¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒎𝒆𝒔? / ⊱𝟐𝒚𝒆𝒐𝒏⊰

𝐈𝐧𝐭𝐫𝐨𝐬𝐩𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧

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Resulta que se llama Bae Irene, doctora cardiotorácica. Hablamos durante bastante tiempo, dependiendo de nuestras horas libres claro. De hecho creo que fue tardado porque su inglés está algo oxidado, pero su forma de pronunciar es deliciosa.

Es una mujer alfa sin manada, se alejó de ellos cuando su omega falleció. Lleva bastante tiempo viuda y fue al grano conmigo hoy. Por supuesto que me trajo a casa.

Me dijo que estaba interesada en mí, que mi olor le ha resultado "adecuado ", esa palabra usó. Empiezo a comprender que las alfas son así, directas y sin ramos de rosas.

- Déjame ser clara contigo, Irene. Acabo de salir de una relación, una mala alfa, no necesito otra igual. - le dije a la puerta de mi casa

- Haha, calma Nayeon, antes que otra cosa me gustaría invitarte a salir - dice mientras ríe.

- En serio? Pensé que querías tener sexo conmigo.

- Emm no, - dice mientras se ruboriza- Yo eh... a mi alfa le agradas, a mí me agradas, te quiero pedir una cita.

- Te daré respuesta mañana, buenas noches.

Entre rápido a casa y respiré hondo... Es muy guapa, y tiene un delicioso olor a licor. Pero tengo peores cosas en que concentrarme.

Di un vistazo por la mira de la puerta, la vi entrando en su auto y yéndose.

Sentí miedo de nuevo, no por qué sea una mala o buena mujer para mí, sino porque mi marca sigue ahí, siento a Jeongyeon aunque lo quiera negar, siento su enojo y desesperación. Y lo que más me duele es que ella no siente lo mismo de mi parte, yo no la he extrañado, yo estoy viviendo mi sueño trabajando y viviendo de nuevo.

Tomaré una ducha e intentaré pensar qué haré con esta nueva alfa. Tal vez acepte salir con ella, y ante cualquier alerta, me alejaré, no seré tan estupida como la última vez.

Me preparé un té y llené la bañera. Dejé el té sobre el lavabo, me desnudé y comencé un relajante baño.

¿Hace cuanto que no me toco? Uf, desde que Jeongyeon está, no tuve necesidad, todo lo contrario, estaba demasiado atendida.

En cuanto la idea apareció en mi cabeza, comencé a sentir deseo. Mientras me toco siento mi pecho agitado, no de forma normal, más bien es mi entrometida marca.

Jeongyeon siente mi deseo. Y también sentirá cómo pronto estaré satisfecha, no sabrá cómo, pero su mente enferma la obligará a pensar que he encontrado otro alfa. Juego con mi clitoris frenéticamente, llegando a un orgasmo rápido, pero bastante extenso. Mi cuerpo resintió estos meses sin acción.

En fin, seco mi cuerpo y voy a la cama. Esto, estar aquí, acostada en la cama vacía de una casa sola es algo a lo que uno no se acostumbra con facilidad. ¿Jeongyeon llenaría todo el vacío aquí? ¿Lo hará Irene?

Todos los días antes de dormir, la recuerdo, tal vez no tomé la decisión correcta.

Una parte de mí, de Nayeon, quiere saber dónde está, si realmente le afectó que me haya ido. No de una manera sexual, sino emocional. ¿Ella me extraña? ¿Extraña nuestras peleas y mis inseguridades? ¿ mis preguntas? La conexión que teníamos en la cama, al mirarnos. Eso es lo que me impulsó a irme. Esa pequeña acción de follarme sin verme a la cara, y con lo bonito que nos miramos. Realmente es muy compleja la conexión de las parejas destinadas, y no hay dudas, ellas es la mía. Pero tal vez no era el tiempo de encontrarnos. Tal vez dentro de algunos años yo vuelva a ella, y vivamos lo que debió pasar realmente.

Yo sólo espero que mi alfa esté feliz, no quiero que Jeongyeon sufra. Y solo por eso, no puedo aceptar a otra alfa. Si nuestro amor es fuerte, esta marca no será borrada con el tiempo, y hasta que mi cuello esté completamente limpio, no estaré con alguien más.

Dejándome llevar por mi lado adolescente... Extraño su cuerpo. Intento recordar la sensación en mis manos. Una piel áspera, pero bastante sensual al tacto. La forma en la que sentía su espalda flexionar con elegancia, estando sobre mí. Un falo largo y cómodo a mi entrada, a mis entradas. Unas manos tan preciosas. Me abrigaron muy bien alguna vez. En mi celo, la primera vez que sentí su amor.

Me pregunto qué la llevó a descuidar mis sentimientos de esa manera. Sospecho que fue mal aconsejada por su alfa.

Esperen.

Mi celo... Lo había olvidado.

Sin ella, ¿qué demonios haré en mi celo? No... ¿¡Qué demonios hará ella sin el suyo!?

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