Capítulo 18: Problems

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Me la pasé excelente, a decir verdad. Era bueno tener a alguien con quien hablar. Por su puesto, cuando Jack me insistió en que le revelara quien era mi novio, me negué rotundamente. Hiccup ya corría suficientes riesgos al salir conmigo como para involucrar a un agente del FBI.

Cuando la noche no daba para más, Jack me llevó a casa de Rapunzel. Nos dimos un abrazo antes de irnos y él prometió no insistir con los llamados a menos que yo quisiera verlo. Me agradaba, era mucho más tolerable cuando no se comportaba como un seductor.

Jack me había puesto de tan buen humor, que me animé a tomar un Taxi para dirigirme hacia el hotel en donde Hiccup se hospedaba, ya que sentía unas ganas terribles de verlo. Quería sorprenderlo colándome a su cama, puesto que seguramente ya estaba más que dormido debido a que eran altas horas de la noche.

Me costó trabajo, pero al fin la recepcionista accedió a darme una llave (Tarjeta) para entrar en la habitación de Hicc. Deslicé la tarjeta despacio y me metí de puntitas a su habitación. Al acercarme a la cama, noté que dormía plácidamente. Pensé unos segundos cual sería la forma más sutil de despertarlo y terminé optando por acostarme a su lado para acariciarle la espalda suavemente (Ya que dormía boca abajo y en boxers). En cierto momento, Hiccup abrió levemente los ojos y, en cuanto me vio, se sobresaltó.

-M-Mérida.- Tartamudeó, sentándose de golpe. Solté una risita.- ¿Q-qué haces aquí?- Preguntó, sin poder creérselo.

-Quería verte.- Admití, mientras me sentaba sobre él, colocando una pierna a cada lado de su cuerpo. El castaño sonrió.

-¿Por qué?- Me cuestionó, mientras acariciaba mi espalda lentamente. Su sonrisa era tan extraña, pero hermosa al mismo tiempo. Expresaba una mezcla de increíble asombro y también de terrible felicidad. Me ponía feliz haberle provocado tal reacción.

-¿Una chica necesita tener una excusa para querer ver a su atractivo novio?- Pregunté, coqueta, acercándome a sus labios.

-¿Qué hay de Rapunzel? Sus padres notarán tu ausencia en la mañana.- Me informó, rozando sus labios con los míos, haciéndome desear aún más el encuentro de nuestras bocas.

-Eso no importa ahora.- Susurré, antes de besarlo con deseo. Él respondió positivamente y pronto compartíamos un beso apasionado que nos dejaba con ganas de llegar más allá.

Hiccup se separó de mí para ir hacia mi cuello, en donde su agitada respiración me hacía temblar de ansiedad. Sin embargo, cuando yo estaba en el auge del placer por sus besos, Hiccup se detuvo de pronto. Los besos, las caricias y su agitada respiración cesó de repente. Me quedé helada por su extraña reacción. Algo anda realmente mal.

El castaño inhaló profundamente sobre mi cuello y luego hizo lo mismo con una parte de mi cabello. Se separó de mí para mirarme con el rostro fruncido.

-¿Es eso perfume de hombre?- Me peguntó, estupefacto. Me horroricé. Jack llevaba un fuerte perfume esa noche. Incluso lo percibí en cuanto me subí a su coche y seguramente se me había pegado con el abrazo. Abrí mi boca para contestarle, pero nada salió de ella. ¿Qué iba a decirle? No tenía una excusa pensada para eso. Hiccup se puso aún más serio.- Mérida.- Me llamó, con autoridad.- ¿Es eso perfume de hombre?- Volvió a preguntarme. Mi rostro palideció.

Me hizo a un lado con algo de brutalidad y caminó con paso firme por la habitación, hasta llegar al mueble en donde había dejado su teléfono celular conectado al cargador. Estaba quieta, inmóvil; no entendía qué pretendía Hiccup. Desbloqueó el teléfono rápidamente y marcó un número aún más velozmente, para luego llevarse el auricular a la oreja.

-¿Hola? ¿Rapunzel?- Entonces caí en cuenta de lo que hacía. Me reincorporé rápidamente y corrí hacia él, intentando quitarle el móvil. Sin embargo, él comenzó a caminar lejos de mí mientras seguía hablando, sin mencionar que su altura lo hacía aún más difícil.- Lamento molestarte tan tarde, solo necesito hacerte una pregunta.-

-¡Hiccup, espera!- Rogué, pero él me ignoró.

-¿Mérida ha estado contigo esta noche?- Preguntó. Por la expresión en su rostro entendí que mi amiga le había dicho que no.- ¿Conmigo? No, ella no salió conmigo.- Afirmó, dándome la espalda, claramente enfadado.- Bueno, te lo agradezco.- Hubo una pausa.- Nos vemos.- Y colgó. Estaba a punto de llorar. ¿Qué mierda iba a decirle? Dios, la había cagado de la forma más estúpida de todas.

Hiccup se mantuvo de espaldas unos segundos más, mientras apretaba fuertemente el móvil con una de sus manos y la otra formaba un escalofriante puño. Se volteó lentamente para mirarme con el odio más profundo de todos y a mí, se me rompió el corazón.

-¿Quien es él?- Preguntó, con la voz cargada de ira.

-Hicc, yo...- Comencé.

-¡¿Quién es él, Mérida?!- Me gritó. Retrocedí un paso del susto, mientras una lágrima recorría mi mejilla.

-N-no es lo que piensas.- Me defendí, intentando sonar firme, pero no podía dejar de temblar.

-Vete.- Me ordenó, frío.

-No, Hicc, por favor.- Le pedí, sintiendo que el mundo se desmoronaba.

-Vete. Ahora.- Volvió a decir. Apreté los puños en un intento desesperado por verme fuerte, pero solté un sollozo poco después. Le di la espalda, no podía mirarlo. Sus ojos cargados de odio me lastimaban, por lo que tomé mis zapatos y salí sollozando de la habitación, cerrando fuertemente la puerta detrás de mí.


[Mericcup] Teach me how to LoveWhere stories live. Discover now