Lo conocí en otoño

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Carrie se encaminó al ancho pasillo de la catedral, se encontraba nerviosa y sentía el sudor escurrir por su frente; pero afrontaba su destino con la frente en alto. Su padre se encontraba al principio del pasillo y una vez que llegó hasta él, éste le tendió una mano para poderla guiar hacia el altar; pese a que ella deseaba salir corriendo de ahí con su vestido de novia y subirse al metro para huir del terrible futuro que le esperaba.

Respiró profundo y, aprisionando su labio inferior con fuera, tomó la mano que su verdugo le tendía y se aventuró al final del pasillo al ritmo de lo que ella misma concluyó era una marcha fúnebre.

―Sonríe, cariño ―espetó su padre―. Se supone que es el día más...

―Siniestro y deprimente de mi vida ―interrumpió Carrie, dibujando una falsa sonrisa en su rostro.

William no dijo nada más, sabía perfectamente el motivo por el cuál su hija había elegido tan malvados adjetivos para describir el día de su boda.

Mientras Carrie caminaba lentamente por el pasillo, sentía el fuerte palpitar de su corazón robarle el aliento, así que apretó la mano de su padre en busca de un poco de valor.

El hombre con el que iba a casarse no era un desconocido y eso era algo que agradecía en el fondo de su alma. Ryan James resultaba ser el exnovio de Carrie; un chico totalmente enamorado de ella que haría cualquier cosa para hacerla feliz, lo que él no sabía era que Carrie lo último que quería era contraer nupcias con él.

Con cada paso que daba hacia Ryan sentía que sus oportunidades de ser feliz se esfumaban. Por su mente pasaron escenas donde ella sería cualquier cosa, menos dichosa al lado del hombre que la esperaba al final del pasillo.

Cerró los ojos por un instante y se concentró en la persona que hacía palpitar su corazón. Un joven pasante de medicina que conoció en su viaje de promoción a Madrid. Logan Black, un apuesto hombre que la hizo suspirar tan pronto como lo conoció.

A Carrie no le gustaba decir que lo suyo era amor a primera vista, puesto que sabía perfectamente que eso no existía; sin embargo tan pronto se habían conocido y entablado una sencilla plática, se dieron cuenta que la química entre ellos era demasiado fuerte.

"Aun recuerdo cuando te conocí, amor mío" pensó para sí misma Carrie. "Tu sonrisa angelical, tus ojos avellana... solo Dios sabe cuánto te amo, Logan. Mi corazón será tuyo por siempre, sin importar que no estemos juntos".

Ella suspiró y aguantó las lágrimas que comenzaban a formarse detrás de sus ojos. Apretó su mandíbula, tratando de olvidar la razón por la cuál estaba haciendo eso.

La familia de Carrie se había visto quebrantada por el mal manejo de las acciones en la empresa Sullivan & James, Inc. Empresa que era manejada por su padre y su futuro suegro, pero en la cual este último se había aprovechado de la situación que vivía su socio tras la muerte de Kassandra Sullivan, para hacerle firmar a William un pagaré por una fuerte cantidad millonaria que sumada a un absurdo porcentaje de interés, convertía la deuda en algo prácticamente impagable.

Will había hecho hasta lo imposible por razonar con su amigo, pero Fred no entendía razones y amenazaba con mandar a su antiguo compañero de juegos a prisión si no saldaba su deuda a la brevedad.

Lo conocí en otoño (Concurso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora