- Bien, ¿qué dices de los estafadores? Son útiles, pero no nobles y nada masculinos a mi gusto

- No saben que otra cosa hacer, son unos buenos para nada. ¿conoces a algunos?

Pareció pensarlo un poco. - ¿Monoma Neito? - Katsuki de verdad ya habría tomado mucho o ¿acaso escucho bien?

- ¿Quien?

- Creo que así se llama, pero inofensivo. Su familia y la mía estuvieron a punto de unirse en el pasado, lo rechazaron mis...- cortó la frase. Casi soltaba información realmente importante al cenizo.

Este lo contempló muy atento, como si pensara en algo. Se mostró un tanto molesto y aprovecho para fijarse en cuando había tomado, llevaban botella y media. Esto era malo. ¿En qué momento se dejó llevar tanto?, no habían comido casi nada más que un poco de frutos rojos que les llevaron de cortesía.

"Eijiro, ¿no se supone que tenías un plan?", su conciencia con voz de Sero le recordó lo que venía hacer realmente: Deshacerse de Bakugo, no convivir plácidamente con él.

"otro ratito más", se dijo así mismo "es un desgraciado, pero no tanto"

- ¿Algo de comer?

- No tengo hambre.

- Pues yo pediré- tomó el menú y lo comenzó a ojear un poco, aunque tuviera riqueza, no estaba acostumbrado a comer tan refinado, era más de comida rápida. - ¿tu qué ordenarías?

- Dije que no quiero

- Sí, lo sé, ¿Qué ordinarias si fuera yo, o que tipo de comida te gusta? - quería volver a la estabilidad que habían tenido minutos atrás, ¿por qué? Ni idea, sin embargo, fue agradable.

El rubio cogió el menú que tenia de frente e imito al de traje negro. Segundos luego lo mira y le señala un plato llamado tataki acompañado de wasabi. Eijiro llamó al mesero y pidió el platillo, pero sin el wasabi, por lo que el cenizo inauguró una carcajada.

- No me gusta el picante, ¡¿sí?! - abogó.

- Eres débil. Eso es lo que pasa.

Discutieron en lo que llagaba la cena sobre qué tipo de comida era mejor. Kirishima tenía gusto por lo salado, pero aun así le huía a la comida en extrema picante, mientras el otro defendía sus preferencias con capa y espada.

La cena del pelirrojo llegó.

- ¿Seguro que no quieres nada? - comenzando a comer- yo pagaré.

- Muy seguro- no es que Katsuki no quisiese cenar, en realidad, ver la orden del ojirubí abrió su apetito, pero no confiaba en que alguien, que no fue su servidumbre, tocara su comida, ya lo habían intentado envenenar tiempo atrás. Es orgullo, no estúpido.

Por otro lado, Eijiro si advirtió como el rubio miraba su plato, y por alguna peculiar razón, tendió sus palillos con comida en dirección de su rostro.

Katsuki iba a protestar, pero Kirishima lo interrumpió- solo es un bocado, si quieres mas siempre podemos compartir.

Así el de piel mas pálida aceptó el ofrecimiento y abrió la boca, sabía bien. El pelirrojo tomo el otro par de palillos y desplazo la bandeja al centro. si los veían a los lejos, ajenos al contexto, parecieran dos chicos en una, verdadera, cita romántica.

Bakugo apenas y embulló uno que otro pedazo, la mayoría fue consumido por el ojirubí.

Fue una velada amena y el tiempo voló cual colibrí, increíblemente rápida, pues estuvieron conviviendo por más de cuatro horas en total e, inusualmente, no fue desagradable. Habían hablado sobre su comida favorita y que tipo de películas eran de su agrado, casi nada de lo que se dedicaban. Ambos sintieron aquello como un respiro. Sin embargo, Eijiro se reprimió del placer de la compañía para llevar a cabo el plan que tenía pensado desde un inicio.

Un pequeño trato   [kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora