EL TRIUNFO DE UN SUEÑO

Capítulo 1
En algún lugar del mundo

Hace algunos años, en el lugar donde siempre se sentaba para buscar inspiración, Cheryl, una chica muy carismática y con muchos sueños por cumplir, esperaba llegar a dar el primer paso de un largo camino que la esperaba sin ningún destino en particular.
Se encontraba escribiendo una canción que planeaba publicar, pero no se imaginaba cuánto tendría que pasar para llegar a recorrer el camino que la llevaría a cumplir sus sueños.
Pero ese día no era como los demás, Cheryl no podía entender por qué no podía escribir ni una sola palabra y eso la hacía sentir muy frustrada.
El tiempo pasaba y los días también, pero ella seguía sin poder escribir, entonces tomó sus cosas y se dirigió a la escuela en la que estudiaba actuación, música, danza, entre otras cosas.
Pero no todo era color de rosa para ella, ya que en poco tiempo comenzó a sufrir de bullying, a ser el blanco de sus compañeros a causa de su pelo castaño y porque era delgada y también porque se destacaba en sus clases.
Pero ella decidió no darle importancia a ese tipo de cosas, fue entonces que su infierno comenzaría…
Su día empezó siendo una jornada como cualquier otra, o eso quería aparentar Cheryl.
Estudiar era algo «habitual», pero no se sentía a gusto yendo a la escuela, porque cada vez que sonaba la campana Cheryl sabía que no podría librarse de ese infierno en el que se encontraba.
Le causaba estragos pensar que al entrar al salón y sentarse todo comenzaría, el dolor, el caos y la destrucción de su alma y su corazón.
Esas situaciones hacían que ella se preguntara: ¿habrá algún lugar del mundo donde pueda encajar?
Fue entonces cuando se dio cuenta de que todo lo que quisiera conseguir en la vida debía conseguirlo sola.
Cheryl sabía que no podía descuidar su educación, aunque eso significara que tuviese que sufrir en silencio y soportar el dolor que le causaban las palabras, que la herían más que los golpes que recibía su corazón. La realidad de su vida era peor que la que ella les hacía creer a todos; pensaba que si aparentaba estar bien todo se arreglaría solo, pero no fue así…
Ella sabía que, a pesar de todo ese dolor, podía encontrar un poco de esperanza, aún había algo que podía hacer. Así que se saltó su clase y salió corriendo hasta el salón de música; lo único que podía escuchar eran personas corriendo detrás de ella.
Cuando llegó al salón, entró, cerró la puerta con seguro e hizo lo mismo con la puerta de atrás, así estaría segura de que nadie entraría ni la molestaría. Ella sabía que lo mejor que pasaba en su vida durante la mañana eran sus clases, ya que ahí le permitían sentirse libre y destacar al escribir sus ensayos.
Aunque en los recreos su lugar favorito era el salón de música, pasaba más tiempo que en él detrás de una puerta o dentro de un armario, abrazándose las rodillas con sus manos, esperando correr con suerte y no recibir golpes por una vez en su vida, pero eso no quiere decir que su estrategia de defensa diera resultado alguno.
Unas horas después la profesora de Fotografía de Cheryl les pidió a sus alumnos que presentaran un folder con fotografías que los representaran; ella sabía exactamente lo que haría, pero no lo que la esperaría durante el desarrollo de su trabajo. Ella sabía que lo que fuera que hiciera para su presentación debía hacerlo rápido o sería muy tarde, pues al salir hacia su casillero una persona se le acercó y le dijo que hiciera el trabajo y le pusiera su nombre, o sea, el de la persona que se le acercó, pero Cheryl no aceptó, entonces recibió una paliza tan grande que al llegar a su casa tuvo que meterse a bañar muy rápido para que no la descubrieran. Pero por más que se esforzó, los golpes que tenía no se podían esconder, y menos cuando uno de esos golpes la mandaría al hospital, al presentar dos costillas rotas y una muñeca dislocada.
Aun así, Cheryl se negaba a confiar en sus padres y decir lo que realmente le había pasado; por tanto, para excusarse les dijo que se había caído de las escaleras de su escuela. Aunque esto no era cierto y tanto el médico como sus padres lo sabían, de todos modos le hicieron creer que esa mentira era convincente. Cheryl muy dentro suyo gritaba por su vida, pero nadie la escuchaba, como era costumbre en su día a día, ¿sería que en algún momento tanto dolor y sufrimiento se alejarían de su vida? Ella no podía entender cómo evadir esa situación al otro día en la escuela; para ello comenzó a idear un plan, una excusa o algo que pudiera decir para evitar los golpes de las palabras, que la herían más que los golpes físicos.
Cheryl estaba feliz de estar en el hospital, porque eso le dio el tiempo suficiente para hacer su proyecto de fotografía, pero, como siempre agregaba algo especial a sus trabajos para ganar créditos extras, decidió hacer una presentación en video sobre lo que la representaba: la música, y decidió basarla en su proceso creativo y la forma en que escribía sus canciones.