─Estoy lleno de sueños corruptos gracias a ti, Tae Hyung. ─Lamo la piel de su cuello gruñendo, la mordisqueo aumentando mi hambre de él.

─Jung Kook ─farfulla en mi oído; de sus labios, mi nombre suena diferente, casi siento que en realidad mi tutor real no es una persona sino un zorro de nueve colas hechizándome antes de devorarme.

─Perdóname esta noche, Tae Hyung ─sentencio al fin quitándole las prendas hasta dejarlo sólo con mi mirada como vestido. Trago pesado al ver su silueta bañada por la luz que se filtra desde la cama, luego de admirarlo totalmente anonadado, siento que no es suficiente. Lo cargo, lo dejo acostado en medio del edredón de seda sintiendo que mi corazón saldrá de mi pecho, que todo el campamento puede oír su latido como si fuera una legión de guerreros marchando por el camino.

En su mirada arde también el sentimiento que lleva devorándome hace mucho tiempo, reconocerlo me hace feliz, tan dichoso que lo acorralo para volver a besarlo; acaricio su cuerpo lento, me pierdo en cada curva, cada recodo viéndolo reaccionar bellamente, primero con mis manos, después con mis labios, me introduzco bajo su piel perdido y ebrio. Lamo el rabillo cristalizado de sus ojos, muerdo su pecho robando el dulzor de esos dos puntos encarnados que se endurecen por mi atención, él se arquea dándome más acceso.

Me he rendido a él hace tanto tiempo que siento que es insuficiente si no lo adoro por completo.

─D-Déjalos ─se queja luchando mientras retengo uno en mi boca, mis palmas separan sus suaves colinas tanteando su hendidura, en respuesta a mis caricias cada vez más íntimas, muerde su labio inferior hasta herirlo y sus uñas cortas se clavan en mi espalda.

No me pierdo ninguna de sus reacciones, recojo el rastro de sangre con la punta de mi lengua mirándolo a los ojos, viendo las expresiones que hace al dejar cualquier acto atrás.

─ ¿Está seguro de eso, tutor real Kim? ─bromeo inclinándome en su dirección, alzo mis dedos frente su rostro de flor de peral─, ábrete para mí, Tae Hyung.

─Deje de decirme cosas vergonzosas ─responde intentando alejarme.

Una de mis piernas separa las suyas, cubro con mi sombra su desnudez celeste, su sombra trémula vertida en la cama parece sonrojarse al sentir una de mis manos en su entrepierna.

─Ábrase para mí, tutor real Kim ─pido continuando mi tarea, lo veo estremecerse, trata de ser indiferente sin lograrlo porque su cuerpo reacciona a comparación.

─Bésame ─clama entrecortado, sabiendo que pronto coloreará la noche de blanco.

Cedo a su pedido con facilidad, en medio del roce él se convierte en un desastre manchando también mi mano. No puedo evitar comportarme como si hubiera sido poseído por un demonio lujurioso, lamo el néctar albo de mis dedos hasta que no queda rastro, después bajo la misma mano por la hendidura que bajo mi toque parece una flor dudosa en abrirse en plena primavera; volteo a Tae Hyung situándome cerca a su espalda baja, lo oigo respirar con dificultad mientras mis dedos lo acarician, mi saliva le brinda un brillo de rocío al inclinarme como un pájaro que codicia la miel entre sus pétalos.

Lo devoro y lo voy haciendo mío.

Al llegar el momento de fundirnos, vuelvo a ver su rostro, estoy por llevármelo todo. Le beso la nuca, trazo la línea de su espalda con mi lengua catando cada sabor que pueda encontrar, muerdo la piel a mi disposición y lo invado. Él se aferra al edredón de seda, intenta no gemir muy alto al sentirme, agarro su cintura, me muevo poco a poco, en cada embestida lo expongo a la estación donde los amantes se enlazan.

─Tae Hyung ─llamo cada vez que nuestras pieles se rozan, mi búsqueda es interminable, la sed que todo mi cuerpo siente no parece aliviarse sino incrementar hasta que los impulsos guardados en lo más obscuro de mi alma se atan a nuestras sombras, ni siquiera sé dónde termina la suya y empieza la mía.

ANHELO REAL - KookTaeWhere stories live. Discover now