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Me desperté perezosamente para notar como Ran me abrazaba acariciando mi vientre, el cual cada día se ponia más grande por nuestro hijo o nuestra hija...El amor de mi vida desde que se entero de que iba a ser padre me ha estado cuidando y cada vez que nos me acariciaba la tripa y me susurraba "Que ganas de verte con una gran barriguita, te verás súper tierna". Me encantaba vivir de esa manera pues, además Mikey nos dio permiso para faltar por un año al trabajo por el bebé, así que era una vida más tranquila.
- Buenos días pequeña. - Resulta que Ran se despertó y me acariciaba ahora el pelo.
A pesar de que estuviéramos fuera de trabajo aún quedaba una única cosa que hacer y ambos habíamos quedado en terminarla hoy para vivir en paz junto a la formación de nuestro hijo o hija.
- Listo para terminar y así ya poder despertar cada día tranquilos los tres - Dije girándome con cuidado.
- Listo... Solo quiero terminarlo para así ser feliz junto a ti. - Habló para besar la frente y levantarse para empezar a vestirse.
- Aún no me creo que vayas a ser capaz de estar en abstinencia 9 meses. - Reí. - Seguro serás el mejor padre del mundo. - Conté para empezar a vestirme tranquilamente.
Al terminar fuimos a desayunar a la cafetería en donde supuestamente trabajaba ahora mi hermanastro, él verme no dudo en saludarme como solía hacer. Ran al ver que el saludo era agresivo se presentó como mi marido y le hizo una reverencia sorprendiendo a dicho, le comenté que iba a ser tío y paso de mi cara siendo mal visto por Ran el cual le pidió que le siguiera. Lo llevó a un solar alejado y lo asesino haciéndole la marca del cuatro en números romanos.
- Perdona mi niña este lo quería hacer yo, del siguiente te encargarás de todo amor. - Me explicó mientras íbamos en el coche escuchando la radio, en dónde a los 5 minutos anunció la muerte de mi hermanastro.
Llegamos a la casa de mi madre, ella al verme no dijo nada y nos dejó pasar.
- Hola mamá. Venia a contarte un poco lo que ha pasado estos meses. Ran y yo nos hemos casado y vas a ser abuela parece ser. - Logré escuchar la radio de fondo la cual estaba en la misma cadena que teníamos puesta antes - ¿Ya sabes lo de Yuki? - Pregunté fingiendo tristeza.
- Me alegro por vosotros hija... Sí, Yuki, no merecía eso, ya he perdido ha demasiada familia. No debo de perder a más, perdona hija por mi comportamiento de la última vez. - Contestó ella a lo que yo simplemente pasé pues se notaba la falsedad.
- Mmmmh no debiste tampoco gritarme ni decirme inútil, ¿verdad? - Bajé la mirada. - No debiste de hacer muchas cosas, mamá... A mi no me la cuelas, lo siento. - Me levanté.
- Hija, pero comprende era para educarte. - Se excusó, a lo que solté una risita.
- ¿Era para educarme echarme la culpa de que mi padre desapareciera? - Cuestioné empezado a alterarme provocando que Ran estuviera más atento a mi.
