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Albedo Kreideprinz - 💫

°•_ஐ_•°

El Alquimista Jefe de la Orden de Favonius se encontraba sumergido en su nueva investigación.

No encontraba tiempo para darte atención, de hecho, lleva dos meses casi tres, si dirigirte una frase estable.

La únicas frases que te soltaba eran <<Estoy ocupado, luego hablamos>> <<Vete, no tengo tiempo para estar contigo>> y la más famosa era <<Me estás agobiando y distrayendo, te importa irte>>.

Entendías perfectamente su trabajo y lo importante que era para él, pero tampoco te ibas a dejar que tu novio te tratará así.

—Albedo, necesitamos hablar.

Hablaste firmemente.

Pero no hubo respuesta por parte del Alquimista.

—Albedo te estoy hablando.

Decidiste volver a hablar.

El rubio no te dirigía la palabra, te estaba ignorando.

—Albedo, por Barbatos, quieres dejar de fingir que no estoy aquí.

Hablaste un poco más alterada.

—¿Que queires? Sabes que estoy ocupado T/n, y no tengo tiempo para hablarte, vuelve más tarde.

Finalmente habló.

—¿Más tarde? Más tarde cuando, ¿¡dentro de otros tres malditos meses!?

Soltaste finalmente mientras te ponías delante suya.

—Albedo, entiéndeme también, como yo te entiendo a ti, no me puedes dejar de hablar y tratarme como basura.

—Lord Barbatos, que molestosa eres.

El último comentario, la última gota que derramó el vaso.

—Mira, si no queires hablar, no hablamos.

Soltaste.

—Intenté todo lo que pude, enserio, pero tú no te inmutas, ni siquiera lo intentas.

Era tu momento, le empezaste a reclamar todo.

—Si tanto quieres que no te moleste, allá tú.

Tu novio seguía sin mirate a la cara, de hecho, se estaba haciendo el sordo, seguía y seguía escribiendo.

—Albedo, te quiero, de verdad, pero creo que no puedo seguir, me estás haciendo daño...

Intentaste aguantar las lágrimas.

—Lo siento, pero creo que la mejor opción sería dejar lo nuestro.

Era una decisión dura, le amabas tanto, pero no podías dejar que te hiciera daño.

—Esta bien.

Contestó finalmente el rubio.

Apretaste los puños y saliste de la habitación dando un portazo.

°•_ஐ_•°

Pasaron finalmente tres meses, Albedo acabo su inversión, obviamente un trabajo increíble y admirable por parte de sus compañeros de trabajo.

Tu intentabas olvidarle lo máximo que podías.

Trabajabas en un restaurante, eras camera, un trabajo que agobiada pero a la vez disfrutabas.

Por lo que en ocaciones hacias turnos extras, igual, el restaurante era de un familiar tuyo, no te importaba mucho ayudar al negocio familiar.

—T/n, ya trabajaste mucho, vete a casa y descansa. No te pegues una ducha, mejor bañate con agua tibia.

La amiga de tu tía te habló.

—Esta bien, después de atender a la mesa 16, termino mi turno.

Respondiste.

°•_ஐ_•°

Al llegar a casa, rellenaste la bañera con agua tibia.

Mientras esperabas, fuiste por algunas galletas para merendar.

Antes de agarrar el paquete de galletas, escuchaste como el agua dejaba de sonar, definitivamente no tenías una bañera inteligente y mucho menos tenías poderes para cerrarlos desde la cocina.

Armaste de valor, agarraste un cuchillo y te acercaste lentamente pero de forma segura a la puerta del baño.

Abriste la puerta.

—Hola.

Te hablo la persona que menos querías ver en este mundo.

—El agua ya está mu-

—¿Que quieres?

Le interrumpe.

—Hablar.

Respondió a secas.

—Madre mía, ¿quieres hablar después de tres meses?

Que ironía, ahora el que quiere hablar es él y no tu.

—Mira Albedo, sal de mi casa o te denunció por allanamiento de morada.

—No te estoy robando.

—No solo es robar, has entrado a mi casa si mi consentimiento, así que largate.

—Per-

—Ni pero ni pera, te me vas.

Estabas enfadada, y con todo el derecho del mundo.

—Perdoname T/n, no quise hacerte daño.

Te hablaba Albedo, mirándote fijamente.

—Lo he estado pensando, y la verdad es que si te trate un poco mal-

—Un poco mucho.

Hablaste y soltaste un suspiro pesado.

—Bueno, en todo caso, quería volver a intentar... Lo nuestro.

—Lo siento, pero creo q no va a ser imposible, ya que ya no siento nada por ti.

Le hablaste.

—Eso es mentira, no puedes ignorar ese sentimiento.

—Si puedo, como me ignorabas tu.

—En serio, discúlpame.

Sonaba arrepentido, pero no ibas a caer.

°•_ஐ_•°

Tu, ¿aceptarías en darle una segunda oportunidad?

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