𝕍 𝔼 𝕀 ℕ 𝕋 𝕀 𝕌 ℕ 𝕆

Start from the beginning
                                        

El plan adecuado era seguir tras Namjoon. Jungkook no tenía que volver a aparecer en mis pensamientos, habíamos acabado y aunque me dolía la manera tan cruel en la que lo juzgue y sabía muy bien que debía disculparme, estaba dispuesta a seguir adelante y olvidar todo.

•••

Aunque no tenía ánimos de salir, acepté la idea de Yeeun y decidí hacer lo que siempre hacia cada vez que miraba a Namjoon con alguien más. Ir de fiesta. Aunque esta vez no lo hacía por Namjoon el sentimiento era el mismo.

Con mi vestido negro más corto y revelador, unas sandalias de diez centímetros y un bolso de mano, entré a una de las discos más populares de Seúl, donde el pase era exclusivamente solo para personas poderosas. Yo no tenía tarjeta propia de entrada pero decidí robar la de papá, como muchas otra veces.

El lugar estaba repleto. Todos los que estaban aquí eran de la alta sociedad. Millonarios o hijos de millonarios, alguno que otro casado y con hijos pero con necesidades de ser infiel, y luego estaba yo.

Mientras me movía en medio del bullicio de gente un borracho tropezó conmigo y me echó su bebida encima. Todo mi vestido estaba mojado y por mi escote escurría liquito malditamente helado.

— ¡Agh! ¿No te has fijado? — grité enojada. Le di una mirada de muerte al hombre que estaba de pie frente a mi, apenas estable producto de la borrachera.

— Lo...si-en-toooo — me dijo en voz alta, apenas entendible por lo borracho que estaba.

Se alejó de mi. Rodé lo ojos y de muy mal humor fui en busca de los baños. Mientras más caminaba, más personas estaban tropezando conmigo, dándome cuenta que fue una mala idea venir. Me apresuré para llegar a la segunda planta, donde estaban los baños y cuando estaba por llegar al pasillo, una risa baja que conocía muy bien sonó a mis espaldas.

Lentamente me di la vuelta y lo miré. Jungkook estaba sentado en uno de los sillones esquineros con una chica sentada en sus piernas. Él tenía su mano sobre el trasero de la chica y ella estaba desabotonando su camisa.

Sentí que mi estómago se revolvía y quise salir corriendo pero mis pies parecían anclados al piso. Por unos largos segundos lo estuve viendo, hasta que sus ojos, oscuros y brillantes al mismo tiempo, se conectaron con los míos y sonrió, pero no de manera gentil, se estaba burlando. Sin dejar de verme se inclinó al oído de su acompañante y le dijo algo en el oído, ella asintió y se puso de pie, él lo hizo después.

Ambos empezaron a caminar tomados de la mano. Jungkook llevaba una cerveza en su mano y cuando pasó por mi lado la puso en la mesa que estaba muy cerca de mi cuerpo, me dio una mirada y volvió a sonreír. Se alejó de mi con esa chica y yo sabía a lo que iban.

Ahogue un grito de dolor y me limpié la única lágrima que venía rodando en mi mejía. Me dije a mi misma que ya había sido suficiente tiempo en ese lugar y que necesitaba largarme. Olvidé mi idea principal de ir al baño y empecé a bajar las escaleras.

Cuando ya estaba a mitad del camina, sentí la furia pasando por mis venas y regresé en busca de Jungkook. Empecé a caminar rápido y fui en la dirección en donde ellos dos habían ido. Llegué a un pasillo de color rojo y de una de sus puertas se escuchaban gemidos. Reprimiendo mis ganas de llorar abrí la puerta y estaba Jungkook, con los pantalones a medio muslo y con la chica sobre él.

— Pensé que eran los baños — les dije cuando ambos me miraron. Mis ojos nunca se apartaron del rostro de Jungkook.

Sus ojos estaban vacíos, nunca antes fueron así. Me miró de pies a cabeza y se subió los pantalones. Apartó a la mujer de pelo castaño y salió rápido de la habitación.

— Acabas de arruinarme una gran noche, zorra — me dijo la mujer que intentaba acomodarse la falda.

La ignoré y fui tras Jungkook. Estaba en la esquina del pasillo, con sus manos metidas en sus bolsillos.

— Lamento haberte arruinado la noche, Jeon — le dije cuando me acerqué a él.

— Son las once — dijo sonriendo — Aún no acaba — se acercó a mi y cuando estaba demasiado cerca movió su boca a mi oído — ¿Acaso para ti lo ha hecho?

Se alejó de mi y me dejó de pie, con un dolor agudo en el pecho.

Definitivamente él no tenia que lidiar con sus erráticos y tontos sentimientos. Si había superado a alguien con quien estuvo a punto de casarse, podía moverse de mi incluso más rápido. Como un parpadeo él había dejado todo atrás, y me jodia bastante. Tenía un gusto amargo en la boca y sabía bien a qué se debía.

Es hora de buscar compañía.

𝕀 𝔹𝕌ℝℕ 𝔽𝕆ℝ 𝕐𝕆𝕌 | 𝕁𝕁𝕂©Where stories live. Discover now