Seré la Matriarca en Esta Vida | Novela

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Era imposible contar el número de habitaciones vacías en la mansión, hasta el punto que casi parecía un pueblo.

—¡Espejo! ¡Necesito un espejo!

Afortunadamente, pude encontrar un espejo de cuerpo entero colocado en la esquina de la habitación. No parecía tan lejos. Pero, curiosamente, tuve que dar varios pasos para alcanzarlo.

Y en el momento en que me paré frente al espejo, pude ver por qué.

— ¡¿Por qué soy tan pequeña?!

Mi cuerpo era ridículamente pequeño y ni siquiera podía llenar un tercio del espejo de cuerpo entero que estaba hecho para adaptarse a la altura de un adulto.

Mirando hacia abajo, pude ver dos manos pequeñas que parecían hojas de arce, una barriga de bebé y un par de pies diminutos.

— ¿Qué edad tengo ahora?

No puedo preguntarle a nadie. Después de pensar por un momento, me levanté apresuradamente el dobladillo de la falda que estaba usando.

— ¡Era mi octavo cumpleaños cuando me caí y me lastimé!

Hubo un tiempo en que estaba jugando en el jardín y terminé rascándome severamente las rodillas con las rocas. La cicatriz era tan grande que todavía estaba presente incluso cuando tenía 25 años.

— No. Sin cicatriz.

La rodilla se veía lisa sin ningún signo de lesión.

— Entonces todavía no tengo ocho años...

Me miré al espejo una vez más, pero mi apariencia de niña no cambió.

A pesar de que acababa de sufrir un accidente y abrí los ojos, me sorprendió no ver heridas en mi cuerpo, pero si hablo de lo que es más sorprendente, es el hecho de que volví al pasado.

Incluso si hubiera experimentado la reencarnación después de la muerte, no fue tan fácil de aceptar. Esta es la primera vez que he experimentado una regresión.

Me temblaban las piernas, así que me senté en la cama a mi lado.

El paisaje de la mansión de Lombardi apenas se veía desde la ventana debido a mi pequeña altura.

— Estoy realmente de vuelta en el pasado.

Murmuré mientras observaba los grandes árboles de hoja perenne que se elevaban en lo profundo del jardín.

Estos eran los árboles que habían sido talados cuando mi primer tío, Viese, se convirtió en el señor supremo.

Dijo que era para jardinería, pero era bastante obvio que simplemente no quería ver los árboles que mi abuelo había apreciado.

Sin embargo, más tarde se descubrió que los árboles eran los que el primer emperador había ofrecido para celebrar la finalización de la mansión.

Fue nombrado como el mayor, pero ese hombre que era el supuesto Señor Supremo ni siquiera sabía acerca de la importancia de esos árboles para la familia.

— Tonto Viese.

No sé en qué demonios estaba pensando el abuelo, pero Viese nunca estuvo preparado para ser un Señor Supremo.

Pero en ese sentido, incluso mi tío más joven, Laurel no estaba calificado.

Si Viese era un hombre con una visión estrecha e intolerante, su hermano menor, Laurel, era como un perro leal que siempre se movía según las órdenes de su hermano.

Si alguien era capaz, era mi padre, Gallahan.

Aunque era demasiado reflexivo y algo frágil, era una persona bien educada que quería ir a la academia para obtener una educación superior.