#16. Estas di-vi-na...¿Friend zone? Frienzone.

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- ¿Y me disculparas?

-Sip.

-No crees que somos un poco cliché -me dijo riendo.

-No me vas a venir con esas cosas porque te juro que vómito, a menos que quieres que malogre tu nueva remera por supuesto y te vomito encima, seria todo un placer.

-Pues adelante -dijo acercándose más.

- ¿Por qué te acercas tanto? -le pregunte fastidiada.

-Me gusta.

-Aléjate de mí, ¿ok?

-Tal vez "ok" sea nuestro siempre -dijo él.

-Te prohíbo seriamente que te copies de las frases de MI novio -le dije sacando la lengua.

Negó y rio.

Fin del Flashback

-Ahora sal de ahí -le dije del otro lado del vestidor.

-Me niego a salir, no puedo, prefiero morir.

-Ok entonces... ¿Cómo deseas morir? ¿Por qué tengo contactos y pueden hacer...

-No vivirías sin mí -me interrumpió.

Rodé los ojos.

-Sal de una maldita vez de ahí, que ya se me acaba a paciencia.

Abrió la puerta y ahí estaba, con un vestido fucsia de lentejuelas, unos tacones del mismo color una cartera blanca, y un pequeño chihuahua de peluche en su bolso con la infaltable peluca rubia.

En definitiva no creo que alguien quiera meterse conmigo.

-Eres toda una diva, you are per-fect -le dije conteniendo la risa.

-Hagamos esto de una vez -dijo entrando al centro comercial.

-Espera Barbie bamba, ¿A dónde crees que vas? -le pregunte.

- ¿A humillarme públicamente? Pero quiero que sepas que cuando se burlen de nuestros hijos por tu haberme obligado a hacer esto, te arrepentirás.

Me empecé a reír a carcajadas y caí al suelo de la risa. Es tan extremadamente estúpido e idiota que da risa.

-Tu no entraras ahí -le dije señalando la tienda de ropa -tu entraras ahí -le dije señalando la discoteca.

- ¿Disculpa? -pregunto.

-Disculpada -le sonreí.

-No, no voy a entrar ahí -me dijo serio.

A lo que la gente que pasaba lo miraba raro.

-Apúrate entra -le dije mientras lo empujaba.

Y no podía hacer gran cosa por los tacones.

-Identificaciones -dijo un sujeto muy grande, demasiado, bueno es que digamos que no soy tan alta entonces soy una pitufa a su lado.

Le entregue ambas identificaciones falsas, como sabrán, tengo contactos y no bromeo.

-Pasen.

Al entrar lleve a Matthew a camerinos, sin que se dé cuenta.

Y ahí estaba Austin, el dueño de la discoteca.

Austin era un chico de 23 años, excelente empresario con el que papá trabajo y le encantaba la idea de que seamos amigos y si es posible algo más. Enserio, un poco más y no me pone un lazo en la cabeza.

-Acá esta -le dije a Austin.

- ¿Así que te ofreciste para esto o te trajo con engaños? -le pregunto Austin a Matthew.

I'm not a boy, idiot!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora