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Hermione frunció el ceño. Había creído que encontraría a la persona que escribía las cartas allí, parado, y no a una de sus notas.

Bufó, para luego darse vuelta y encaminarse hacia el sitio citado en la nota: el campo de Quidditch,

Al llegar al destino, divisó una rosa en las gradas. Rodó los ojos, suponiendo que debería haberse esperado eso. 

Tomó entre sus manos la nota y leyó nuevamente:

Querida castaña:


Si lees esto, significa que no te has rendido. ¡Vaya! Si debes querer saber quién soy. Ahora si, falta poco, cariño. Te estaré esperando en la Biblioteca, dulce castaña.

Querida Castaña...»Hermione Granger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora