𝗎𝗇𝗈. 𝙣𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙨 𝙨𝙤𝙡𝙤.

315 61 14
                                    

—Knock, knock.—simulé el golpeteo de la ventana—. ¡Parker, ya te vi, no puedes esconderte para siempre!, no me hagas entrar por la fuerza y patearte.

Escuché quejidos tapados de mi amigo. Desde que había vuelto de esa locura del multiverso estaba más angustiado de lo usual. No me había contado nada de lo que sucedió, y también me evitaba cada vez que podía. Excusándose con “no puedes entenderlo”. Y por eso estaba en su ventana, para mostrarme ante él por completo; una bruja, y que gracias a mis poderes, fui una de las pocas en recordar todo el pasado.

—¡Parker!—alcé mi voz—.

El castaño se dió por vencido, levántandose de su cama para abrirme la ventana. Cuando se aseguró que yo la cerraría se tiró nuevamente, pero ahora mirando al techo y haciéndome un poco de espacio.

—¿Seguirás de misterioso?, extraño las horas en las que no parabámos de hablar. ¿Qué sucedió allí?

—Rescate a MJ. Pero no pude hacerlo con mi MJ.

(¿Dé que estaba hablando?, ¿MJ?, ¿su MJ?)

—¿Por qué no pude hacerlo con ella, Kya?, ¿En que fallé?, ¡¿Por qué no pude salvarla?!

Con esta última pregunta entendí..., bueno, un poco.

—Peter... no puedes culparte por eso más.—estiré mi mano para que la agarrara—.

—Salvé a la MJ de mi hermanito, ¿y yo no pude salvar a la mía?. Realmente soy un fracasado, Peter 1 y 2 tienen sus novias, ¿y yo perdí todo?, ¿ese es mi destino?

Mi corazón se hizo añicos. Quería que él supiera que entendía más de lo que me contaba, que podía comprender seriamente su dolor, porque veo sus recuerdos, recuerdo como era todo, pero eso llevaba a un mismo punto; tendría que saber de mis poderes. Y ya sé, es totalmente injusto que sepa que es Spiderman, y él no sepa de mis poderes, pero jamás supe como confesarle todo esto.
Sabía que era un momento delicado, pero no podría ocultarlo más. No quería que Peter se sintiera aún más solo e incomprendido y siguiera aislándose.
Estiré mi mano libre en dirección a las fotos de Gwen, para poder ejecutar mis poderes que resplandecían con un verde esmeralda y acercarle una de sus fotos.

—Ella jamás te culpará, no lo hizo, ni lo hará en muerte.

Parker estaba atónito.

—No quiero que transites esto solo, mucho menos si yo estoy para ti.

ANOMALIA | PETER PARKEROnde histórias criam vida. Descubra agora