Prólogo; parte 1.

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-Mamá, ¿Puedo dormir contigo?- Caminó la pequeña hacía sus padres. La cama se veía más grande que la suya, más cómoda y ahí se sentía protegida, además, sentía que había algo observándola en su habitación el suficiente tiempo como para que ella se decidiera por fin saltar fuerte de la cama a la puerta sin mirar atrás e ir al cuarto de sus padres.

-¿Mami?- Movió el cuerpo de lo que parecía su madre.

-¿Ma-

Quitó la cobija y se quedó congelada, no estaban sin padres, sólo había almohadas.

-...-
Kim Dokja •

-Ught...- Gemí al estirarme y sentir mis huesos tronar, la luz del sol estaba dando a mi rostro, cálida.

Me levanté, mis ojos no aguantaban el cansancio, se abrían cada vez más, hasta los abrí por completo como platos; no había luz eléctrica.

-¿Hubo un apagón? ¿Qué demonios? Si apenas la pagué la semana pasada...-

Fruncí el ceño y me levanté, seguía cansado, como si hubiera dormido mucho tiempo. Me dirijo al baño y veo la hora en mi celular, "7:00 a.m." decía. Me apuré en cambiarme, echándome solamente el agua a la cara y cabello mientras me ponía el uniforme. Ya cambiado, miré con lástima el refrigerador, tenía hambre, quizás un huevo estaría bien... No, ¿A quién carajo le importa el desayuno ahora? ¡Llego tarde! Y no puedo darme el lujo de que me despidan.

Abro la puerta de mi departamento, y...

¿Qué?

-¡!- Con suerte, me agarré de la apoyadera de las escaleras de metal, necesito bajar de aquí y...
Las escaleras se están literalmente destruyendo, cayendo, oxidadas, ¿Quizás dormí demasiado tiempo y en eso hubo un apocalipsis? No, eso...Eso sólo pasaba en las novelas que leía, pero...

¿Dónde están los humanos?

La vegetación era enorme, me sorprende no haberme dado cuenta antes de eso
¿Desde cuándo es normal tener flores entrando por la ventana?
Era...Era como un sitio turístico, se veía hermoso y devastador. Hacía frío..
Cuando logré bajarme de las escaleras me percaté de que uno que otro carro se movía sin rumbo fijo, les seguí mirando hasta que uno que otro chocó.

Hay perros muertos, gatos también. Estaban demasiado delgados, pero aún se podían ver alguno que otro de estos dos animales peleándose salvajemente entre sí, por comida.

Aterrador.

Dí algunos pasos para mirar el suelo, tenía moho.

Seguí caminando, el sonido del tacón de mis zapatos contra el suelo era el único sonido ahí presente, o al menos, que mi oído humano podía percibir.

Me estremecí con una corriente de aire, era silencioso, como un susurro en mis oídos.

¿Cuánto tiempo habrá pasado? ¿Por qué?
¿Soy el único aquí? ¿Cómo haré para sobrevivir?
¿Es acaso ésto un sueño?

Si en mi vida he tenido el sentimiento de soledad presente, no es nada con el que siento ahora mismo. Inexplicablemente, sentí algo que hace mucho no sentía; miedo. Miedo de estar solo, miedo de morir solo, miedo, miedo y más miedo.

Sentí mis mejillas un poco cálidas, eran mis lágrimas cayendo, eran las lágrimas de un humano perdido por el mundo sin saber su tiempo, hora o qué pasó, pero esta vez no era metáfora, esta vez...Esta vez era literal.

La desaparición.Where stories live. Discover now