Capítulo 3

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Después de haberse quedado dormido en sus brazos se sentía más que avergonzado, ¿realmente se había dormido sobre su cuerpo? Aunque tampoco lo veía como algo tan malo, era la primera vez en años que dormía como un bebé.

— Buenas tardes, bello durmiente.— Escuchó su voz, abriendo su ojo para ver que estaba entretenido con el televisor, aunque le sorprendía que siguieran en la misma posición.

— No me llames así...— Se sentó a su lado, tallando su ojo para después bostezar.

A los ojos de Venti se veía más que adorable, recién levantado, con su cabello hecho un desastre, tallando sus ojos levemente rasgados y sus prendas un poco removidas, aparte que tenía una parte de su rostro roja por haber dormido de ese lado.

Xiao se levantó para ir al baño, echándose un poco de agua en su rostro para despertar por completo. Se miró al espejo, notando que la pintura verdosa de algunos mechones de su cabello se estaba cayendo, suspirando.

Al salir, vio que la madre del chico entraba, sonrojándose levemente de vergüenza al escucharla dar un leve grito agudo de ternura.

— Ay, pero qué belleza de niño, mírate, todo tierno.— Se acercó para volver a tomar sus mejillas como un bebé.

— Señorita, no me gusta mucho el contacto físico.— Habló entre sacudidas, colocando sus manos sobre la de la mujer.

— Mamáaaa...— Comentó Venti.

Se acercó para alejar a su madre de su amigo, riendo al ver su puchero, entendía su alegría por haber llevado a un amigo a su hogar, no era tan común eso.

La sacó con delicadeza de su habitación entre pequeñas risas para volver a cerrar la puerta, Xiao solamente suspiró para sentarse sobre la cama.

Pasaron el resto del día juntos, Venti era el que más charlaba de los dos mientras Xiao comía las botanas que la mayor les había dejado en una gran charola.

Se había divertido bastante con el chico hasta que se tuvo que despedir, siendo acompañado por Venti hasta la cochera para abrirla.

— Fue un gusto. Nos vemos en clase el lunes.— Sonrió, acercándose a él para acomodar su cabello.

Aunque no vio venir algo: un beso en su mejilla.

Sus mejillas ardieron más que nunca, mirándolo con sorpresa para después tomar su bicicleta y marcharse, escuchando la voz de Venti detrás de él, se despedía.

Al llegar a su hogar, fue directamente a su habitación, hundiendo su rostro en la almohada, ahogando un grito pequeño de vergüenza, ¿en serio había besado su mejilla? Era lo mejor que le había ocurrido en la vida.

Sentir sus labios en su piel había sido la mejor sensación de todas.

Cuando llegó la hora de asistir a clases, ya se había retocado sus cabello verdosos, no se veía tan mal como otros días, se veía más descansado y más limpio. Xiao era muy limpio, pero sus malos hábitos de sueño no le hacían ese favor con su imagen.

— ¡Xiaaaooo!— Escuchó esa linda voz detrás de él.

Al girarse, recibió un gran abrazo por parte del chico, casi cayendo al suelo, pero logrando sostenerse con firmeza al mover un poco sus piernas, soltando una risa, se sentía como si no se hubieran visto desde hace años.

— ¿Por qué tan alegre el día de hoy, mhm?— Comentó después de alejarse, acomodando el collar del chico.— Lindo cuarzo, ¿es cuarzo rosa?

— Así es y tengo uno para ti.— Sonrió, sacando el collar del bolso de su chaqueta con alegría.— Es un cuarzo azul, te ayudará a controlar tus emociones y bajar tu estrés y ansiedad. Suena tonto, pero en cuanto lo vi, pensé en ti.

— ¿En mí?— Susurró.

Vio que asentía, sintiendo algo cálido en su corazón, sintió que le colocaba y ajustaba el collar, viendo su linda sonrisa, vaya que era un chico tierno y lleno de alegría.

No lo sentía mal, siempre había sido de odiar los collares y pulseras, pero si era un regalo de Venti, no le disgustaba en lo absoluto.

Ya se estaba acostumbrando a tanta alegría.

— Gracias.— Sonrió levemente, Venti era el único que se merecía sus intentos de sonrisa.

— ¿Ya ves? Qué lindo te ves sonriendo.— Comentó, tomando su mano para jalarlo hacia la primera clase que tenían.

Aclarando: van en el mismo grupo. Pero apenas hablaban, después de dos años de admirarse de lejos, se animaron a establecer un vínculo de amistad.

Se sentaban juntos, Venti le ayudaba en las clases que no entendía bien, ya que a veces se distraía con otras cosas que rondaban por el aula, agradecía mucho que el chico le ayudara, sin él ya hubiera reprobado el parcial.

Almorzaban juntos, hasta Xiao se animó a platicar en vez de Venti, ciertamente no era muy social, sentía que no tenía nada sobre que hablar, sentía que su día a día era muy cliché y aburrida, pero se sorprendió al ver a Venti prestándole atención.

Se sentía bien tener un amigo y sentir cosas más profundas por él. Tampoco quería arruinar su única amistad y la única que tendrá en su vida.


Reconfortante melodía. »Xiao x Venti.Место, где живут истории. Откройте их для себя