¿No somos muy jóvenes para esto?

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Y así nos fundimos en un hermoso momento, pero tal como en las películas; fue interrumpido.

— ¡Anthony! —oímos que alguien grito.

— ¿Ahora que quieren? —pregunto con molestia y rompiendo el abrazo.

— No lo se, ve.

— Vamos. —dijo levantándose de la cama, y llendo hacia la puerta.

— Te llamaron a ti, no a mí.

— Vamos. —se acercó y tomo mi mano, jalo de ella hasta sacarme del cuarto y bajar las escaleras.

— ¿No tenía que quedarme en mi cuarto por el resto de mi vida? —comento apenas bajamos.

Él se acercó, y se puso a un lado de su abuela, la cual, se volteo enseguida hacia Daniel y Amanda.

— ¿Quién te dijo eso? ¿Por qué está castigado? —pregunto su abuela.

— Luego hablaremos de eso. —contestó Daniel.

Los cinco Larusso sonrieron para las fotos que les tomaba la prima de Louie, si no me equivoco.

— Bien. Bueno, ahora todos. Una gran familia feliz, vamos.

Los Díaz, junto a él sensei, se acercaron y se pusieron para la foto.

— Camila, ven, eres parte de la familia. —Daniel hablo.

— No es necesario, yo estoy bien aquí. —conteste.

Las fotos no son algo que me guste mucho.

Anthony negó con la cabeza, se acercó a mí y tiro de mi brazo hasta quedar en medio de él y su abuela.

Sentí una mano en mi cintura, Anthony me acercó más a él.

— Bien, uno, dos, tres.

El flash salió de la cámara, osea que la foto ya estaba tomada.

— ¿Ya podemos subir? —Anthony pregunto.

— Claro, suban. —Amanda habló.

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Y así es como ganas. —me explicó.

— Okay, creo que ya entendí.... ¿Qué ocurre? —pregunte al ver a Anthony mirar un punto fijo de su cuarto.

— Creo que escuché algo, o a alguien.

— ¿Enserió? ¿En una casa, donde abajo están tus padres, abuela, y el primo de tu padre, tú crees?

— Me refería que escuche a alguien subir.

Se oyeron pisadas subiendo las escaleras.

Anthony rápidamente guardo de nuevo la tablet bajo una manta.

La puerta estaba abierta, así que vimos a Daniel pasar, y luego regresar.

— Hola. —saludo entrando al cuarto— ¿Camila podrías bajar? Quisiera hablar con Anthony un momento.

Volte a mirar a Anth, él me asintió con la cabeza.

— Claro, con permiso. —me levante de la cama y salí del cuarto.

Baje a la sala para darles algo de privacidad, hoy era el baile en la escuela de Miguel. Por lo que Sam no se encontraba en casa.

¡LaRusso me gustas! - Anthony LaRusso Where stories live. Discover now