capitulo 2

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Me aleje con miedo de él, miedo de que quisiera tomarme y llevarme a su agencia. Mis manos temblaban, le estaba teniendo miedo a Zayn. El dio un paso a mí. Sus ojos mostraban lo desconcertado que estaba, pero yo sabía que él no dudaría en llevarme a su agencia para que me retuvieran.
Di un paso a atrás y mi pie toco tontamente el aire, estaba en el límite del techo y Zayn seguía acercándose. Mire por detrás de mi hombro y vi los veinte o treinta metros que había hasta el suelo. Me parecieron como si hubiera mil metros, pero luego entendí que ahí es donde el destino me había llevado, ya no valía la pena seguir luchando. Zayn era de la S.I.S. y según todo lo que me explico Liam, ellos eran el Servicio de Inteligencia Secreto, trabajaban ligados a la C.I.A. y al F.B.I. juntos conformaban Seguridad Nacional. Si como decía Liam la A.S.I. no eran más que un grupo de terroristas bien organizados, el no dudaría en tomarme y meterme a la cárcel.
—No lo hagas —escuche que me dijo. Pero yo ya había dado la vuelta y me había dejado caer por el borde del edificio. Ya era muy tarde para que lo impidiera. A mitad del camino el aire se me corto, dejándome inconsciente para sentir lo que sería mi dolorosa muerte.

Sentía mi cuerpo pesado, como si hubiera estado en la guerra. Mis piernas y mis brazos me dolían en varias partes, sentía un fuerte dolor en la cabeza. Quería despertar, quería correr pero mis parpados estaban demasiado pesados como para levantarlos.
—Despierta —escuche un susurro lejos de mí, seguido de algo tocando mi mejilla.
Deseaba estar muerta, estar en el infierno o dormir para siempre. Estar al otro lado del mundo, tener otra vida, no tenía más motivos para seguir.
—Por favor despierta —el susurro se escucho mucho más claro que la última vez. —No puedes irte… —la voz se corto.
Sabia de quien era esa voz y estaba rogando para que estuviera confundida y la voz fuera de otra persona. Yo no podía estar viva, tenía que morir. Era lo mejor para todo el mundo y lo sabía.
Algo se apoyo en mi hombro con cuidado.
—No me dejes —susurro nuevamente Zayn. —Te amo —pude sentir como sus labios se posaron suavemente sobre los míos. Quería responderle ese beso, pero no podía, nada de mi respondía.
Luego no escuche nada más, me envolví en un vacio desesperante. Por mucho tiempo estuve así. Hasta que una luz apareció frente a mi junto con dos personas.

Pude reconocerlos eran Jack y Olive, los amigos de Patrick. Ella llevaba una blusa color turquesa con unos jeans claros, el llevaba una camisa negra y unos jeans oscuros, era ropa antigua, como de los 90’. Iban tomados de la mano y se acercaban a mí, eran muy altos, demasiado, fácilmente podían medir más de dos metros. Yo no pasaba de sus rodillas y cuando llegaron a mí y me tomaron en brazos como si pesara menos que una pluma, entendí.
Mire mis manos pequeñas y delicadas de niñita, mis brazos eran regordetes como los de una niña de dos años. Alze mi cabeza y los mire.
—Te amamos —dijeron al unisonó. —Tienes que cuidar a tu hermana, ella está más cerca de lo que crees.
— ¿Qué se supone que significa eso? —dije con una voz aguda. Y de un momento a otro yo estaba parada frente a ellos, solo que ahora le llegaba a la cintura a Jack. Mis brazos eran como los de una niña de diez años al igual que mis piernas y el vestido que llevaba reflejaba la niñez que no tuve.
—Tienes que encontrarla, ella se siente sola —dijo Olive.
—Patrick no esta tan presente como él y ella quisieran —añadió Jack. —Prometió cuidarlas y solo lo ha cumplido en una parte.
—No te cuido a ti —aclaró Olive.
— ¿Cómo se supone que tuvo que haberme cuidado? —pregunte con mi voz normal. Ahora mi cuerpo reflejaba la edad que tenia, dieciocho ya que había pasado el Año Nuevo y contaba eso como un cumpleaños para mi, y llevaba un camisón blanco.
—Deteniendo la locura de Roderick —respondió tenso Jack.
—Lamentamos que hayas pasado tu cumpleaños número dieciocho años sin nosotros, como todos los demás —bajo su cabeza Olive.
—Y sobretodo que el mismo día de tu cumpleaños hayas tomado la drástica decisión de suicidarte —Jack puso una mano en mi hombro. —Nunca más lo vuelvas a hacer, tienes toda una vida por delante.
Lo mire.
— ¿Mi cumpleaños es hoy? —pregunte extrañada.
—Hace tres días en realidad —respondió Olive, en el mismo momento que ambos miraron atrás.
—Debemos irnos —dijeron al unisonó.
—Te amamos —dijo Jack. —Tienes toda una vida feliz por delante con personas que te aman, solo tienes que detener a Roderick y encontrar tu final feliz.
—Los finales felices no existen —dije.
—Existen —dijo Olive. —Pero hay personas que nunca los encuentran, tú tienes uno y tienes que encontrarlo.
—Detiene a Roderick —fue lo último que dijo Jack y luego lo vi todo negro.
Solo había un problema ¿Quién era Roderick?

Casi simultáneamente abrí los ojos de golpe encontrándome con un techo blanco, gire la cabeza pero eso me provoco un dolor agudo en el cuello.
Suspire con dolor.
Estaba conectada a un respirador artificial, mis brazos tenían varios cables conectados al igual que los sentía en mi pecho.
En mi mano había un aparato con dos flechas, sin saber que esperar apreté el botón con la flecha hacia arriba y el respaldo de la camilla se levanto, sentándome.
Por la ventana se veía la noche, con la luna llena alumbrado mi habitación.
Zayn estaba durmiendo en un sillón en una esquina de la habitación, su rostro expresaba preocupación y cansancio, llevaba la misma ropa de el día del suceso, ese mismo día, hace tres días, una semana, no podía saberlo.
Ahora no podía escapar, no ahora que estaba muy segura de que Jack y Olive eran mis padres o por lo menos quería aferrarme a ese pensamiento, no ahora que como ellos me dijeron estaba dispuesta a encontrar mi final feliz, y esperaba que fuera con Zayn.
Si el aun estaba aquí, por algo tenía que ser. Y sería mejor que me enfrentar a esto lo más rápido posible.
—Zayn —susurre.
Pero el siguió durmiendo. No podía esperar a la mañana, teníamos que arreglar esto ahora.
—Zayn —volví a susurrar. Ahora el abrió los ojos de golpe y se sentó en el sillón rápido mirando a todos lados hasta que reparo en que estaba sentada en la camilla. Entonces se levanto y corrió a mí abrazándome fuerte, lastimándome. —Oye —le dije. —Me duele —aclare.
Me soltó sonriéndome.
—Lo siento —paso sus manos por mi rostro delicadamente sonriendo. —Te extrañaba.
Yo puse una de mis manos vendadas sobre una de sus manos en mi rostro.
—Perdóname —le dije.
— ¿Por qué? —pregunto extrañado.
—Por no ser lo que te mereces —le dije lo más honesta posible. Con eso pareció como si hubiera reventado su feliz burbuja, recordándole porque estábamos en una sala de hospital. Me miro con ojos profundos. Pareció captar lo que yo quería darle a entender.
—Yo… —balbuceo sin saber que decir.
—Lo sé —le dije mientras me recostaba en la almohada. —Me amas blablablá pero tienes que entregarme —suspire con dificultad.
El tomo mi mano entre las suyas mientras con su pulgar acariciaba mi palma.
—Haces que amarte pareciera poco importante —dijo dolido.
—Entonces… ¿me amas? —pregunte tímidamente. ¿Después de todo lo que sabía, aun me amaba?
—Sí, mucho más de lo que crees —se le escapo una pequeña sonrisa de costado. —Pero te equivocas en el resto…no voy a entregarte.
— ¿Ah no?
—No puedo —me miro. —Te meterán a la cárcel o trataran de sacarte información, y estoy seguro de que no eres como las personas de la A.S.I. —se quedo mirando sus manos pensante. ¿Tal vez no estaba seguro de lo que hacía? ¿Tal vez no estaba seguro de si me amaba? Seguramente estaba dudando entre irse o quedarse. Por más que lo amara y quería que se quedara sabia que lo mejor para ambos es que se fuera. —Pero tengo que saber algo primero —hablo al fin poniéndose serio y mirándome fijamente. — ¿Tu me amas?
—Claro —le respondí al instante.
— ¿Enserio? —pregunto corroborando.
—Mira —tome sus manos, ordene mis pensamientos tratando de ser lo más sincera y clara posible, y las puse en mi pecho, sobre mi corazón. — ¿Lo sientes? —le pregunte. —Nunca había latido así por alguien… —suspire. —Nunca había sentido cariño por alguien o algo, solo apego a Jared o cosas como mi arma favorita —lo mire y solté todo, sintiéndome mas indefensa que nunca en mi vida. —Y llegaste tú. Siempre serás solo tú, aunque estemos en algún hospital de la S.I.S., aunque todo esto sea una trampa. Te seguiré aman… —pero no me dejo terminar. Sus labios atraparon los míos con dulzura, con amor. Ahueco mi rostro entre sus manos y con su pulgar acariciaba mi mejilla. Intente subir mis brazos a su cuello pero un quejido salió de mis labios. El retuvo mis brazos abajo y siguió besándome. Se separo y me miro con sus penetrantes ojos ámbar.
—Te amo con toda mi alma —me dijo. —Soy completamente tuyo.
—Y yo soy completamente tuya.

Estábamos recostados en la camilla. Zayn pasaba uno de sus brazos por mis hombros y jugaba con los dedos de mi mano izquierda.
— ¿Hace cuanto fue? —pregunte refiriéndome al accidente.
—Tres días —respondió. Mi sueño había tenido razón.
— ¿Es muy malo? —pregunte.
—Tres costillas rotas, derrame interno, un brazo roto y coma nervioso —me miro. —Fue bastante malo.
Tome su otra mano y pude sentir algo duro, arremangue su manga y vi como tenia encabrillado el antebrazo.
— ¿Qué te paso? —dije preocupada.
—Trate de protegerte de la caída —respondió.
— ¡¿Te lanzaste?! —lo mire afectada.
—Dije que lo haría —me miro. —Nunca vuelvas a intentar suicidarte. No lo permitiré y me volveré a lanzar de un techo si es lo necesario para mantenerte viva.
Sonreí conmovida Zayn era lo mejor que me podía haber pasado.
—Esto no es una misión ¿cierto? —pregunto de pronto.
— ¿Qué? —dije atónita.
— ¿Estas en una misión? —volvió a preguntar.
—No —mentí. No podía perderle como estuvo a punto de pasar.

No es mi vida es solo una miciòn mas zayn y tu 2ª temporadaWhere stories live. Discover now