—¡Binnie! —gritó Felix. Me ayudó a ponerme de pie y afirmó mi rostro con sus manos— ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota...

—Estoy bien, estoy bien —lo repetí unas cuantas veces más para convencerme de que en realidad lo estaba. Felix trató de perseguir al chico, pero lo detuve para que no cometiera una locura. Le dije que estaba mareado y volvimos a la banca.

—Sólo bromeaba, no seas tan dramático —le dije mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de mi algodón y me lo comí. Felix se refregó la cara con la mano y se quedó así por un buen rato.

Los chicos estaban demorando, una vuelta en la montaña rusa no podía durar más de cinco minutos, pero llevábamos esperando alrededor de diez. Y en todo ese tiempo, Felix no cambió de postura. Aproveché que él no estaba mirando y observe su cabello.

Seguían gustándome sus rizos, y aunque no fueran negros se le veían natural: sin peinar y extremadamente ondulado. Tomé un mechón de su cabello y lo acaricié hasta que él se dio cuenta y me miró.

—¿Qué haces?

—Me gusta tu cabello —le dije.

Acomodar las ondulaciones que tenía sobre sus ojos y, lo peiné hacia el lado, de modo que quedaran como flequillo.

Volvió a sonreír y acercó su rostro al mío. Sabía lo que venía y estaba dividido entre aceptarlo o no. Entonces me dije a mí mismo que si quería hacerlo feliz a costa de mis sentimientos, no quedaba más alternativa que hacerlo.

Cerré los ojos cuando me besó, no estaba en mis planes pero por un momento sentí que me desmayaba cuando su aliento se fundió con el mío. Su boca estaba tibia y me hizo adictiva, ni siquiera me alejé cuando me sujetó de la cabeza e hizo que nuestros labios se juntaran más de lo que estaban.

Cuando nos separamos pude sentir mis mejillas encendidas. Aparté la mirada de Felix y esperé a que una brisa helada me calmara. ¿Si nos casamos sucedería lo mismo en la iglesia?

—Lo siento, Bin. Pero de ahora en adelante te trataré como a mi prometido, no voy a soportar que otros chicos te miren —con su mano volteo mi rostro y me beso otra vez—. Y si los demás te molestan, sólo dimelo y hablaré con ellos.

Y con eso tenía un 40%. Esperaba que el resto no le fuera tan fácil de conseguir como ese diez por ciento.

—Una simple charla con ellos no hará que dejen de bromear por el resto de sus vidas —le bufé.

—Entonces tendrás que acostumbrarte —me dijo y me volvió a besar. Me sorprendí cuando me dí cuenta de que sus besos no me eran indiferentes, como deseaba que lo fueran. No rechisté ni me quejé.

—¡Oh por Dios! —nos separamos rápidamente cuando escuchamos que alguien gritó.

—¡Lo sabía, ustedes se aman! —Wooyoung no dejó de dar saltos y de apuntarnos exclamando que él ya sabía que nosotros terminaríamos juntos. Sus gritos atrajeron la atención de la gente que nos miraba de manera como cualquier otra pareja, aquí era normal ver parejas homosexuales.

—Grita un poco más, en China no te escucharon —refunfuñe cuando se calmó y se sentó junto a nosotros. Felix pasó su brazo sobre mis hombros y me acercó a él, Wooyoung estaba que reventaba de la emoción.

—Es que... ¡¿cuándo tenían planeado decirme que eran novios?!.

—Y prometidos —agregó Felix. Quise matarlo cuando dijo esas palabras, Wooyoung abrió la boca de la sorpresa y comenzó a gritar otra vez.

—¿Por qué tanto escándalo? —Jisung venía hacia nosotros con un globo en forma de jirafa, junto con Seungmin, Yeonjun, BangChan, Lia y Minho.

—Nos vamos a casar —le dijo Felix. Tenía una sonrisa de suficiencia en el rostro y parecía que la sorpresa de Jisung le era satisfactoria.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora