CAPÍTULO 1 No me dejes solo...

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NARRA NOWAKI:
Cansancio, dolor muscular, garganta inflamada y dolorida, y dolor de cabeza junto con una leve fiebre y mareos.
Llevaba así unos tres días. Como no quería preocupar Hiro-san, compré los medicamentos correspondientes a escondidas (al ser médico no tuve problemas para elegir las medicinas).

Llegué a casa sobre las dos de la madrugada. Entré en la cocina y vi que encima de la mesa había un plato con comida en ella envuelta en plástico.
-¿Hiro-san me preparó la comida?-pensé.
Mi Hiro-san podía ser adorable sin darse cuenta. Por desgracia no tenía hambre, realmente me sentía enfermo, y creo que cada minuto que pasa estoy peor.
Sentí un mareo y se me nubló un poco la vista, pero antes de caerme logré apoyarme en la encimera, con tal mala suerte de tirar la cacerola y la sartén, nunca en mi vida había hecho tanto ruido.
-Tsk,-me quejé- No podía ser mas patoso.-pensé enfurecido por mi torpeza.
-¿No...waki?- oí la voz de mi hermoso Hiro-san.
-¡Mierda! ¡Tengo que disimular! -me mandaba órdenes a mi mismo.- Tengo que disim-*cof cof*.
Toser me provocaba tal dolor en el pecho que creía que se me saldría el corazón por la boca. La tos se hizo mas fuerte, más seguido impidiéndome que cogiera aire, no podía respirar, caí de rodillas, me ahogaba. Oía los pasos de Hiro-san acercándose rápido a mí.

NARRA HIROKI:
Estaba durmiendo y soñé que Nowaki, la persona más importante para mi en este mundo (aunque no sería capaz de decírselo), estaba entre mis brazos, sin vida, quería gritar pero mi voz no salía, solo lágrimas de dolor, impotencia, lágrimas y más lágrimas... Derrepente oí un estruendo que venía de la cocina.
-¿Se ha caído una sartén?-pensé-.
Acto seguido oí el ruido de una queja.
-¿Nowaki?¿qué hora es? -alargue mi mano para coger el reloj.- ¿¡Las 2:03!? ¿Qué estará haciendo para armar tanto jaleo? Estúpido Nowaki. -pensé irritado con una vena en mi frente.
Me levanté y salí de la habitación. Por el pasillo pregunté somnoliento: "¿No...waki?".
Unos segundos después de la nada oí a Nowaki toser de tal manera que se me salió el alma del cuerpo, parándome en seco. De pronto escuché como alguien caía de rodillas. La tos intensificó su rapidez. Parecía que se ahogaba. Corrí hacia él: estaba de rodillas, encorbado, con las manos apoyadas contra el suelo.
Me agaché a su lado poniendo mi mano derecha en su espalda y agarre su mano izquierda poniéndola encima de la mía en forma de que yonle sirviera de soporte.

NARRA NARRADORA:
Los dos chicos estaban en el suelo de la cocina, de rodillas. El peli-negro de ojos azules no paraba de toser de forma horrible y contínua, casi ahogándose con lágrimas en los ojos debidas al esfuerzo. Por otra parte el castañobde ojos color café le servía de apoyo al peli-negro.
-Me...a...ho... *cof cof*. -intentó hablar pero no lo consiguió. La tos seguía con su labor de ahogar a Nowaki. Pero Hiroki lo entendió: su pareja se ahogaba y necesita agua. Se separó del casi ahogado Nowaki y le trajo el baso de agua en unos segundos.
Este intentó tomar un sorbo para frenar su frenética tos, pero en el momento que iba a tragar, otro ataque de tos se hizo presente, lo que le hizo expulsar el agua y dejar caer el vaso al suelo, sin romperse (por suerte era de plástico).
Nowaki al final de tanto toser sin descanso y haciendo fuerza y presión en toda su garganta se provocó una arcada la cual se convirtió en vómito; Nowaki vomitó dejando a un impresionado y preocupado Hiroki.

NARRA NOWAKI:
-¡Agh! ¡Qué asco! Vomitar por un ataque de tos... -pensé- Pobre Hiro-san -Sonreí mirándole- Y yo que no le quería preocupar.-seguía diciendo en mi mente.
Al parecer cuando vomité la tos paró, pero tenía la respiración acelerada y el corazón me latía muy deprisa.
Me intenté incorporar con ayuda del amor de mi vida pero las piernas me fallaron, flaquearon y volví a caer de rodillas.

La otra parte de ti que no conocía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora