarnos en la casa y de ahí las cosas empezaron a derrumbarse.

Yo notaba que a Akihiko le dolía verlos juntos pero él siguió a lado de Takahiro como su mejor amigo y jamás cambió su trato hacia nosotros.
Mi hermano al estar en una relación con Manami se fue alejando progresivamente de Usagi san y por consiguiente el dejó de visitarnos y eso me puso muy triste.
Muchas noches miraba al pie de la ventana esperando ver el auto rojo de Usagi san por la calle porque una parte de mí deseaba con todas sus fuerzas que viniera a verme solo a mi pero yo sabía que eso no podía ser, era un deseo poco realista.
Era un niño, Usagi san no me veía de manera romántica. Nunca lo había hecho y yo estaba casi seguro de que nunca lo haría.

Así transcurrieron otros meses hasta que llegó el día en que mi corazón se rompió por segunda vez, la primera vez fue cuando murieron mis padres y esa tarde, mi corazón se resquebrajó.
Mi hermano llegó mucho antes del trabajo, preparó una rica cena y yo por supuesto que estaba confundido por su actitud tan jovial

—Hoy vendrá Manami a visitarnos.

—Me alegrará verla después de un mes—contesté mientras mordía un pedazo de lechuga.

—Le propuse matrimonio.

—¿Qué? ¿Lo dices en serio nii-chan?

—Así es Misaki, le pedí a Manami que sea mi esposa y ella me aceptó—dijo mi hermano con una enorme sonrisa.

El ruido de algo impactando por el suelo nos hizo voltear a la puerta y ahí estaba Usagi san a quien se le cayeron sus llaves. Sus ojos se abrieron mucho y no tuvo tiempo de decir algo porque mi hermano de inmediato lo saludó.

—¡Usagi san, gracias por venir!

Mi hermano le alzó las llaves de su coche y lo abrazó como era su costumbre sin darse cuenta de su expresión triste.

—Jamás me perdería una cena con ustedes. Hola Misaki

—Hola Usagi san...

Si existía alguna emoción negativa dentro del corazón de Akihiko,la ocultó bien a mi hermano pero a mi no podía engañarme.

—Entonces te casarás con Manami.

—¡Así es Usagi san!

Cuando Akihiko empezó a preguntarle acerca de los detalles de la boda, yo me relajé un poco pensando en que todo iría bien.
Al pocos minutos llegó Manami y supe que el corazón de Akihiko se estaba quebrando poco a poco.

Las horas pasaron y Usagi san había estado actuando, había parecido totalmente empatico y sereno frente a mi hermano y Manami mientras le contaban los pormenores.
Había estado ahí sentado, muriendo por dentro, pero lo había hecho con una sonrisa en su rostro, sin permitirnos que viéramos sus verdaderos sentimientos. Si él se hubiera dado cuenta que yo estaba observándole, se habría sentido aún peor, por lo que intenté por todos los medios permanecer silencioso intentando fundirme con la silla de madera en la que estaba sentado.

Al final la cena terminó, se despidió cortésmente de todos y Usagi san salía de la casa a grandes zancadas, yo lo seguí hasta el jardín viendo cómo abordaba su auto donde realmente se hundió en el dolor.

Akihiko rodeó con sus brazos el volante y sollozó sobre ellos. Yo no podía contener mi dolor y lloré también al ver como su cuerpo se agitaba por el llanto.

Por primera vez en mi vida quise que las cosas fueran de forma distinta. La vida no era justa. Él había sido perfecto. Se merecía conseguir lo que quisiera. ¿No era cierto que el héroe siempre se quedaba con la chica, que el príncipe siempre enamoraba a la princesa? Akihiko lo había hecho todo bien. Había estado siempre al lado de mi hermano desde que eran adolescentes. No merecía ser sustituido por una mujer que solo llevaba un año con Takahiro.

Akihiko se limpió las lágrimas y encendió el auto, yo estaba impávido, atornillado por el césped sin saber que hacer. El auto avanzó unos metros y después ocurrió, Usagi san volteó hacia la casa y nuestras miradas se encontraron.
Esa noche fue la primera vez que Akihiko Usami me miró de forma diferente.
La primera vez que mi príncipe plateado y no azul, me miró a los ojos.






Felicidades a Akihiko Usami por su cumpleaños, espero tener lista la otra parte mañana o en unas horas.
Gracias por leer ❤️❤️❤️

Gracias por leer ❤️❤️❤️

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