ᴠɪɪ. ᴍᴇᴍᴏʀɪᴀ ɪɴǫᴜɪᴇᴛᴀ

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 —Claro, no quiero perturbar la paz del jefe —respondió Eda ordenando sus cosas pasa irse, sabiendo perfectamente que Serkan se irritaria con lo que había dicho y de alguna forma masoquista, le gustaba hacerlo enojar.

Serkan los miró a ambos salir entre los risas sin mirar atrás y se arrepintió en ese mismo momento de haberse quejado, no quería que esos dos estuvieran solos.

—¿Estas bien? —le preguntó Selin siguiendo la mirada fija de Serkan, sintiéndose molesta al instante cuando notó que incluso sin recordarla, Serkan no podía dejar de estar pendiente de Eda.

—Es solo que... —dudó en preguntarle a la rubia —¿Ellos están saliendo?.

Y Selin sintió que esa pregunta era como un balde de agua fría para ella, Serkan estaba celoso —No lo se —mintió, sabiendo que no podía decirle que si, en cualquier momento se enteraría que estaba casado con Piril —Supongo que Eda lo manipulo bien, como a todos en art life —dijo con malicia.

Serkan la observó y no quiso decir nada más, en el poco tiempo que llevaba y después de la conversación que había tenido con Eda el primer día que se vieron, ella no había vuelto a acercarse a él y eso le molestaba y le intrigaba en partes iguales, no calzaba con la imagen que le había pintado Selin de la castaña en la que lo trataría de manipular y convencer de algo, no la reconocía visualmente, pero cada parte de su cuerpo parecía reconocerla cada vez que estaba cerca, su sonrisa, su aroma, su sola presencia, lo calmaba aunque no quisiera reconocerlo y él la había alejado.

—Tengo que trabajar —le dijo con la intención que lo dejara solo, quería estar en paz.

Selin lo miró y suspiró antes de salir, sabiendo que convencer a Serkan de retomar su relación, sería más difícil de lo que pensó.

Una horas más tarde y sin poder aguantar la curiosidad un minuto más, salió de su oficina con la excusa de ir a buscar a café, miró a la oficina de Engin para ver que estaban haciendo el y Eda y se sorprendió al verlo trabajando solo, siguió caminado en dirección a la cafetería y fue ahi cuando la vio, Eda estaba al otro lado de la barra preparando dos tazas.

—Hola —saludo con timidez, sin saber muy bien como interactuar con ella sin comportarse como un idiota.

Eda levantó la vista y lo miró sin ninguna expresión en su rostro antes de hablar —Hola, ¿Quieres un café?, esta listo —le ofreció mostrándole la cafetera.

—Claro —aceptó sin saber que más decir.

—Aquí tienes —le dijo Eda un par de segundos más tarde pasándole una taza antes de tomar las otras dos que estaba preparando para irse.

Serkan la miró caminar en dirección a la puerta sin mirarlo y antes que su cerebro procesara lo que su boca estaba diciendo se escuchó a si mismo llamarla. —Eda.

—¿Si? —respondió deteniéndose sin voltearse para mirarlo.

—¿Po-podemos hablar? —titubeó con nerviosismo.

—¿Qué más hay por hablar? —cuestiono girandose para mirarlo —Creo que dejaste todo bastante claro.

Serkan suspiró —Tenemos muchas cosas que hablar —respondió acercándose a ella —Se que no actúe de la mejor manera.

—¿Ah si? —murmuró con una sonrisa maliciosa —No sabia que los robot tenían informes de comportamiento y notaban cuando se comportaban como idiotas.

Y Serkan sin saber porque, sonrió —Supongo que estamos un poco mas actualizados —replicó con una hermosa sonrisa que le recordó a Eda su viejo Serkan —Entonces, ¿Po-podemos ha-hablar? —preguntó titubeando, pateandose interiormente por ponerse tan nervioso con ella.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz