𝑶𝑵𝑬 𝑺𝑯𝑶𝑻𝑺 ━ 𝑪𝑯𝑹𝑰𝑺 𝑬𝑽𝑨𝑵𝑺

━𝑨𝑵𝑫𝑹𝑬𝑾 𝑩𝑨𝑹𝑩𝑬𝑹

N/a: Está es una continuación del primer One shot de este libro

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—Deberian intentar recuperar su relación por el bien de los niños —Hablo la señora Browm; la madre de Atenea.

Atenea dejo de limpiar la mesa para observar a su madre, ella tenía conocimiento de lo que Andrew le había hecho en estos años de casados y ahora venía a su nuevo hogar a decirle que deberías arreglar las cosas con la persona que la defraudó. Después de aquella conversación, Atenea decidió mudarse a un departamento en el pueblo; era pequeño, pero cómodo para ella y sus hijos, ellos preguntaban por Andrew, pero después de un tiempo se hicieron a la idea que ese hogar era solamente de ellos no de nadie más, Andrew solía venir dos veces a la semana por los niños o incluso hasta duran una semana completa con él, aunque traiga rosas para Atenea ella suele rechazarlas ya que aún no olvida el daño que le provocó.

—No puedo intentarlo, estare con inseguridad cada que él se porte distante, cambie su actitud y yo pensaré que me está engañando de nuevo y tal vez no sea asi —explica cansada del tema—. Eso no es sano mamá, ya no habrá confianza en esa relación y aún cuando mi corazón lo quiera, mi mente tiene la razón ahora.

Giro sobre sus talones, tomo el trapo con el cual estaba limpiando y lo lanzó al lavaplatos, camino hacia el marco de la cocina para ir a la sala de estar queriendo decirle a su madre que se fuera.

—Hija todos los matrimonios pasan por momentos difíciles, se que él te ama y pueden recuperar esa confianza, pueden ir a teparia de pareja —propone siguiendo a su hija.

—Mamá, si él me ama ¿Por qué me engaño? —cuestiona girando a ver a su madre a los ojos, ella se quedó callada sin tener una respuesta convincente para su hija.

Atenea siguo caminando ahora con ese vacío en su pecho que su madre le había dejado al sacar el tema de Andrew, al llegar a la sala de estar observó como los juguetes de sus niños estaban tirados; ahora iban a quedarse con Andrew una semana así que ella podría tener tiempo para ella misma, pero estaba comprometida ahora con su trabajo y sus pequeños niños.

—Aun están casados hija por la ley y ante los ojos de Dios ustedes son marido y mujer —comento la señora Browm siguiendo a su hija hasta la sala de estar.

—Le pediré el divorcio —aclaro con una voz firme que no deja ver qué en realidad esto le está quemando el alma—. No me importa si eso es pecado o lo que creas tú religión que sea, yo solo quiero estar bien y si eso significa que tengo que pecar entonces mamá espero verte en el infierno —dijo con ese tono gracioso que hacía enfadar a su madre cada que habla de temas serios y ella solía burlarse.