ÚNICO

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El amor es una de las cosas más hermosas, inspiradoras y enérgicas que puede inundar el cuerpo de cualquier ser vivo, Izuku sentía amor por muchas personas y por muchas cosas, tenía amor por su adorable y regordeta madre, sentía amor por sus amigos, amor por Tenya y el gran apoyo que este mismo le daba, amor por Ochako y su amistad desinteresada, amor por Tsuyu y su personalidad tan empática.


Pero hay quienes piensan que el amor y estar enamorados es lo mismo.


Izuku sabe mejor que nadie, que no es lo mismo, estar enamorado es fugaz, positivo, interesado, egocéntrico, pasional y banal, puedes enamorarte de lo que sea y cuando este "lo que sea" se vaya, también ese sentimiento que te generó.


El amor es más puro, liberal, doloroso, incomprendido y jamás podrá expresarse tan y como lo sentimos, el amor es sentir como un hielo se deshace en tus labios, dando una agradable sensación fresca pero también lastimando la tierna piel de la boca, sintiendo como se paraliza y cada movimiento se hace un poco tortuoso.


Sin embargo, lo que llegó a sentir por Bakugo Katsuki se volvió una mezcla que jamás pudo entender, cuando lo conoció, ambos cursaban la universidad, compartían materias básicas, por lo que sabía el rubio cursaría la carrera de Música, mientras que por su parte el pecoso cursaba la licenciatura en Artes.


El pecoso sintió una increíble curiosidad por el joven, por sus cabellos rubios y explosivos que hacían que quisiera revolverlos con ganas, imaginando lo bien que se verían pintados en un lienzo, quizá con acuarela u óleo, para asimilar al precioso amarillo cenizo de las hojas decoloradas al inicio de la época otoñal.


Amaba sus ojos rojos, tan afilada que hasta el metal más indestructible del universo sería cortado cual mantequilla ante la mirada más desinteresada del rubio, sin duda esos ojos que Izuku sentía que veían hasta lo más profundo de su alma.


¿Y qué decir del increíble físico del joven Bakugo? El pecoso no quería ser un pervertido, pero su compañero siempre usaba jeans que hacían ver lo fornidas que eran sus piernas, además de esas playeras que, a pesar de no ser tan ajustadas, dejaban vislumbrar esos trabajados músculos de sus brazos e incluso delinear con sutileza sus abdominales.


Sin embargo el tiempo no perdonaba y para cuando Izuku se había dado cuenta, ambos tenían un año de haberse graduado, ahora el de cabellos verdosos trabajaba enseñando artes para carreras técnicas, era un maestro muy querido, aunque eso no quitaba el que a veces participaba en exposiciones de arte, vendiendo pinturas de su autoría o réplicas de otros fantásticos artistas del pasado.


Sin embargo, su alma mater, había contactado a sus ex alumnos para que participarán en una exposición de arte escolar, solo era por voluntariado y tendrían medio año para realizar un nuevo trabajo original, para Izuku era una gran oportunidad para que interesados en estudiar de manera privada y extra escolar lo contactaran además que sabía que a su universidad también asistían personas interesadas en comprar lo que los alumnos podían producir o bien, contactarlos directamente.


Además que deseaba hacer algo más que especial que no quería vender pero tampoco quería que fuera un ejemplo paso a paso para sus alumnos, quería retomar el significado de expresar sentimientos y emociones a través de algo tan privado como era su arte.


Agradeciendo a internet y redes sociales, pudo encontrar el Instagram de su crush eterno, no solo por gusto sino porque deseaba inmortalizar la belleza que tanto lo había cautivado, deslizando entre las fotos, sonriendo por lo atractivo que era el rubio.


Recordaba perfectamente su exquisita voz, tan cálida, ronca y varonil, consideraba al rubio la musa más extraordinaria que pudo haberse cruzado en su camino.


Mientras Izuku iba moldeando su diseño primario en arcilla, pensaba en que odiaba haber sido tan cobarde como para no haber hablado con el rubio durante tantos años, pero pensaba en que gracias a ese deseo que aún conservaba por el rubio lo inspiraba a muchas cosas, aunque también se preguntaba si lo inspiraría si estuviera cerca de él.


Observaba las fotografías que subía el rubio, su banda musical ya era conocida a un nivel nacional, aunque sorprendentemente nunca los había escuchado, ni había intentado ir a uno de los conciertos que hacían.


Cuando terminó los detalles en la arcilla, se alejó apreciando su obra, sin duda la había hecho bastante similar al recuerdo y referencias que tenia del rubio, la estatura era un poco más alto, pero realmente no era su estatura real, Izuku jamás se había acercado lo suficiente pero sabía que el chico era alto, pero para no arruinar sus proporciones mejor se basó en la estatura promedio que ya conocía.


Fue a lavar sus manos y continuar con los trabajos pendientes que tenía, como algunas pinturas, dibujos y esculturas de madera, que ya estaban más que listas para entregar, sin embargo su mirada se dirigía de a ratos a la espalda de su escultura, recordando como delante de él, en clases, ese cabello rubio explosivo se interponía entre su mirar y el pizarrón en clases de historia.


Con un último vistazo a su creación, apagó la luz de su frío estudio para caminar a su departamento, tras preparar la siguiente clase que tenía al día siguiente y darse un buen baño, se echó a su cama, poniendo su alarma. Con curiosidad, decidiendo que podía ser de gran utilidad escuchar a su crush, busco su banda.


Dynamight


Por lo que el internet le estaba diciendo, los integrantes eran bastante versátiles, aunque el rubio que siempre le interesó fungía como incidental vocal principal, compositor y letrista, añadido a ser reconocía a los demás integrantes, Eijiro, Denki, Kyoka y Mina como bailarina, al pecoso le hizo feliz saber que sus viejos compañeros estaban bien.


Observó los álbumes y mini álbumes que tenía, poniendo una canción de manera aleatoria, poniéndose sus auriculares para mejorar su experiencia además de particularizar los detalles de la canción, claro que también sabía de música pero no a un nivel tan experto como los integrantes de la banda que estaba por escuchar, sonriendo por escuchar esa voz que tanto le derretía recordar, pero también se preocupó por escuchar la letra, cerrando sus ojitos.


Apenas pasado el primer minuto, empezó lo "fuerte" para su pecoso ser:



"Muévete, deja que esto arda"
"Salvajemente como un caballo"
"Siéntate, mírame hacerlo"
"Móntame, puedes conducir"



En ese instante Izuku se sentó de golpe, creyendo que había mal entendido por completo lo que decía la canción


"Soy diferente a ti, quiero que me lo hagas duro"
"Solo voy por ti al máximo"
"Muévete, deja que esto arda"
"Todo esto es para ti, quiero que me lo hagas duro"



El de rizos verdes decidió detenerse, el escuchar la voz de su crush de la universidad exclamando tales cosas, estaba mal pensando ¿No? Bueno, más bien parecía que las frases eran bastante intencionales.


Se sintió bastante tímido, así que decidió detenerse, para disponerse a dormir, eso era lo mejor teniendo en cuenta que algo en su barriguita se removió ante esos versos y esa exquisita voz que se sentía entraba lentamente por los poros de su piel.


Μούσα | Katsudeku |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora